Responsables y culpables de una situación crítica en la que se ve envuelta Mendoza. Cómo dejan a la Provincia los que fueron invitados por la ciudadanía mediante su voto a retirarse del poder. Y las tareas que deben hacer antes de irse.
La situación económico/financiera en que se llega al fin del mandato de Francisco Pérez nunca fue imaginada ni estuvo en los peores sueños ni expectativas del gobernador saliente. Basta recordar sus insistentes alusiones, sobre todo en los discursos de apertura de las sesiones legislativas, a su propósito de terminar con las finanzas equilibradas y déficit cero y a su seguridad de impulso a un modelo productivo superador y de amplia inclusividad.
Obviamente, nada de esto se ha cumplido, pero por razones de brevedad y por lo grave y urgente de la crisis nos vamos a referir a los problemas financieros que recaen sobre la provincia y a sus atribulados e ineficientes funcionarios responsables.
Pese a la dificultad de conseguir cifras confiables, algo también inadmisible para servidores públicos, se puede estimar en alrededor de 5.000 millones de pesos el monto entre deuda y cifra necesaria para llegar a fin de año.
Esta situación financiera negativa tiene varias causas, y vamos a señalar las principales.
El propio gobernador, que desde hace tiempo es quien decide a quien y como se le paga, quien promete soluciones e incumple antes de llevarlas adelante, encabeza la lista de los responsables. Marcelo Costa y Juan Gantus ex y actual titular de Hacienda han llevado parte clave en este desaguisado fenomenal. No debemos olvidar tampoco el paso de Costa por la OSEP, que incluso mantiene actualmente influencia a través de ciertos funcionarios en la institución. La obra social está cuasiparalizada por sus problemas de caja y en ella también es notable la influencia de Pérez que se reservó el control directo y exclusivo. Recordemos al respecto que el mandatario le negó toda posibilidad de injerencia a su ex amigo y ministro de Salud, Matías Roby, cuando este le solicitó participar para tratar de enderezar el camino de la OSEP, según sus propias palabras. OSEP es un emblema de los problemas financieros.
Gantus se encuentra atribulado, temeroso y preocupado, no solo por la crisis, sino por su propio destino personal, ante la posibilidad de haber incurrido en conductas punibles penalmente, por retención indebida de fondos por aportes no depositados e incluso por créditos internacionales no afectados a su destino específico.
En sus apartes off the record Gantus responsabiliza al propio gobernador y a Costa como los responsables máximos de sus pesares. Aparte de sus temores, Gantus destrata a acreedores del Estado, a quienes no atiende por teléfono, ni responde sus mails o mensajes, demostrando no solo que no conoce sus deberes de servidor, sino que les falta el respeto personalmente. Como consuelo ,el ministro ha conseguido con su inclusión en las listas sabanas, su ingreso en la Legislatura que comienza el año que viene.
Otra columna que sostiene la ausencia de recursos suficientes para financiar el estado provincial es la política en empleo público y sus consiguientes remuneraciones. Las dos últimas negociaciones paritarias son un patético y claro ejemplo. A través de Carlos Ciurca y Rodolfo Lafalla el año pasado y con Mauricio Guzmán y Andrés Cazabán, bajo la supervisión nuevamente de Lafalla en el corriente período, Pérez llevó la planta de personal permanente y el monto de actualización y mejora salarial a cifras inmensas, impagables con los recursos normales y que no se condicen con la contraprestación de servicios que ofrece a los ciudadanos este megaestado mendocino.
Basta como ejemplo que la mejora ofrecida ab initio para los salarios estatales fue del 35% para este año, la más alta del país, superior en cuatro puntos a la conseguida por camioneros, que se vanagloriaron públicamente de haberles torcido el brazo a Kicillof y a la propia presidenta con su porcentaje del 31%.
Si le sumamos la inmensa cantidad de personas pasadas a planta permanente, aun de empleados que comenzaron sus labores en el corriente años, más los "clientes " oficializados y mejorados económicamente, se completa un perfecto cuadro de ineficiencia y de situación consolidado para el futuro.
Por el contrario, un Estado serio, responsable y a través de funcionarios capacitados política y técnicamente, debe establecer vínculos de calidad, equidad y justicia entre empleados estatales, su cantidad, la calidad de sus funciones, su remuneración, su capacitación y el servicio que reciben los ciudadanos que con sus impuestos sostienen la estructura estatal. Para el futuro los ciudadanos necesitamos funcionarios responsables y capaces que corrijan los graves desvíos que impactan en todo el conjunto social.
MDZ lo viene diciendo desde hace años: no hemos reaccionado sorpresivamenteYa en el ciclo "Mendoza S.O.S" hace cuatro año advertíamos las consecuencias del descontrol de las cifras en la Provincia. Fue cuando este diario planteó cinco puntos en los cuales enfocarse. Todos asintieron. Nadie actuó. El tiempo se perdió:
1. El vino, el agro y el turismo no producen empleo ni una renta suficiente como para la provincia esté mejor, y la calidad de vida de los habitantes sea superior.
2. Necesitamos repensar la minería, enfocar el corredor bioceánico Mendoza-Valparaído, construir diques y caminos, y concretar la empresa provincial de energía. También una nueva política de hidrocarburos, seria, activa, que haga que las empresas exploren y exploten realmente el petróleo.
3. Mendoza necesita un banco propio, y generar condiciones para la inversión a mediano y largo plazo, con una adecuada y tentadora promoción para los que están dispuestos a usar su dinero. Buenas condiciones de radicación, exenciones impositivas y créditos son posibles.
4. Hay que recrear una política integral del agua en todo sentido, democratizando el Departamento General de Irrigación, haciendo importantes obras de infraestructura que optimicen el riego, y poniendo recursos para mejorar la obsoleta red de agua potable y cloacas de Mendoza.
5. La provincia necesita más y mejores recursos turísticos, más educación y nivel en las prestaciones al turista, más hoteles de primera línea y una mejor atención en todos los niveles del negocio turístico.
Dijimos por entonces, además, con el afán de abrir un debate que permanecía -y continuó en ese estado inerte- guardado en los cajones de los funcionarios:
El modelo económico productivo mendocino ya no alcanza para todos, sino para una parte de la población, postergando a decenas de miles de comprovincianos a vivir en la pobreza, la exclusión, el endeudamiento permanente, y sometidos a servicios de salud y educación propios de democracias muy poco avanzadas y con atrasos en algunos casos- de treinta años, en concepción, pensamiento, herramientas, y tecnología. A todo ello, se sumará en 2012 el quinto año consecutivo de déficit presupuestario provincial, lo que condiciona el mejoramiento de los servicios esenciales y el desarrollo de la obra pública futura.
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