Angel Vildozo y sus sueños de primera con Aldosivi. El experimentado delantero se ilusiona con un equipo que se reforzó muy bien para encarar una B Nacional que entregará diez ascensos en cuatro meses. El balance de su primer año en el club, sus compañeros, la relación con Darío Franco y más en una extensa charla con LA CAPITAL.
Un año atrás, cuando llegó como refuerzo para aquel equipo que entonces preparaba Sebastián Pascual Rambert, su contratación hizo ruido e ilusionó a los hinchas de Aldosivi. Es que Angel Vildozo llegaba de hacer una muy buena temporada en All Boys, y algunas semanas antes se había despachado con dos goles importantes a Boca, nada menos.
El sanjuanino eligió la oferta marplatense aún cuando tenía otras propuestas para seguir en primera división. Y vino seducido con la posibilidad de pelear cosas importantes y entrar en la historia del fútbol de la ciudad.
Sin embargo las cosas no salieron como todos esperaban. Ni en lo colectivo, ni en lo personal. Al Aldosivi de Rambert no se le dieron los resultados, aún cuando Vildozo llevaba 4 goles en 8 partidos y fue el fin de un ciclo. Pasó el interinato de Pablo Corti (dos partidos), el anecdótico desembarco de Reinaldo Carlos Merlo (dos entrenamientos) y llegó Darío Franco. No fue fácil la relación del goleador con el DT. No por haber perdido la titularidad enseguida sino porque, de entrada, la vehemencia con la que trabaja en el día a día el entrenador generó ciertos roces con algunos referentes.
Pero, yendo de frente, aclarando los tantos, unos y otros fueron limando diferencias. Vildozo recuperó el puesto, terminó siendo el goleador del equipo en la temporada y Aldosivi logró mantener la categoría. Con ese objetivo llegó el DT, cuando el elenco portuense estaba penúltimo en los promedios (y se iban al Argentino A cuatro conjuntos). Pero, unos meses antes, Vildozo había arribado a Mar del Plata con otros sueños. Y por eso entiende que su primera temporada en Aldosivi estuvo muy lejos de lo proyectado. Si hasta se anima a tildarla de "fracaso", aunque suene demasiado exigente.
Está claro que el delantero sanjuanino busca una pronta revancha en el campeonato corto de la B Nacional que arrancará el sábado, (cuando Aldosivi reciba a Nueva Chicago desde las 15.30 en el estadio José María Minella) y que pondrá cinco ascensos en juego.
Aunque, de entrada, en la extensa charla que mantuvo con LA CAPITAL, el delantero lamentó la baja de Pablo Campodónico, quien se lesionó durante la práctica del jueves y se perderá, al menos, los tres primeros partidos del campeonato.
"Tenemos una bronca bárbara por lo de Pablo porque se cómo se estuvo preparando para este momento que es histórico para todos nosotros. O queremos que sea histórico. Y él, que es el referente del club, el símbolo más importante para los hinchas, el capitán... yo se que él estaba esperando este momento hace rato", aseguró en el arranque de una entrevista que se prolongó por más de una hora.
"Pablo y Darío (Cajaravilla) siempre fueron la imagen del club. El capitán y el subcapitán. Que se haya ido Darío después de tantos años y que ahora Pablo no pueda arrancar el campeonato es un golpe para el grupo", agregó.
- Pero vos o Hernán Lamberti, aún con menos tiempo en el club, se transformaron en referentes para los hinchas. ¿Te sentís importante dentro del grupo?
- Si. La gente me lo hizo sentir, al margen de mis compañeros. Igual yo considero que Hernán, por antigüedad y por la conexión que tiene con la gente, por carácter, es el ideal para ser capitán en este momento, más allá que esa sea una decisión que deberá tomar el cuerpo técnico.
- Tu contratación hace un año fue resonante, llegaste en un muy buen nivel en primera con All Boys, haciéndole dos goles a Boca unas semanas antes. ¿Percibiste que en Mar del Plata la tuya fue una llegada que generó muchas expectativas?
