La Canciller se refirió al reclamo por las Malvinas y destacó que "no siempre se logra lo máximo endureciendo las posiciones". En diálogo con Infobae, habló de Venezuela, EEUU, Irán y el Mercosur
Susana Malcorra ríe con ganas: dice que para ser canciller mujer hay que llamarse Susana y haber nacido el 18 de noviembre. La estadística la avala. Son los dos requisitos que comparte con Susana Ruiz Cerutti, ministra de Relaciones Exteriores durante el alfonsinismo y la otra mujer que llegó al máximo nivel de la diplomacia nacional. Con ella y otros cinco antecesores, la funcionaria compartió un extendido almuerzo el último martes. Solo faltaron Héctor Timerman y Dante Caputo, que se excusaron por encontrarse fuera de Buenos Aires.
Un rato después de ese almuerzo, la canciller de Mauricio Macri recibió a Infobae y a un grupo de medios gráficos en su despacho del piso 13 del Palacio San Martín, en Retiro. Distendida, durante casi una hora habló sobre la relación con Venezuela, Estados Unidos y los países del Mercosur; las negociaciones comerciales con la Unión Europea; la gestión de Timerman; la vinculación con el Vaticano; Irán y el reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas. "No siempre se logra lo máximo endureciendo las posiciones", avisa la ministra sobre el archipiélago.
- La gestión anterior había adoptado una política de implementación de sanciones como una medida de presión para lograr una discusión sobre la soberanía. ¿Esto va a continuar? ¿Se va a empezar a trabajar en temas comunes con el Reino Unido, y esto podría ser un paraguas para esa discusión?
-Lo primero es que vamos a mirar al tema de Malvinas en su propio mérito. Este es un tema constitucional, no es opcional. Nuestra Constitución establece que Malvinas es una cuestión total y absolutamente prioritaria. Vamos a seguir y vamos a mantener los principios de la Constitución así como mantenemos todo el resto. Dicho esto, Malvinas también hay que verlo en el contexto del Atlántico Sur, así como hay que ver Antártida. Vamos a poner muchísimo énfasis en analizar el tema de Malvinas de esta manera, y de hecho vamos a crear un área que probablemente sea una subsecretaría del Atlántico Sur, en la cual va a estar inserta Malvinas. El objetivo es hacer un análisis de nuestras posiciones, que vamos a defender con la misma seriedad y con la misma convicción que se ha hecho hasta ahora. No he llegado todavía a revisar todas las últimas decisiones que ha habido, con lo cual no puedo decir exactamente dónde estamos parados. Vamos a ser evolucionarios, no revolucionarios, porque tenemos una base sobre la cual trabajamos, que es la Constitución, pero al mismo tiempo vamos a integrar el conflicto con una perspectiva un poco más amplia.
- ¿Cómo cree que encaró el conflicto el gobierno anterior?
-Yo creo que el gobierno anterior hizo de Malvinas el tema central, hizo que la cuestión se transformara en un tema absoluta y totalmente preponderante en sí mismo, y con una posición muy dura al respecto. No siempre se logra lo máximo endureciendo totalmente las posiciones, lo cual no quiere decir que uno vaya a ceder en los principios. Ahora tenemos que mirar donde se calibra exactamente la posición para que la defensa de los intereses de Argentina se mantenga sin ninguna duda, pero de qué forma se puede hacer que eso se sostenga quizás con objetivos más concretos de solución.
- ¿Cómo evalúa el impacto que tuvo el reclamo a Venezuela en la última cumbre de Asunción?
-Hubo un reconocimiento de que el Presidente fue muy claro y muy directo, y como tal creo que sirvió para cristalizar esta declaración de la que hablamos (la declaración firmada por los miembros del Mercosur en Paraguay). De cualquier forma, la reunión del Mercosur tuvo también otros aspectos. A veces corremos el riesgo de sesgar la discusión en un solo sentido y perder de vista que hubo muchos temas que se discutieron.
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