La devaluación y la esperada contracción de la actividad económica harían que se reduzcan las importaciones.
“El saldo favorable estaría en torno de los US$ 9.300 millones al cierre del año, por lo que seguirá siendo el único factor genuino de entrada de divisas”, sostiene el informe realizado por Mauricio Claverí, coordinador de Comercio Exterior de la consultora.
En 2014, de acuerdo con el análisis, el comercio total del país se contraerá por un menor valor de exportaciones e importaciones. “Con un escenario local recesivo y precios internacionales a la baja, se espera que el intercambio total caiga 2,1% ”. En cuanto a las exportaciones, si bien espera que el volumen de ventas agropecuarias se incremente (por la soja), la evolución adversa de los precios hará que baje su valor. El sector automotor, por su parte, no traccionará las exportaciones de la industria como en 2013, al punto que proyectan una caída de las ventas externas de 3,4% este año. Y, por las trabas en Europa, las exportaciones del biodiésel caerán un 51%.
Mientras tanto, la competitividad que trae la devaluación no impactaría sobre las colocaciones de los principales complejos exportadores cuya dinámica es poco sensible a las variaciones del tipo de cambio. Aunque sí podría impactar sobre algunos productos regionales.
Por el lado de las importaciones, se espera una caída de 2,3%, especialmente en el rubro manufacturas de origen industrial, ya que se estima que la compra de combustibles y energía crecerá un 17%.
Así, el déficit energético será de US$ 9.000 millones.
“Debido a la escasez de divisas no debería observarse en 2014 una relajación de los controles sobre las compras externas”, afirma Claverí.
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