- Sí. Yo con Aldosivi había tenido la chance de venir el año anterior, previo a mi vuelta a All Boys. Estuve dos días en Mar del Plata conociendo el club, charlando y no se dio porque no se pudo destrabar el pase que pertenecía a un club de Chile. Pero mientras estuve en All Boys, seguí en contacto con la gente de Aldosivi. Y ellos siempre me manifestaron el interés para que viniera. Para mi siempre es muy importante estar en un club donde me quieran. Por ahí en mi entorno cuestionaron un poco la decisión. Porque me costó tantos años jugar en primera división que el hecho de desechar otras ofertas para ir a la B Nacional hizo algo de ruido en mi familia.
Pero la realidad era que más allá de las ofertas de primera que existían Aldosivi me seducía con la posibilidad de un contrato extenso y también con un proyecto ambicioso. Porque la verdad es que los clubes de primera que me querían era para intentar mantener la categoría. Y yo sigo teniendo sueños en el fútbol que me gustaría cumplir. Cuando uno entra en la recta final de la carrera se fija en esas cosas. Logré jugar en primera, hacerle goles a Boca como decías, jugar en los mejores estadios del país y por ahí me queda el deseo de ser campeón en Argentina. Y el proyecto de Aldosivi apunta a llegar a primera y consolidarse ahí. Me seduce mucho la idea de quedar en la historia del club...
- Eso es lo que por ahí atrapó también a jugadores importantes que han llegado como Lequi, Gandín, Díaz, Capurro. Porque el año pasado, con vos, vinieron muchos chicos a hacer experiencia. Ahora es distinto. ¿Es un tema que se habla en el vestuario?
- Si, lo hemos hablado porque fijate que llegaron chicos de primera, que tenían chances de seguir jugando en primera, y eligieron a Aldosivi. Está más que claro que para un jugador, más allá de buscar el bienestar económico para la familia, es muy importante el hecho de quedar en la historia de un club. Es algo muy motivante el ser recordado durante años en un club por un logro histórico. A mi me movilizó. Dejé toda mi vida en Buenos Aires, cambié a mi nena de colegio y nos vinimos acá, donde no tenemos ningún familiar, movilizados por la posibilidad de ser alguien importante en el club. El deseo de hacer algo que quede para siempre en el recuerdo de la gente es algo que te motiva día a día.
- Y tu entorno familiar finalmente se adaptó a la ciudad...
- Primero costó un poco. Yo me vine sólo unos meses porque mi familia no conocía a nadie, era como arrancar de cero. Yo tenía opciones para elegir en su momento y por eso te decía que por ahí mi familia en San Juan no entendió el por qué dejaba la chance de seguir en primera para venirme a Mar del Plata. Pero siempre que sentí que había que jugársela lo hice. En Chile, no tuve problemas en pasar de Unión Española, en primera, al San Felipe, de segunda.
- Y mal no te fue: ascendiste, fuiste campeón y goleador.
- Ascendimos, ganamos la Copa Chile. Me fue bien. Y cuando estaba en la primera chilena con San Felipe me fui a Colegiales. Pero yo quería en ese momento volver a Argentina para buscar a mi segunda hija. Fui goleador de la B Metropolitana y me permitió tener la posibilidad de llegar a primera. En All Boys, cuando estuve cinco años y había llegado a primera me fui a Comunicaciones para tener más rodaje.
- Se generó mucha expectativa con tu llegada, perdiste el puesto, lo recuperaste y si bien terminaste siendo el goleador del equipo por ahí no con la cantidad de goles que un "9" pretende. ¿Qué evaluación hacés de tu primer año en Aldosivi?
