El domingo 23 de Febrero a las 21 en el jardín de Villa Victoria y el lunes 24 de Febrero a las 21:15 en el Teatro Melany (San Luis 1750), serán las últimas fechas de una intensa actividad operística: LA TEMPORADA LIRICA DE VERANO MAR DEL PLATA.
The Telephone se cantará al piano, mientras que Serva Padrona será cantada con el acompañamiento de un ensamble de cuerdas y clave.
Se detalla el elenco:
LA SERVA PADRONA
SERPINA Soprano VICTORIA CICCHITTI
UBERTO Barítono LEOPOLDO GAILLOUR
VESPONE Clown SEBASTIAN VILLAR
ENSAMBLE DE CUERDAS
Primeros Violínes: Luz García Souto y Gian Rossini
Segundo violín: Daniela Nazar
Viola: Alejandra Suffredini
Cello: Marcos Casals Bonaldo
Contrabajo: Ana Kauffmann
CLAVE Y DIRECCIÓN MUSICAL JONAS ICKERT
THE TELEPHONE
LUCY Soprano ISABEL LACABANA
BEN Barítono FACUNDO DOMÍNGUEZ MARZANO
PIANO Y DIRECCIÓN MUSICAL JONAS ICKERT
AMBAS OBRAS COMPARTEN
Escenografía, vestuario y caracterización: Alejandra Estifique, Adriana Padra y Yel Aguirre
Iluminación: Pablo González Aguilar
Dirección general y puesta en escena Pablo González Aguilar
Duración del espectáculo: 90 minutos.
El espectáculo cuenta con el auspicio del Consulado de Francia en Mar del Plata.
SOBRE LAS OPERAS LA SERVA PADRONA Y THE TELEPHONE
La Serva Padrona
Giovanni Battista Pergolesi,(1710 - 1736) fue un genial compositor italiano, oriundo de la región de Lesi, de gran talento y capacidad compositiva. Célebre antes de cumplir los 20 años, muere de tuberculosis a los 26, luego de haber compuesto varias óperas y piezas sacras, dentro de las que se destaca el Stabat Mater.
Serva padrona formaba parte, con sus dos intermezzi, de un evento que incluía la ópera seria "Il Prigionier Superbo". Esta última cayó en el olvido, mientras que Serva Padrona pasó a ser una de la obras más representadas a mediados del siglo XVIII. Se la considera el embrión de la ópera buffa italiana, género en el que se harían famosos Mozart Haydn Rossini y Donizetti entre otros.
Serva Padrona cuenta la historia de Serpina (Victoria Cicchitti, soprano), decidida desde el inicio a lograr una boda con su viejo patrón, Uberto (Leopoldo Gaillour, barítono). Este, a pesar de estar enamorado de ella, no se permite ir adelante con el asunto, dadas la barreras que dictan sus edades por una parte, y sus pertenencias sociales, por la otra. Serpina se vale de Vespone, un actor mudo, que debe disfrazarse de militar para ayudarla en su proyecto. Para este rol, se cuenta con la participación de un talentoso clown, muy conocido en nuestro medio: Sebastián Villar.
The Telephone
Giancarlo Menotti (1911 - 2007) fue un compositor contemporáneo ítalo-americano, autor de numerosas óperas con temas de actualidad, entre las que se destacan El Teléfono; La medium, El Consul y Amelia va al baile.
The Telephone cuenta la historia de Ben (Facundo Domínguez Marzano, barítono), un joven neoyorkino quien para poder proponerle casamiento a Lucy (Isabel Lacabana, soprano), debe superar un oponente nada común: el teléfono, que parece haber cautivado el corazón de esta última..
"La Serva Padrona" y "The Telepone" : algunos cruces.
En ocasión del trabajo de puesta en escena de dos óperas -cuyos autores vivieron separados por dos siglos: Pergolesi (1710 - 1736); Menotti (1912. - 2007) - el director se pregunta cuáles son los cruces de encuentro y de contraste entre ambas obras.
Final feliz: la boda
Como en muchas óperas cómicas, los protagonistas se desean pero no pueden admitirlo al inicio, y ambas historias terminan en boda. Como en muchas óperas cómicas, detrás de la broma se pueden entrever grietas, oscuridades llenas de angustia.
Venciendo dificultades
En La Serva Padrona (1732), Uberto debe saltarse las barreras de la edad y del orden social para casarse con Serpina. En The Telephone, Ben debe luchar contra un competidor mucho más complejo que un amante o un marido convencional: el teléfono representa la intensa, infranqueable vida social de Lucy.
Humor y cinismo
El humor, común a ambas, instala desde el primer momento el cinismo: nadie cree realmente en lo que se dice o se le dice, y nadie espera grandes milagros, sobre todo, el milagro del amor.
La muerte impresiona estar más presente en Serva Padrona. La música la anticipa desde los primeros compases, en los que una suerte de disonancia produce una inequívoca sensación de desfallecimiento, de colgajo. En el texto, las palabras morire, morto, morte aparecen con gran frecuencia. En El Teléfono, es posible que la muerte se insinúe más bien a través del aburrimiento de Lucy.
Amores prohibidos
En ambas hay amores prohibidos. Ya hemos visto las inhibiciones de Uberto. En El Teléfono, el amor prohibido (homosexual) se menciona de un modo falsamente tangencial: Lucy recibe una llamada de George, quien la insulta por haber desparramado el chisme de que él se ve con un hombre. Musicalmente se corresponde con el fragmento de mayor intensidad de la obra, lo que da cuenta de la importancia que Menotti le ha dado a este asunto, casi siempre presente en sus trabajos.
Obras de cámara breves
A Serva Padrona se la concibió dependiente de una obra de -supuesta - mayor importancia: la ópera seria "Il Prigionier Superbo";
Ambas son obras de cámara, y requieren de una escena sencilla. La Serva Padrona se representaba en proscenio: detrás del telón, durante el transcurso de la representación, los maquinistas y carpinteros desmontaban los trastos del primer acto concluido de la ópera seria y armaban la escena del ulterior, durante este lapso se desarrollaba el primer intermezzo. Entre el segundo y tercer acto, y con el mismo propósito, se jugaba el segundo intermezzo. El público podía o no atender a lo que se representaba en los intermezzi, por lo que el compositor se veía obligado a apelar a la frescura, la broma, lo picante, para atraer a una audiencia, en general, indisciplinada y ruidosa.
El Teléfono fue concebida como obra autónoma. Sin embargo, debido a su brevedad, es muy raro que se la represente sola. Suelen acompañarla otras obras de Menotti o de Barber, o - lo que ya se ha trasnformado en un clásico - la suele anteceder "La Voix Humaine" de Poulenc.
Progresión dramática prácticamente ausente
Por último, quizá otro de los cruces entre ambas obras, tenga que ver con que los personajes resten relativamente inalterados durante el devenir dramático. No hay un verdadero tránsito en estas óperas. El final ya podría entreverse de entrada, como una especie de instantánea, que si se mira con atención, no reservará mayores sorpresas.
La sorpresa sobrevendrá durante la experiencia - siempre virgen - del goce estético que estas composiciones geniales prodigan.
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