TANDIL - Por un fin de semana, la ciudad se vio sacudida por la majestuosidad de las máquinas sobre dos ruedas que coparon las calles y un ruido ensordecedor que conmovía hasta los más distraídos y los despejaba, al menos a su paso y por un rato, de la cansina tarde sabatina.

Alrededor de 1.200 motoqueros llamaron la atención tandilense, desfilando de un rincón al otro de la ciudad, transformando otra vez los tradicionales circuitos turísticos en un masivo movimiento turístico, esta vez con el particular perfil de hombres y mujeres arropados de cueros, vinchas y anteojos oscuros, acorde al vestuario necesario para estar arriba de motos de todos los valores y diseños, para el deleite de los fierreros.

Tal se había detallado en ediciones pasadas, durante el fin de semana, la Agrupación Motociclística ?Moto Sierras? organizó, como todos los años, el encuentro de motos en nuestra ciudad, teniendo como epicentro el predio de la Quinta Belén, atiborrada de moteros que acamparon y vivieron una especie de rito sagrado, que hace a la pasión por sus vehículos y el viajar, además de compartir entre pares desconocidos la misma sintonía.

Como lo habían anticipado los organizadores, durante el sábado el predio vibró al son de las destrezas con las motos y el rock, con la actuación de bandas en vivo de nuestra ciudad. Ya para la noche, al cierre de esta edición se aguardaba la presentación de Pier.

Antes, se realizaron las ?famosas? caravanas por la ciudad con las motos, contando como principal punto de reunión las puertas del Palacio comunal, donde las autoridades aguardaban para formar parte del acto en el que se entregaron distinciones y un reconocimiento a los que hicieron los primeros encuentros hace muchos años atrás.

La noche sabatina también iba a saber de ellos, sus motos y sus ruidos, con la tradicional caravana nocturna, una experiencia que resulta de gran atractivo tanto para los protagonistas como para los vecinos que los ven pasar.

Ya Hernán Istillarte, integrante de "Moto Sierras", había expresado su satisfacción por esta nueva edición del gran encuentro, que como siempre, modifica el paisaje de Tandil, puesto que el atractivo, los distintos modelos y marcas, así como el ruido de motores se imponen para alegría de los vecinos.

Ya desde el viernes comenzaron a llegar varios grupos de motoqueros que arribaron para acampar en el predio cercano a El Centinela. Entre ellos, dos hombres de 72 años de edad, provenientes de Trelew.

También se hizo presente ayer un personaje muy querido para el mundo motoquero: la "abuela" Nélida Iglesias, que con más de 80 primaveras sigue disfrutando de subirse a las dos ruedas y "con más vitalidad que nosotros, los jóvenes", continúa recorriendo el país.