- No fue el año que yo había planificado. Fue duro por ahí el encontrarme con un equipo muy joven. No esperaba eso. Rambert duró ocho fechas, después llegó el interinato de Corti, lo que pasó con Merlo y la llegada de Franco. No fue un buen momento, perdí el puesto porque por ahí yo no era el tipo de "9" con las condiciones que buscaba Franco para su esquema. Me costó pero después me acomodé. Yo se que puedo dar mucho más. Pero por ejemplo en los ocho partidos con Rambert marqué cuatro goles. Un gol cada dos partidos es un buen promedio para cuando uno arranca en un club. No es excusa pero a mí me costó mucho la salida de Rambert. Me dolió porque me gustaba mucho su forma de trabajar, su forma de ser, pero los resultados mandan. Y la transición de Corti, Merlo, fue un momento de mucha confusión en el club. Además nos costó entender la idea de Franco, perdimos los tres primeros partidos. Después le fuimos agarrando la mano a un andamiaje en el que por ahí el "9" no era tan importante sino que tenía que hacer un trabajo de descender y darle la posibilidad a los puntas. A mi costó eso, porque yo me venía entendiendo bien jugando de punta con Imbert. Y creo que a Imbert también le costó, terminó quedándose fuera del equipo.
- Pasó de ser la figura del equipo con Rambert a diluirse con Franco...
- Yo pude adaptarme a lo que Franco quería y a Imbert le costó más. Para mí es un chico con unas condiciones bárbaras. Me parece que yo me acomodé un poco a lo que Franco quería y él a lo que yo le podía dar. Eso hizo que pudiera volver a jugar, que aparecieran los resultados. Terminé con nueve goles que, la verdad que no era para nada mi idea.
- Porque era una temporada larga, con 42 partidos...
- Yo me había propuesto hacer veinte goles. Un número aceptable era quince y como mínimo un piso de diez o doce. Y terminé con nueve. Pero también entendí en su momento que no era tan importante mi número como lo que estábamos viviendo. Y en su momento se lo dije a los chicos porque ellos me decían "tranquilo que ya vas a marcar" y yo les firmaba el seguir de racha, ganando, y no hacer más goles.
Necesitábamos salir de esa situación porque para mi era muy angustiante llegar al club como una contratación resonante, con toda la expectativa que generé, y que el club esté peleando el descenso. Era un fracaso total para mí. De hecho para mí la campaña fue un fracaso de todas maneras.
- ¿Irte al descenso con vos como goleador hubiese sido todavía más duro?
- Exacto. Sigo considerando que la campaña del torneo pasado fue un fracaso. Más allá del envión del último tramo, de lo que mejoramos futbolísticamente, no me gusta ver donde quedamos en la tabla general. Para mi fue un fracaso. Yo no vine a eso, a zafar del descenso. Me alivié mucho cuando terminó todo y ahora estoy muy mentalizado, con muchas ganas de encarar lo que viene. Ahora tenemos la oportunidad de quedar en la historia. De inscribir nuestros nombres en el libro de los 101 años de Aldosivi. Para eso me estoy preparando.
- Fuiste un jugador difícil de calificar para los cronistas porque eras importante para el equipo aunque no se te daban los goles...
- El nueve que no hace goles no sirve.
- Pero evidentemente servía. Los goles los hacían otros, llegaban los laterales, Lamberti...
- Franco trabajaba mucho eso, por eso digo que me tuve que adaptar a no ser tan determinante en los partidos. Mi trabajo defensivo, o aguantar y generar faltas en los momentos duros. Era un trabajo, un esquema y una forma de jugar pensada para sacar los resultados que necesitábamos. La gente se sintió identificada con el equipo porque íbamos a buscar a todos lados. Y fijate que tampoco hubo una figura más allá de niveles altos en lo individual.
- Tildás de fracaso lo del torneo pasado sin embargo la gente valoró y se identificó con el equipo, se vio más público en la cancha, seducido por un equipo que proponía. Eso también es importante...
- Yo digo que fue un fracaso en cuanto a mis expectativas. Obviamente fue un alivio zafar del descenso pero para mí no había mucho que festejar. Fue una alegría pero festejar se festejan los títulos. Yo no vine a esto. Vine a algo mucho más grande. Aunque podría haber terminado peor porque en definitiva terminamos salvándonos un par de fechas antes del final. Lo de la gente fue fundamental y sentimos mucho el apoyo que tuvimos en el último semestre. Cómo vivían los partidos, empujando, porque ellos sabían que podíamos meter al rival en un arco.
- Ahora, en los amistosos con Arsenal y Unión del equipo de Berti se vio mucha gente. Hay expectativa de cara a lo que viene....
