Frente a la tarifa técnica, que para la Ciudad es de $6, se aplicaría un subsidio. Todo depende del acuerdo que llegue el gobierno porteño con Metrovías.
El desembolso, que todavía no ha sido oficializado, significa el primer giro de dineros públicos que realiza el gobierno de la Ciudad para subsidiar el déficit operativo del subte.
Como la mayoría de los servicios de transporte bajo tierra del mundo, el metro capitalino no se financia por completo con la tarifa, sino también con subsidios públicos. Hasta diciembre pasado, esos aportes fueron federales, y en 2012, totalizaron 360 millones de pesos, la mitad de los 720 que fueron entregados a la empresa Metrovías en 2011. Tal como fue anunciado, el Estado Nacional terminó de entregar en diciembre la última cuota de los 360 millones finales, y desde entonces dejó el financiamiento del servicio en manos del gobierno porteño, que el 30 de diciembre promulgó la ley votada por la Legislatura para hacerse cargo del subte. En noviembre, un mes antes del fin de los subsidios federales, Metrovías esgrimió que tenía una deuda a su favor de 220 millones de pesos, por la pérdida en 2012 de 60 millones de pasajeros (150 millones) y el pago de otros 70 millones de pesos como anticipos de la paritaria salarial que recién terminó hace un mes. Ahora, ese faltante sería de 160 millones de pesos para cubrir el déficit del año pasado y, según confiaron desde la gestión PRO, es el monto que reclamó el Grupo Roggio para poder pagar salarios.
"Hasta el jueves pasado, la empresa decía que no tenía la plata suficiente para pagar los sueldos de diciembre y que tendría serias dificultades para hacerlo en febrero", reveló un alto funcionario porteño, luego de confirmar que la comuna, a través de la empresa pública Sub terráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), está evaluando "entregar un desembolso para el mes que viene y también para cubrir el faltante de diciembre".
Sin embargo, la primera partida de fondos porteños para subsidiar el subte ya fue entregada, como un paso vital para que 2013 no arranque con un nuevo conflicto sindical por las demoras en el pago de salarios. Ese es el mar de fondo de la negociación que mantiene el gobierno porteño con Metrovías, para definir, en un plazo de 60 días (tal como lo indica la ley), la continuidad de la concesionaria en el metro porteño, o su virtual estatización, con la posibilidad de que SBASE llame a una nueva licitación internacional o administre el servicio a través de una sociedad de participación mixta.
Para ese desenlace todavía faltan dos o tres meses, un tiempo mucho más extenso que los plazos que baraja la comuna para blanquear un nuevo aumento. Según la Ley 4472, existen dos tipos de tarifas: la técnica, "que refleja los costos de explotación del servicio" y es establecida por SBASE; y la que se cobra en ventanilla, que es "la que efectivamente paga el usuario". Según dijo Macri hace una semana, la tarifa técnica rondaría los seis pesos, aunque sus propios funcionarios sostuvieron entre agosto y septiembre que ese monto era de 3,90 o 4 pesos, un precio que finalmente caería, por completo, sobre las espaldas de los usuarios a partir de marzo, o quizás antes.
Por ahora no se sabe si los seis pesos de Macri forman parte de una estrategia comunicacional para alivianar el costo político de una tarifa cercana a los cuatro pesos, pero la ecuación final de los costos que le permitirá al PRO aumentar la tarifa técnica es parte de la negociación que mantienen Roggio y el gobierno porteño. Sin embargo, uno de los participantes en ese tirante intercambio confió que "la Ciudad está dispuesta a poner 1 peso o 1,50 de subsidio por viaje, para que el usuario no pague toda la tarifa técnica, así es que si determinamos que la técnica es de 5,50, el viajero pagará un precio del boleto cercano a los 4 pesos".
Hasta el miércoles, la discusión al interior de la administración PRO consistía en "matar dos pájaros de un tiro" y combinar el anuncio de la parálisis temporaria de la línea A con el blanqueo de una nueva tarifa para marzo. Finalmente primó la posición de mantener el aumento en silencio, aunque una parte del Gabinete macrista sostiene que se está perdiendo la oportunidad de atar la suba del subte a los incrementos para viajes en colectivos y trenes del 33% al 50% que anunció el Estado Nacional el 20 de diciembre.
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