Hoy sesiona el Consejo Directivo de Ciencias Agropecuarias. Conrero le pedirá a la fiscal López de Filoñuk más seguridad.
La Justicia federal de Córdoba investiga de oficio las violentas derivaciones que tuvo la sesión del Consejo Superior de la UNC del pasado martes, en la que se derogó un acuerdo de la Facultad de Ciencias Agropecuarias con la empresa Monsanto, en medio de la irrupción de activistas contrarios a esa firma, que agredieron a autoridades presentes.
Hoy a las 10, la fiscal actuante, Graciela López de Filoñuk, recibirá al decano de Agropecuarias, Marcelo Conrero, para tomarle declaración testimonial sobre los incidentes registrados en el mencionado plenario.
Se descuenta que también solicitará el material fotográfico y filmaciones que registraron los medios de comunicación de la asamblea.
Pero, a su vez, Conrero tiene previsto elevar una denuncia propia en relación a esos episodios, que su abogado Miguel Ortiz Pellegrini calificó a priori como incursos en el delito de “coacción”, por parte de los activistas que pretenden cambiar por la fuerza la voluntad de los consejeros universitarios.
Otro frente
Sin embargo, la investigación de esos hechos pasados quedará en cierto modo en segundo plano, cediendo prioridad –al menos hoy– a otra preocupación latente: Conrero le pedirá a Filoñuk que actúe de manera preventiva para garantizar la seguridad en el ámbito de Ciencias Agropecuarias, convencido de que la violencia que ejercieron los activistas en el Consejo proseguirá también en el ámbito de la Facultad.
Esa unidad académica tiene programada para hoy a las 15.30 una reunión ordinaria de su consejo directivo.
Y según sus autoridades, han podido confirmar –a través de las redes sociales– que los mismos grupos que irrumpieron en el Consejo Superior están convocando a “boicotear” esa y cualquier otra reunión que se realice en Agropecuarias.
Las reuniones del consejo directivo en principio son de carácter público, aunque Conrero anticipó que no están dispuestos a atravesar la misma zozobra que el pasado martes, donde hubo gente encapuchada que insultó y salivó a autoridades de la UNC, incluido el propio rector Francisco Tamarit.
“Queremos seguir funcionando normalmente como facultad. Tenemos muchos asuntos por resolver y no podemos estar pendientes de si van a venir militantes a impedir las reuniones. No podemos no gobernar la Facultad”, señaló Conrero.
En principio, para hoy se tomarían medidas preventivas de seguridad a través del personal asignado a la UNC y también con adicionales o alguna empresa privada.
Por otra parte, esa misma Facultad tiene además programada una actividad masiva para la semana que viene, que también podría ser objeto de boicot.
Se trata de talleres, con casi 600 inscriptos, en los cuales se debatirán temas inherentes a la polémica suscitada con la empresa Monsanto y su radicación –por ahora paralizada– en la localidad Malvinas Argentinas, para montar una planta de procesamiento de semillas.
Esa reunión está confirmada, aunque todavía sin lugar preciso de realización, pero igualmente se la visualiza como otro motivo de interés para la actuación de militantes anti Monsanto.
Las autoridades de la Facultad están convencidas de que los ataques en la sesión del Consejo Superior no implicaron un hecho aislado sino sólo el primer paso de una escalada que no se detendrá, simplemente porque sus protagonistas no lucen dispuestos a discutir razones ni argumentos.
“Claramente, quieren imponer sus decisiones por la fuerza. Buscan que la Facultad también fije posición contra Monsanto y llevar ese planteo a fondo”, evaluó Conrero.
En Agropecuarias visualizan que si no se pone un freno a esas intenciones, la Facultad puede quedar expuesta a un virtual bloqueo en sus actividades de rutina.
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