Temor en la UIA por la cláusula que le permite al Gobierno designar veedores en empresas

Temor en la UIA por la cláusula que le permite al Gobierno designar veedores en empresas
La inquietud se trató ayer en la reunión de la entidad, también preocupada por la paralización de importaciones; proliferan los pedidos de aportes de campaña
La idea era redactar un comunicado y difundirlo. Pero no. La Unión Industrial Argentina (UIA) prefirió reclamar sin ofender. Nada más irritante para el kirchnerismo que enterarse primero por los diarios. Entonces ayer, durante la reunión de su comité directivo, la central fabril eligió canalizar su malestar sobre la reforma del mercado de capitales por otra vía: será Héctor Méndez, su presidente, quien se lo plantee personalmente a Cristina Kirchner en cuanto pueda.

El eje del problema es el ya célebre artículo 20 de la ley, cuyo inciso más controvertido, el que le permite a la Comisión Nacional de Valores designar veedores en empresas sólo con que lo pida un accionista con no más del 2% control de la compañía, fue incluido en noviembre pasado por el diputado Roberto Feletti sobre la medianoche del debate parlamentario, a espaldas de muchos legisladores de la oposición que horas después se sorprendieron con lo que habían votado.

La travesura no pasó inadvertida a los empresarios, pero tampoco alcanzó para generar un reclamo abarcador. Ni siquiera la semana pasada en la propia Bolsa, donde la Presidenta anunció parte de la reglamentación.

En la UIA, que sigue siendo la entidad corporativa más poderosa, la irritación es doble porque sus miembros se sienten algo defraudados. Tiempo atrás, cuando José Ignacio de Mendiguren, entonces presidente de la central y hoy candidato en la lista de Sergio Massa, le transmitió la tribulación a la jefa del Estado, se llevó la promesa de que el artículo 20 sería corregido en la reglamentación, y con ese mensaje volvió a la UIA.

Ayer, el tema ocupó gran parte de la reunión. "Te sacan la empresa sin trámite judicial", dijo uno. Daniel Funes de Rioja, líder de la cámara alimentaria Copal, introdujo el asunto y expuso los lineamientos de un trabajo confeccionado por abogados que, afirmó, explica en detalle el peligro que la norma supone para el sector privado.

Méndez, que venía de dos conversaciones informales con la Presidenta la semana pasada, aceptó expresarle la preocupación. Es probable que el reclamo vaya acompañado por respaldos a iniciativas del Gobierno. Ricardo Khayat, vicepresidente Pyme, propuso explayarse sobre el apoyo que muchos comparten sobre los proyectos para gravar la renta financiera. La postura promete sorprender: involucra a ejecutivos fabriles que, en voz baja, suelen rechazar casi todas las propuestas kirchneristas. Son los que hablan de "fin de ciclo".

No son tiempos fáciles. Esta creciente perturbación que los hombres de negocios juzgan por ahora como una amenaza convive con desvelos presentes y concretos. Por ejemplo, la autorización de declaraciones juradas anticipadas de importaciones (DJAI), completamente paradas como consecuencia de las restricciones cambiarias. Fue otro de los lamentos unánimes de ayer.

Todo termina en Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, abocado en las últimas horas a otra misión de cortísimo plazo: una convocatoria a empresarios para que participaran, anteanoche, en el restaurante Señor Tango, ubicado en Vieytes 1655, Barracas, de una comida destinada a recaudar fondos para Martín Insaurralde, candidato del Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires.

Moreno volvió a tener laderos activos. Por ejemplo, la ministra de Industria, Débora Giorgi, una de las telefonistas, y Javier Rando, secretario del área, que firmó varios correos electrónicos con la invitación. Lo que más sorprendió fue el valor del cubierto: 30.000 pesos por persona, que tal vez hayan sido los causantes de que algunos potenciales comensales se hubieran hecho los distraídos.

¿Langosta importada de Cuba? ¿Champagne francés? ¿Ostras en bandeja de plata? ¿Foigras? ¿Bife de kobe? No, son los precios de la política, que a veces esconden viejas picardías. No sería la primera vez que el invitado no llega a pagar: lo único que se le pide es que permita incluir su nombre como aportante. Como para no creer en blanqueos.

Son invitaciones habituales en campaña. Hace una semana, Sergio Massa, candidato del Frente Renovador, reunió a varios en el Centro Náutico San Fernando por $ 5000 cada uno. Y el viernes, el senador Daniel Filmus los recibió en Parque Norte. La Capital Federal no es sencilla para el kirchnerismo, en parte porque su lista no frecuenta hombres de negocios. "A algunos hubo que convencerlos con escopeta", recordó anoche alguien que trabaja para el proyecto.

Lo del lunes era, con todo, administrativamente más complejo. Según los requisitos de los convocantes, los desembolsos debían hacerse en carácter personal, no corporativo. Es decir, no tenía que pagar la empresa sino el ejecutivo, con su nombre en la cuenta de origen. Poner el cuerpo, la peor de las tragedias de esta era.

QUÉ ES LO QUE PERTURBA

Cláusula polémica

El artículo 20 de la ley de reforma de mercado de capitales faculta a la Comisión Nacional de Valores a designar veedores en empresas por pedido de accionistas que no tengan más del 2% del control

Gallos y medianoche

La cláusula fue incluida en noviembre por el diputado Feletti sobre la medianoche del debate parlamentario y sorprendió a opositores que la habían votado

Promesa incumplida

En su momento, Mendiguren, ex presidente de la UIA, le transmitió la inquietud a la Presidenta, que le dijo que el tema sería revisado en la reglamentación, algo que no ocurrió

RECLAMAR SIN OFENDER

La UIA había evaluado emitir un comunicado contra el artículo 20 de la ley de reforma del mercado de capitales, pero optó finalmente por otra vía: Héctor Méndez, líder de la entidad, se lo transmitirá a la Presidenta.

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