Por: Jorge Fontevecchia
María Eugenia Vidal deja claro que el trabajo de ser presidente no la seduce, si fuera reelecta gobernadora en 2019 prefiere no ser candidata presidencial en 2023.
El Information Fatigue Syndrom (IFS) fue descripto por el psicólogo británico David Lewis como un síndrome de fatiga por exceso de información. Genera “parálisis de la capacidad analítica, perturbación de atención, inquietud generalizada e incapacidad de hacerse cargo y actuar”. Probablemente esto aqueja el ánimo del Gobierno frente al bombardeo continuo de noticias económicas negativas. Otro concepto relacionado con la velocidad de la información en la era digital es el flash crash: estallido súbito de los mercados financieros retroalimentado por algoritmos que pueden tomar decisiones en cadena en cuestión de segundos. Ese temor a los fantasmas que habitan el mercado financiero global, fuera del control de los países emergentes, es otro de los padecimientos del Gobierno. Ante una profundización de la crisis económica, que retroalimentada por otra crisis financiera genere una crisis política, hay prospectivas que hipotetizan un Macri tercero en las elecciones de octubre y que un eventual ballottage no fuera entre Cristina y Macri sino entre Cristina y la oposición a Cambiemos no kirchnerista. Y como generalmente en segundas vueltas donde compite un extremo con un centro, gana el centro, quien termine venciendo electoralmente a Cristina Kirchner no sea Macri sino otro candidato. Un escenario que refleja el terror a los espectros de la volatilidad financiera y afecta el ánimo del Presidente. La anestesia que el Fondo Monetario Internacional produjo sobre la posible reacción del presidente del Banco Central y del ministro de Hacienda deja al Gobierno entregado a la suerte. Quienes tengan Netflix podrían ver el documental sobre la caída de Berlusconi (My Way) sucedida en 2011 por la presión de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, quienes para ofender a Italia propusieron que el Fondo Monetario Internacional le prestara 80 mil millones de dólares. Berlusconi logró resistir el embate de Christine Lagarde, que ese año pasó de ser la ministra de Economía de Francia a presidenta del Fondo Monetario, pero el solo hecho de que la Unión Europea recomendara que Italia no estaba en condiciones de administrar por sí misma su economía era un voto de censura a la gestión de su gobierno. Finalmente, Berlusconi fue sustituido por el economista y reconocido técnico de la Unión Europea Mario Monti, quien asumió con el doble cargo de primer ministro y ministro de Economía. Todos los radicales ya desdoblaron sus elecciones provinciales y solo Vidal ata su suerte a la de Macri En nuestro país, al revés, la habilidad comunicacional del equipo de Macri logró inicialmente que el crédito del Fondo Monetario Internacional fuera transmitido como una señal de confianza internacional a la gestión del gobierno argentino. Pero con el paso de los meses se fue comprobando que la intervención del FMI, prohibiendo al Banco Central intervenir en el mercado, en lugar de calmar la turbulencia cambiaria de mediados de 2018, la potenciaba, haciendo que el dólar pasara primero de 25 a 30, después a 38 y que ahora superara los 40. Sumando a la preocupación que tenían los italianos la sospecha adicional sobre si el propio FMI está en condiciones de administrar la economía argentina. Porque al espiralamiento “aumento del dólar-aumento de la inflación-aumento de dólar” se agrega que el déficit cero se hace cada vez más difícil de cumplir porque a los recortes del gasto público les sigue la menor recaudación de impuestos por efecto de la menor actividad económica, un círculo vicioso ya experimentado en un país bimonetario como la Argentina. El aumento del dólar de esta semana volvió a instalar la varias veces desmentida versión de que María Eugenia Vidal no iría por la reelección como gobernadora de la provincia de Buenos Aires (ahora que se descartó el adelantamiento de sus elecciones) sino que integraría la fórmula presidencial junto con Macri o sola. María Eugenia Vidal nunca antes se había prestado al reportaje largo de PERFIL, por el que Macri pasó media docena de veces y también lo hicieron Rodríguez Larreta, Marcos Peña y la mayoría de ministros, que se publica en esta edición, más oportuno que nunca para conocer el ánimo de la carta electoral más ganadora de Cambiemos y a través de ella lo que se pueda inferir del ánimo del Presidente y del jefe de Gabinete. La gobernadora no puede, no debe o no quiere criticar a Macri y a Marcos Peña y en el reportaje sus elogios a ambos parecen una mezcla de formación reactiva y síndrome de Estocolmo: una sobrerreacción, síntoma del opuesto. En el reportaje, María Eugenia Vidal defiende a Macri y Marcos Peña hipotecando su futuro electoral y político María Eugenia Vidal deja claro que el trabajo de ser presidente no la seduce, si fuera reelecta gobernadora en 2019 prefiere no ser candidata presidencial en 2023 y dejaría que esa posta la tomara Rodríguez Larreta. A los 45 años y divorciada hace tres, desea más recomponer su vida personal y confiesa que aspira a volver a formar pareja en los próximos años aun si fuera reelecta gobernadora porque no quiere pasar otros cuatro años sola. También pronostica que, en un segundo gobierno, Macri sería más generoso con la oposición porque ya no tendría que actuar como un competidor electoral. No piensan en esa hipótesis los gobernadores radicales que ya, todos, adelantaron sus elecciones provinciales y piden que el Presidente ni pase por sus distritos. Porque, hoy, el “piantavotos” es él.
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