Se denomina basurales a cielo abierto a aquellos sitios donde se disponen residuos sólidos de forma indiscriminada, sin control de operación y con escasas medidas de protección ambiental. Este es el problema.
Por Cristián Frers
Falta todavía mucho con respecto a la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) en Carmen de Areco – Provincia de Buenos Aires donde existen puntos verdes, se tiene gente que separa residuos al detalle, respetando cada una de las facciones correspondientes, y al mismo tiempo se tiene vecinos que siguen tirando residuos de todo tipo en la vía pública, que no solamente son residuos que pierden la capacidad de ser reutilizados, recolectados de manera diferenciada para su procesamiento, sino que además genera focos infecciosos y atenta contra la salud pública, la higiene urbana y sobre todo con el colapso de otros servicios públicos como puede ser el sistema pluvial de la ciudad.
Como todos sabemos esta gestión de residuos está dirigida a disminuir los residuos generados, que son consecuencia inevitable de las actividades humanos, como medio idóneo para reducir sus impactos asociados y los costos de su manejo, a fin de minimizar los potenciales daños que causan al hombre y al ambiente.
El 18 de febrero del 2018, publique la nota “El daño colateral de los basureros a cielo abierto” en el Diario Hoy Mercedes, donde escribía: “Columnas de humo gris y espeso invaden ambas manos de ruta provincial 51 a la altura de la localidad de Carmen de Areco, Provincia de Buenos Aires, en el costado de la ruta se ubica un basural a cielo abierto que ha proliferado en los últimos años y que constantemente es invadido por las llamas. A simple vista, estas emisiones deterioran la calidad del aire de la zona al contener material particulado, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles, además de afectar la visibilidad de los conductores que por allí circulan”.
Asimismo, la degradación ambiental de la basura conlleva costos sociales y económicos tales como la devaluación de propiedades, pérdida de la calidad ambiental y sus efectos en el turismo. Esto implica que cada municipio o provincia debe generar políticas y programas nacionales que apoyen el manejo adecuado e incentiven la reducción de la generación de residuos sólidos, el reciclaje y estimulen la adopción de tecnologías limpias de producción industrial.
El tema es que desde el año 2005 estoy incentivando el reciclaje en la localidad y he presentado propuestas en el municipio con respecto al tema del manejo de la basura, sin embargo, el 14 de marzo del 2022, me llego la siguiente fotografía donde se demuestra que se sigue quemando basura en el basurero municipal donde se ha construido una Planta de Reciclaje que se supone debería estar funcionando. Los años pasan y parece que nada cambia.
En Argentina, la población en general no presenta una cultura de interés en el destino de los residuos, la mayor preocupación es la necesidad de contar con un servicio de recolección de los mismos. Una vez que fueron retirados de la vista de los generadores, para muchas personas ya está resuelto el problema. No hay mucho interés en efectuar una reducción importante en la generación, como base para un manejo sustentable, para lograr la preservación de los recursos naturales y tampoco interés en los mecanismos de disposición final.
El problema de los basurales a cielo abierto exhibe otros desafíos asociados. El tratamiento diferenciado y controlado, como parte de una estrategia general de promoción de la economía circular, no sólo reduce el volumen de los desechos y sus efectos contaminantes, sino que fortalece el trabajo de las personas que trabajan en la Planta de Reciclaje. A su vez, una gestión eficiente de los residuos evita la contaminación por emanaciones tóxicas, pero también permite la reutilización de los residuos, convirtiéndoles en recursos que pueden ser reinsertados en el sistema productivo, que merecen un abordaje integral.
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