Por Santiago Gutiérrez (*)
El DNU del Gobierno de Milei deja a disposición del mercado cuestiones centrales de la vida de los argentinos, destruye el papel de un Estado regulador y pone a la Argentina en venta atentando contra la industria y producción nacional.
Con sus primeros 10 días de Gobierno, Milei marcó un rumbo para pocos: un ajuste ortodoxo que licua salarios, sube tarifas y golpea fundamentalmente a la clase media, desregulación del Estado que deroga leyes estratégicas de la vida nacional y un papel determinante de las fuerzas de seguridad para disciplinar, estigmatizar y atemorizar cualquier tipo de protesta.
Lamentablemente la campaña no alcanzó para poner en blanco sobre negro sus ideas. Además de la porción que lo votó por oposición histórica al peronismo, hubo un sector de la sociedad que lo votó esperanzado. Negar eso sería errar completamente el diagnóstico. Con su discurso de destrucción total, elaboró una idea de futuro esperanzador que nuestra fuerza política no pudo representar por errores propios y ajenos.
Si caemos en un ‘yo no lo voté’ o en un ‘yo te dije lo que iba a pasar’ también sería un error de nuestra parte. Necesitamos construir un proyecto alternativo, superador, algo nuevo. No volver a caer en la lógica amigo-enemigo, ni en la lógica de la confrontación permanente. Escuchar a la gente requiere de un grado de reflexión grande. Requiere, en primer lugar, respetarla.
El mismo respeto que Milei no tiene ante los argentinos que no nos sometemos a las políticas que él plantea de la mano de una casta conocida: Federico Sturzenegger, Luis Caputo y Patricia Bullrich. No le podemos permitir al Presidente que siga dividiendo a los argentinos entre personas de bien y personas de mal.
¿Quiénes seríamos los argentinos de mal, según su concepción? ¿Los que no lo votamos? ¿Los que creemos en la vida en comunidad? ¿Los que creemos en la división de poderes en el marco de la Democracia? ¿Los que queremos una industria nacional pujante? ¿Los que pensamos que nadie se salva solo? ¿Los que reafirmamos un Estado innovador e inteligente al servicio de las mayorías, y no de unos pocos?
El decreto de necesidad y urgencia impulsado por Milei, en el que confiamos en nuestros representantes en el Congreso de la Nación que se opongan firmemente, nos tiene que unir a todos los representantes y vecinos en la construcción de una síntesis superadora a favor de la Argentina. Sin distinción partidaria. Ser constructores de esperanza es una obligación. Necesitamos mucho debate, seriedad, ideas nuevas, desfachatez y el oído puesto en nuestra gente. De otra manera, sería volver a repetir los errores.
En estos momentos, más que nunca: firmeza, escucha y coraje para poner en blanco sobre negro las ideas avasallantes de este Gobierno y humildad, autocrítica, templanza y creatividad para construir un proyecto superador y esperanzador, que traiga paz social, soluciones, prosperidad y felicidad para nuestro pueblo.
(*) Secretario de Encuentro Peronista Mar del Plata - Batán
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