Ricardo Franco cumplió casi cinco meses de licencia otorgada por sus colegas del STJ, tras protagonizar en octubre un accidente de tránsito en estado de ebriedad.
Hace dos semanas que Franco está en condiciones de volver a ocupar su cargo dentro del Máximo Tribunal del Chaco. Ya pasaron casi cinco meses desde que el 23 de octubre pasado sus pares del STJ consideraron oportuno darle un respiro al magistrado teniendo en cuenta el escándalo que se produjo cuando, tras protagonizar un accidente de tránsito, a las 11 de la mañana de un domingo, se confirmó que tenía 3,05 grados de alcohol en sangre, seis veces por encima del límite permitido para conducir.
A pesar de que ya puede retomar sus funciones, los restantes miembros no quisieron que el magistrado regrese, mostrando la evidente falta de respaldo que tiene actualmente Franco entre sus colegas. Según pudo saber CHACO DIA POR DIA, a través de una resolución de presidencia, decidieron renovarle la licencia por "enfermedad de largo tratamiento". Si bien no especificaron cual, la misma apuntaría a supuestos problemas con el alcohol que acarrearía el magistrado desde hace un tiempo y que aún le generarían inconvenientes en su desempeño.
A pesar de este nuevo "frizamiento", Franco realiza la rutina que tenía hasta antes del escandaloso episodio de octubre. Va al STJ todos los días, estaciona su vehículo en el garage y hasta cumple horario en su oficina. Sin embargo no está habilitado para firmar papel alguno ni para tener voz ni voto en las acordadas que realizan todos los miércoles los jueces María Luisa Lucas, Alberto Modi, Rolando Toledo y Ramón Ávalos. "Está pero no está", graficaron fuentes judiciales.
Año negro
El 2012 fue un año negro para Franco. En agosto, el polémico magistrado se despachó con una declaración incendiaria. En diálogo con Radio Libertad dijo que el crimen organizado en el Chaco tiene el financiamiento y apoyo de "políticos, jueces y empresarios y demás". La Legislatura lo citó para que amplíe sus dichos, pero el juez sólo habló vaguedades respecto de causas penales abiertas contra funcionarios nacionales.
Dos meses después, a bordo de su VW Bora, Franco embistió a un automóvil Corsa, en avenida Las Heras al 500. Hasta allí un accidente de tránsito más. Sin embargo, el médico policial Marcelo Fanti examinó al ministro sel Superior Tribunal de Justicia y le diagnosticó primer grado de intoxicación alcohólica con aliento etílico. Llegado el momento de trasladarse hasta la sede de la comisaría jurisdiccional, el magistrado se empecinó en conducir en el estado en que se encontraba. Por supuesto, los agentes policiales se lo impidieron.
Tras el episodio, y en medio de pedidos de juicio político impulsados desde el Frente Chaco Merece Más, sindicatos judiciales y movimientos sociales, los restantes miembros del STJ decidieron soltarle la mano. En un acuerdo extraordinario, resolvieron quitarle la presidencia de la Sala Segunda en lo Criminal y Correccional que quedó a cargo del juez Modi y dejaron asentado su posición respecto de cómo debe manejarse un magistrado de la Justicia local.
Según la acordada, un juez debe tener una conducta decorosa "en su máxima expresión", "prudencia, circunspección y mesura", señalando que cuando esto no se cumple y trasciende a la esfera pública, "afecta la credibilidad y la confianza que en el Servicio de Justicia debe tener la sociedad, produciendo afectación de la imagen judicial".
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