- Eso es muy bueno porque la gente entendió que con la elección de Berti puede haber una continuidad en esa idea. Creo que hace mucho que no pasaba en el club el hecho de tener una continuidad de una idea que funcionó, que le gustó a la gente. Mantener el estilo de Franco con Berti, que tienen la misma disposición táctica y la idea de ser protagonistas es bueno. Eso, sumado a nombres que llegaron como los de Lugüercio, Carranza, Quilez, jugadores que rozaron Selección, que jugaron en el exterior, entusiasma a la gente.
- De afuera se ve un grupo con experimentada pero responsable. En otra época no fue así...
- Nosotros estamos liderados por jugadores que son buena gente y muy trabajadores. Cuando vos en un grupo tenés referentes medio vagos o que le esquivan al trabajo, el grupo se contagia. Pero si vos tenés a un capitán como Pablo que lo ves que llega temprano, va al gimnasio, se queda trabajando después de la práctica... O a Darío el año pasado que jugaba lesionado y eso por ahí la gente no lo sabía. Hernán también, Quique (Seccafién) jugó un partido con una fractura, gente engripada que jugaba igual... Cuando vos tenés gente así el grupo se contagia. Por eso digo que tiene mucha importancia el comportamiento del líder.
- ¿Y cómo fue tu relación con Darío Franco? En ocasiones se los veía con posiciones enfrentadas aunque siempre en un marco de respeto.
- Todo llevó su tiempo. Al principio él llegó con su idea, con su forma de ser, y era así o nada. Y a mi me costó el puesto.
- Y cayeron mal unas declaraciones del técnico a la prensa tras un partido en Córdoba...
- Vos podés decir lo que sea de frente. Pero lamentablemente, a veces, es necesario ponerse el caset, más cuando las cosas no salen bien. En un momento dijo que este grupo no tenía alma. Despúes de Huracán en el Ducó y con Talleres en Córdoba. Para mi tenía que ser más medido. ¿Y sabés por qué? Porque a la larga este grupo llevó a primera división a Franco. Su trabajo hizo que lo vean, trabajó en México, en Chile, con Instituto hizo un gran trabajo. Pero a la larga, lo que hizo que llegara a primera fue lo que pasó con Aldosivi. Porque si nosotros nos íbamos al descenso no sé si Defensa lo contrataba. Lo llamaron por lo que ese equipo, supuestamente sin alma, terminó rindiendo...
- Te dolió mucho esa declaración...
- Sí y se lo dije a él. Puedo hablar con él, abrazarlo y podrá ser mi amigo un día pero le voy a seguir diciendo "mirá, ese día te equivocaste cuando dijiste que era un equipo sin alma". Podés decir que somos pataduras, que no agarramos una pelota, que no nos podemos mover. Estás en tu derecho. Pero no que somos un equipo sin alma.
- ¿Y cómo terminó esa relación con Franco?
- Terminó bien. Yo no estoy peleado con Franco. Podemos pensar distinto pero cómo íbamos a salvarnos del descenso si estábamos peleados. Son dos cosas distintas. Con Franco se pudo hablar en su momento. El cambió muchas cosas, se controló un poco más con el grupo y nosotros aceptamos... Porque también pasó al principio que nosotros no aceptábamos los insultos y los retos de él. Así como lo veían en los partidos era todos los días de la semana en las prácticas. Nosotros rechazamos esa forma. Pero después entendimos que estábamos mejorando mucho con las cosas que nos marcaba. Le pedimos que cambiara las formas más que nada por los más chicos, no por los grandes. Y el año pasado había un grupo muy joven. Que me retara a mi, a Pablo, a Darío o a Hernán no pasaba nada porque hemos tenido muchos técnicos que nos retaron así. Pero en cambio a Imbert, a Baima, a muchos pibes jovenes por ahí los afectaba distinto. Por eso digo que él se adaptó un poco a eso y nosotros subimos la tolerancia. Yo discutí mal con él cosas que quedaron en el grupo, que nadie se enteró. En su momento le dije que siempre era el primer cambio y yo no me preparo para jugar 75 u 80 minutos, yo quiero jugar los 90. No me gustaba salir. Pero se habló y terminamos en una gran relación entre el grupo y él. Hubo una charla en la que Franco agradeció el esfuerzo del grupo y nosotros agradecimos la mano que el cuerpo técnico nos dio.
