Legisladores que responden al intendente y candidato a gobernador reclamaron la renuncia. a la banca de Oscar Gonzalez por el accidente fatal que protagonizó. El legislador integra el círculo más cercano a Schiaretti.
Por Gabriel Silva (Córdoba).
Cuando parecía que las tensiones generacionales del peronismo cordobés entre el entorno del gobernador Juan Schiaretti y el intendente Martín Llaryora se habían calmado, recrudecieron en medio del ‘caso González'. La causa que tiene en la mira al legislador Oscar González, protagonista de un accidente vial con un vehículo judicializado que utilizaba patente duplicada y que dejó como saldo una víctima fatal y dos adolescentes internadas en el Hospital de Niños.
Sin embargo, no todo quedó en la BMW X1 que conducía el caudillo del PJ y tercera autoridad provincial hasta ese momento. Al contrario. Lo ocurrido hace dos semanas en la ruta turística de las Altas Cumbres expuso las tensiones que venían solapadas entre la vieja guardia del peronismo que rodea a Schiaretti y el sector llaryorista que reclama el recambio generacional.
Transición que, en la previa del lanzamiento de Llaryora hace 10 días, era con armonía. Y que ahora pone en discusión incluso si fue el momento adecuado para impulsar el lanzamiento del heredero del PJ.
Las tensiones quedaron expuestas este miércoles en la Legislatura cordobesa. Confirmada la licencia obligada hasta Mayo, Oscar González se quedó sin la presidencia provisoria de la Legislatura, cedió su silla en el jury y el llaryorismo se le animó. Como pocas veces antes. González no es cualquiera, tercero en la línea de sucesión de Córdoba, es un histórico de la vieja guardia de Schairetti que tuvo varios cargos claves.
Pero este miércoles, dos parlamentarios que responden a Llaryora salieron a despegarse de la licencia extendida y reclamaron directamente su renuncia. Julio Bañuelos y Alfredo Altamirano, ambos de Traslasierra como González, esperaron el final de una sesión tensa y subieron a sus redes el desacuerdo.
Horas antes, un llaryorista paladar negro reconoció el enojo con el entorno de Schiaretti. Por lo bajo, acusan a los fundadores del peronismo cordobesista de no controlar la situación, le endilgan falta de timming y lo que es peor: los ven caminando la cancha. "Creen que en el 2023 se gana con la camiseta y no va a ser así", dicen.
La única tranquilidad les llega por la tensión permanente entre los socios de Juntos por el Cambio, con el senador Luis Juez y el diputado Rodrigo de Loredo en su peor momento. Porque, según describió un peronista importante de la Capital cordobesa, en la coalición "no tienen proyecto político y sólo es una carrera de nombres".
Pero en el peronismo cordobés reconocen que están pasando un olvidable 2022: el Neonatal, el juicio por Blas Correas, los gastos del Municipio por el caso Bueno, el ‘caso González' y el reciente ataque a balazos al intendente de San Francisco por motivos personales por los cuales, Damián Bernarte ya había sido advertido.
En el entorno de Llaryora les preocupa la sucesión de errores y falta de timming que acumula el entorno de Schiaretti que les complica una elección que ya es muy difícil. El caso de Oscar González se suma a la crisis por la muertes de bebes en el Neonatal.
Además, hay llaryoristas que cuestionan habar lanzando en medio del caso González y empezaron a decir "vamos a tener que hacer otro acto, deberíamos haberlo postergado". "Ahora nadie se acuerda de eso y quemamos un cartucho", agregan. Es más, otros empezaron a bajarse del rol de oradores en algunos actos porque saben que, si dicen lo que piensan, pueden herir susceptibilidades.
A esto, hay que sumar que las preocupaciones también se profundizan cuando se mira hacia adelante y repasan el comando de campaña que se definió hace unas semanas. "Son todos empleados. Ninguno va a decir algo contrario a lo que les marquen", razonó una fuente a este sitio.
Y se acentúan más esas diferencias cuando se discute el otro tema tabú del PJ: la lapicera 2023. Un funcionario municipal de pasado en el viguismo y actualmente de finos lazos con el entorno del intendente reconoció a LPO que por ahí pasará la próxima fase de la discusión peronista. "Martín va a agarrar la lapicera", lanzó.
Discusión en la que también se introduce de manera transversal el vínculo con otros sectores del partido que hoy no están dentro de la discusión en la provincia. Facciones con las que el llaryorismo teje lazos y que el schiarettismo sabe, aunque prefiera mirar para otro lado.
El ‘caso González' puso todo en discusión: control de las listas y la campaña, tensión generacional y la relación entre los entornos de ambos líderes.
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