Asegura que es parte de su rutina y su versión puede ser fácilmente corroborada porque resulta habitual ver al intendente Juan José Rainone caminar junto al viceintendente José Osmar García, apurando una ronda de café en un bar o una caminata por la zona del microcentro.
No fue casual, entonces, que ayer haya sido un día más, aunque con una breve interrupción para atender a un cronista de este medio que se acercó para consultarle sobre la decisión del gobernador de ofrecer una suma fija de 3.500 pesos a los empleados públicos, suma que, de tornarse real, motorizará el consumo constituyéndose en un aporte invalorable para las alicaídas cajas comerciales.
En principio, a Rainone se le consultó sobre las opiniones que recoge a diario en cada caminata, y la forma en que esas inquietudes son captadas o transmitidas por y hacia las distintas áreas municipales. “Esto lo venimos haciendo desde siempre, personalmente a la mañana o a la tarde -salvo que las actividades de oficina me lo impidan- recorro lugares para hablar con los vecinos, comerciantes y hasta con la gente que anda de paso por la ciudad. Es una forma de palpar la realidad y una forma de colaborar con los funcionarios que están a cargo de los servicios, y de comprenderlos cuando me explican las dificultades que se les plantean cuando deben responder reclamos”, señaló.
-¿Y es objetivo con lo que percibe, cuál es la impresión que se lleva del microcentro por ejemplo?, uno de los primeros lugares que ve el visitante…
-La idea, para nosotros, es tomar el centro de la ciudad como escuela de formación ciudadana. Este es el primer escenario, pero que debe replicar la imagen en el resto de la ciudad. La primera impresión es decir que vamos entendiendo las responsabilidades que nos tocan, a veces desde lo individual y otras desde el conjunto. Pretendemos estar cerca de quien lo necesita para que tenga un tránsito mejor, a veces hay cosas que se pueden hacer y otras no, el que está al frente de la gestión debe pensar en el conjunto y no favorecer en especial a alguien.
-Usted, o García a veces, hablan con el visitante, ¿qué visión de ciudad ven ellos?
-La primera impresión de la ciudad es que tenemos una ciudad limpia, ordenada y organizada, le llama la atención. El que viene seguido lo repite, pero el que llega por primera vez lo dice inmediatamente. Y sobre esas opiniones tenemos que seguir sustentando gran parte de nuestro funcionamiento diario, muchos de los que llegan por primera vez se sorprenden con la organización del piquense algo que nosotros, como estamos en la ciudad o en la provincia, a veces no lo percibimos con tanta nitidez, solamente nos damos cuenta cuando salimos del lugar.
-El comercio, hace rato, viene sufriendo una crisis que se hizo pública. ¿Nota que varió algo en el sector?
-Pico es una ciudad, ahora, netamente comercial. Y siempre recibimos inquietudes de los comerciantes, y muchas veces el contacto sirve para explicarle las dificultades que nosotros tenemos para ayudarlos con algunas demandas puntuales. Pero también somos receptores de propuestas a las cuales tratamos de canalizar si son atendibles, son aportes importantes porque es gente que vive aquí dentro y el problema en forma directa.
-Tiempo atrás, los comerciantes, hacían hincapié en las molestias que le generaba el sistema de estacionamiento medido, porque aducían que producía la fuga de clientes, ¿cambió esta opinión en los últimos tiempos?
-Creo que buscamos un equilibrio en las cosas, respetando lo que piensan las partes, a veces no es fácil equilibrar los intereses. Hay que entender que el sistema de estacionamiento medida no es una medida exclusiva de Pico, se aplica en muchísimas ciudades iguales, mayores o hasta menores en cantidad de habitantes. Lo que sucede en Pico, además, es que hay un parque automotor en constante crecimiento y a veces la gente privilegia ese recurso en detrimento de caminar unas cuadras, casi una cuestión cultural que cuesta resolver.
Es un tema de organización comunitaria también, y tiene que ver con el respeto y la solidaridad.
-El gobernador, ayer, ofreció una suma fija a los empleados públicos y ayuda a los municipios para pagarla, eso ¿descomprime en cierta medida los posibles movimientos o conflictos a fin de año?
-Es muy importante llegar a fin de año sin problemas, creo que de esta manera se descomprimen algunas tensiones, es bueno que el bolsillo de la gente tenga un ‘manguito’ más, porque eso también replica en la actividad comercial. Pienso que la decisión está muy bien y tengo la esperanza y confianza de que (el gobernador) nos va a acompañar a todos los municipios, eso me deja tranquilo tal como pasa cuando recibimos aportes para hacer frente al pago de aguinaldos.
-Hablando de recursos, ¿la situación financiera del municipio se estabilizó?
-Venimos monitoreando mes a mes, hacemos una reingeniería permanentemente viendo lo que ingresa por las distintas vías provinciales, nacionales y recursos propios, luchando y trabajando siempre para mejorar la recaudación propia que es la base de la cuestión porque es el recurso genuino, propio, y porque en definitiva eso marca si hacemos bien o no los deberes en cuanto a prestaciones al vecino. Hay que cambiar esta historia de que pareciera que el municipio no es de nadie y por lo tanto no importa si se le debe o no, en realidad el municipio es de todos y eso hay que entenderlo así.
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