- ¿Y una continuidad hubiese desgastado esa armonía que habían logrado?
- No, yo estaba seguro que iba a seguir.
- ¿Y vos cómo te veías ante la posibilidad de que Franco pudiera elegir un nueve en el mercado de pases. Dudabas de tus posibilidades?
- Sabía que por ahí él hubiese buscado un jugador más veloz o con otras características. Pero yo tenía decidido quedarme a pelearla. Por eso que te decía de ser parte de un plantel que puede ascender, porque mi familia está instalada. Y también sabía que, cambiando algunas cosas, yo le había servido. Sin ser la figura le terminé rindiendo.
- Sos un jugador de 32 años y tenés contrato hasta julio de 2017 ¿Cómo proyectás tu carrera? ¿Te gustaría retirarte acá?
- Mi idea es conseguir el ascenso este año y jugar en primera con Aldosivi. Mi sueño sería jugar la Libertadores y ahí si retirarme. Ojalá pueda concretarlo acá. Todo depende de este semestre, de lo que yo pueda dar y lo que vean los dirigentes y los hinchas. Yo quiero completar mi contrato en Aldosivi.
De Franco a Berti, parecidos pero distintos
La dirigencia de Aldosivi apostó por la continuidad de una idea futbolística más allá de la partida de Darío Franco a Defensa y Justicia. Y por eso contrató a Alfredo Berti, justamente el DT recomendado por el entrenador saliente.
Hasta aquí, durante la pretemporada, se vio un equipo que apuesta al 4-3-3 de arranque, aunque con algunas diferencias.
"Tienen diferencias. Hoy de extremos tenemos a Carranza y Lugüercio que son dos jugadores de tirarse atrás, de hacer diagonales, de intentar jugar más, con más gol. Y Malcorra y Rius vivían pegados a la línea para obligar por afuera, quizás con menos gol. Eso a la hora de atacar es diferente", sostuvo Angel Vildozo.
- La defensa se para unos metros más adelante, con los laterales decididamente en campo rival...
- Hasta ahora sí. Pasa que los laterales tienen que llegar bien profundo y por eso necesita que no arranque de tan atrás. Eso hace que el volante central se quede más para cubrir posiciones junto a los centrales. Tenemos jugadores con más gol que el año pasado. Quizás con menos desborde. Tenemos a Seccafién, a Gastón Díaz que es un jugador que nos va a dar mucho. Tiene personalidad, una pegada bárbara. Quilez tiene un gran despliegue, Canever también...
- Tienen dos jugadores por puesto...
- Es algo que el año pasado por ahí no estaba. Faltaba experiencia. Hoy si no está Lugüercio tenés a un López Macri que tiene gran potencia y experiencia en la B Nacional. Y está Gandín en el plantel que es alguien del cual se puede aprender. Se sumó Capurro, está Lequi, León.
- Muchos de esos futbolistas pueden jugar juntos acomodándose en el esquema. Pero arquero hay uno sólo y "9", en esquemas como estos, parece que también. ¿Cómo percibís esa competencia por el puesto con Gandín?
- De arranque, en este esquema, creo que no podríamos estar los dos juntos. Después, a diferencia del año pasado, Berti es más versátil en cuanto al sistema. Franco no se movía del 4-3-3 y por lo que he visto, si el equipo lo necesita en determinado momento, me parece que Berti puede cambiar y poner dos referentes de área o rearmar una línea de cuatro volantes y poner "doble cinco".
-¿Cómo llegan?
- Nos perjudicó la falta de fútbol, perdimos a Pablo... pero yo tengo mucha ilusión. Lo distinto este año es que hay ocho, nueve o diez jugadores con mucha experiencia, que vos ya sabés lo que pueden dar. El año pasado por ahí un árbitro trataba mal a algunos de nuestros chicos y hoy eso no va a pasar. Tenemos un plantel muy competitivo y que le puede ganar a cualquiera.
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