Ezequiel Spillman

El miércoles por la noche Horacio Rodríguez Larreta reunió a su grupo más íntimo en un restaurante de la Costanera.

Se repasó la estrategia y se debatió la postura a tomar con respecto a Mauricio Macri. Larreta venía de plantear el “fracaso” del expresidente en una entrevista en Radio La Red. Y, aunque quiso vincularlo a la falta de continuidad de políticas por no obtener consensos, el mensaje fue leído distinto. Hubo unanimidad: el precandidato no debía insistir en esa línea, y tampoco devolver chicanas a Patricia Bullrich. “Tenemos que ganar el voto del PRO”, planteó Diego Santilli.

De todas formas, jamás se había decidido enfrentar a Macri. Pero, dado el escenario, era mejor bajar las aguas. “Tampoco fue para tanto, no es que se lo insultó”, alcanzó a decir Felipe Miguel, el jefe de Gabinete porteño.

El secretario de Comunicación, y custodio de la estrategia, Federico Di Benedetto, habló de poner mayor foco en el electorado (“hablarle a la gente y sus problemas”), dos propuestas por semana y spots en cuyo final se escucha la voz en off de Larreta planteando: “Ah, pero me tiembla el pulso”. Los ministros Soledad Acuña (Educación), Fernando Straface (secretario general), Eduardo Macchiavelli y Christian Coelho (Medios) fueron parte. Además, la diputada Silvia Lospennato y la asesora Julia Pomares.

Esa noche Larreta se tentó con el volcán de dulce de leche que había pedido Emmanuel Ferrario, vicepresidente de la Legislatura, a minutos de haberle recomendado que no lo pida. Cruzó toda la mesa para sacarle buena parte del postre. La ansiedad a la que sucumbió Ferrario tras el frenético cierre de listas en la Ciudad ya se había notado antes cuando se pidió una milanesa extra large. La comida terminó cerca de la 1.30 de la mañana. En otros tiempos, Larreta habría abandonado antes de la medianoche.

Con todo, hoy está previsto que viaje a San Juan para compartir el búnker con su candidato a gobernador, Marcelo Orrego, con chances de ganar. El armador larretista Esteban “Larry” Garrido viene trabajando hace más de un año para obtener resultados. El viernes Larreta había estado en Santa Fe con el radical Maximiliano Pullaro y ayer con Rogelio Frigerio en Entre Ríos. Paralelamente, ya se están coordinando agendas, mensajes conjuntos y spots con Gerardo Morales. El precandidato a vicepresidente es más fuerte en el NOA y el NEA. También se comenzarán a mostrar con Elisa Carrió, precandidata al Parlasur.

Por su lado, Santilli viene tejiendo un armado para que los intendentes jueguen a todo o nada. En especial, aquellos donde Bullrich les plantó un precandidato. El viernes al mediodía en un club de Tres de Febrero invitó a un asado a 12 intendentes, entre ellos Gustavo Posse, el local Diego Valenzuela, Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino), Ezequiel Galli (Olavarría) y Julio Garro (La Plata) más un grupo de radicales, dos de los siete que se fueron con Larreta el mismo día del cierre de listas como Javier Olaeta (Arrecifes) y Víctor Aiola (Chacabuco). Allí se habló de la fiscalización y en ese club se grabaron spots.

El enojo era generalizado con Bullrich por obligarlos a ir a una primaria. Prometieron trabajar “a fondo” la boleta. El 15 de julio Santilli arrancará con sus propuestas de seguridad, educación y salud y trabajo. Dato curioso: la boleta de gobernador tiene un color distinto al resto. Es que hoy aparece primero en intención de voto, y la idea fue resaltar su figura en una lista de ocho cuerpos, revelan en el comando de campaña.

Macri jugó fuerte para sumar y vetar candidatos de Bullrich

Por su lado, Bullrich reforzó su mesa chica sumando al precandidato a gobernador bonaerense, Néstor Grindetti, intendente de Lanús de licencia. Juntos ayer estuvieron en Malvinas Argentinas y en Pilar. La exministra de Seguridad apuesta a avanzar con la idea de “fortaleza” y “cambio total”. Busca contrarrestar la imagen de “tibieza” de Larreta.

Grindetti tiene la misión de alejarse del contenido técnico y darle un cariz vinculado a lo actitudinal y apelando a la sensibilidad. El vínculo entre ambos fue creciendo y hoy la mesa más pequeña bullrichista lo tiene como un actor central junto a Juan Pablo Arenaza (jefe de campaña), Damián Arabia (candidato a diputado), el consultor Derek Hampton, el candidato a vice, Luis Petri, María Oneto y el diputado Sebastián García de Luca.

Al precandidato a gobernador le toca la parte más compleja: la fiscalización y el trabajo articulado en el territorio. En cantidad de intendentes (35) supera al armado larretista, pero no en cantidad de electores en esos municipios (190 mil menos). Por ello ya está trabajando con su jefe de campaña bonaerense, Adrián Urreli, para tener todo listo para las PASO. Eso supone también trabajar con la UCR y los aliados del PJ Republicano.

El apoyo decisivo de Mauricio Macri a Bullrich y Grindetti es un factor clave para acercar dirigentes. Pero, creen en el bullrichismo, el mano a mano de la precandidata con los vecinos sigue siendo su arma política fundamental. “Fuerza, no aflojes”, esa la frase que más escucha.

De todos los sectores, como ocurrió este fin de semana en el conurbano. Mañana estará en Quilmes y el martes Bullrich viajará a Neuquén y Río Negro. Apostará todo a consolidar su imagen en este mes y medio.