Los intendentes de Juntos por el Cambio también se juegan mucho en el balotaje que se aproxima. El tercer lugar en octubre de la fórmula que los representó y el volantazo de Mauricio Macri que mantiene en vilo a una alianza que cruje, los ha llevado a esta encrucijada que los amenaza por el lado que se mire.
Con mayoría de radicales integrando el bloque, pero también con algunas espadas del PRO que están y seguirán gobernando y los que se sumarán en diciembre, el bloque no sólo piensa de qué manera van a poder desarrollar sus planes y llevar adelante su gestión y relación con el gobierno provincial, sino también en el futuro político de sus partidos y de la coalición.
El tercer encuentro, del martes en General San Martín, dejó más cosas que el comunicado que emitieron como corolario. El texto sugiere más de lo que dice, pero tiene implícitas definiciones y mensajes en todos los sentidos, especialmente pensando en lo que viene a nivel partidario.
Muchos de ellos ya se han pronunciado de manera pública y clara respecto de su voto personal. Pero se cuidan de tratar de influir en sus cercanías y en sus territorios. Transitan un estrecho sendero que les presenta dificultades en todas las márgenes. Eventuales roces pueden dañar su futuro inmediato.
Tras la reunión, varios se confesaron a oídos de La Arena. “Mi postura se sabe y le he hablado incluso con el gobierno provincial, pero mis votantes decidirán en forma individual, no voy a tratar de influir”, afirmó uno de ellos.
Otro contó que podría afirmar que “de los presentes, la noventa por ciento no votará a Milei, pero no lo van a decir abiertamente”. Todos saben, y no hace falta que Sergio Ziliotto les adivine el futuro, lo que puede ser de su gestión si el libertario se instala en la Rosada. No hay espacio, todos lo sabemos, para grises.
Predicciones.
Un norteño se animó a alguna predicción, en base al pulso que va tomando de sus propios votantes. Vaticinó que, en su pueblo, los que apoyaron a JxC “se van a dividir en tres”, es decir que de esos sufragios un tercio iría a Milei, un tercio a Massa y el restante se traduciría en blanco o no irán a votar.
“Los intendentes tenemos, la mayoría, una postura clara. Tan clara como que los votos son inmanejables más allá de esa frase tan escuchada que todos dicen respecto de que los votos son de la gente. Hay muchos con bronca que no entienden razones, no les importa si votar a Milei perjudica o no al pueblo”, se lamentó.
Pero el balotaje y la influencia que significará en sus gestiones es sólo una parte de lo que los desvela. Más allá del intercambio sobre gestión, el apuntalamiento a los que llegan y ese buen clima que dicen se respira, desde el bloque pretenden influir de pleno en el futuro de los dos partidos mayoritarios de Juntos.
De ahí los párrafos en los que mencionan la necesidad de una renovación paulatina de las autoridades, con el desplazamiento incluido de lo que consideran dinosaurios enquistados. “Hay que renovar, terminar con esos dirigentes que se perpetúan y que quieren ser siempre primeros y no dan espacio. Hace rato que en mi partido pido que den lugar a los jóvenes, hay que ir por ideas nuevas”, reflexionó uno de ellos.
Prefieren evitar hacer nombres, pero todos conocen de memoria esos apellidos que, especialmente en el radicalismo, ya han perdido la cuenta de las veces que se postularon y perdieron frente al PJ. Más allá de alguna elección importante en la que quedaron cerca, pero no alcanzó, como la de mayo pasado.
Lista consensuada.
Aseguran que la UCR tendría para fines de este mes una lista consensuada y que, a mediados de diciembre, el Comité Provincia presentará caras nuevas. Las fuentes aseguran que la intención de Diego Marcantonio, actual titular partidario, es dar un paso al costado.
Coinciden que el ex intendente de Parera llegó con sanas intenciones de cambiar muchas cosas, pero chocó con la pared que representan los apellidos históricos. “Vino con las mejores intenciones, pero son (esos apellidos) inmanejables, terminan haciendo lo que quieren”, resumieron para justificar el bajo perfil que tiene Marcantonio.
La intención es esa nómina de unidad y consenso, pero avisan que el grupo quiere protagonismo y avizoran, también, que uno de los históricos, enancado en su performance electoral, muestra pretensiones de situarse en lo más alto.
En el PRO coinciden. Sólo que recién en 2024 y sin que se conozca fecha cierta, será hora de hablar de autoridades partidarias. “Estamos cansados de algunas figuras que no tienen responsabilidad de gestión y que pretenden manejarnos a distancia”, espetó uno de ellos.
Este es el panorama hoy de los intendentes de la oposición en La Pampa. Con figuras exitosas en gestión, aspiraciones a renovar sus partidos y con la expectativa de ver de que lado cae la moneda el 19N.
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