El gobernador de la provincia de Buenos Aires, retomando la campaña de vacunación contra el coronavirus, no tuvo mejor idea que poner la posta en la intemperie. Mientras los termómetros marcaban por debajo de 1° de sensación térmica, los ancianos trataban de conseguir un taxi para ir a vacunarse a otro lado.
Mientras desde los noticieros nacionales anuncian la llegada de una nueva ola polar y alertan sobre temperaturas bajo cero en amplias zonas de la provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof decidió montar el vacunatorio del estadio Único de La Plata en plena calle y a la intemperie.
Esta mañana la zona del estadio Único marcaba por debajo de 1° de sensación térmica, mientras un grupo de ancianos se tapaba con frazadas que había traído desde su casa para esperar la vacuna. “Tienen las puertas del estadio cerradas. Somos viejos y tenemos frío, pero el gobernador no piensa en nosotros. Vamos a salvarnos del coronavirus, para morirnos de una pulmonía”, se quejó una de las señoras que esperaba bajo la helada mañana platense.
Mientras esto ocurría, no son pocos los vecinos que decidieron irse antes de recibir la vacuna por no tolerar el intenso frío. Algunos se dirigen a hospitales, clínicas y nosocomios locales. Otros tanto, lamentablemente, se vuelven a sus casas argumentando que no tienen dinero para pagar un taxi a otro lado.
Desde aquel trístemente recordado vacunatorio VIP, las autoridades provinciales, con Axel Kicillof y el ministro de Salud Nicolás Kreplak a la cabeza, parecieran haber fallado una vez más en la organización de los vacunatorios en el territorio bonaerense. Lejos de velar por una mejora en la situación sanitaria, resulta complejo imaginar una solución que incluya exponer a los más ancianos al crudo frío del invierno. Del mismo modo, cuesta pensar en que dicha exposición mejore en algún modo la salud de los vacunados.
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