Una de las herramientas -el fideicomiso- que implementó el Gobierno para contener el precio de los alimentos está a punto de quedarse sin fondos. Negociación de Hang con las empresas exportadoras para subsidiar el mercado interno.
Por Florencia Barragan
El Gobierno definió que el mecanismo para “desacoplar” la suba de los precios internacionales de los alimentos con los precios en las góndolas fuera la puesta en marcha de subsidios a las alimenticias, a través de la herramienta del fideicomiso. Para el caso del precio de la harina y los fideos, quedan fondos para mantener los precios subsidiados por alrededor de una semana. En el caso del pan, los subsidios llegan a 3 empresas, y hay otras 4 que presionan por obtener los fondos.
La pulseada entre el flamante secretario de Comercio Interior, Guillermo Hang, y las empresas del sector privado por ver quién financia y quién recibe los millonarios subsidios, busca contener el precio de los alimentos de la canasta básica. En la primera semana de junio, los productos de panificación, cereales, pastas y los aceites treparon 3,9%. En el último mes, los aceites subieron 6,4% y los panificados lo hicieron en un 6,2%, según la consultora LCG, en ambos casos por encima de la inflación estimada para el período. El martes se conocerá el IPC del Indec.
La primera herramienta que se conformó fue el fideicomiso para subsidiar el precio de la harina y los fideos que se venden en el programa de Precios Cuidados. En este caso, lo manejan las mismas empresas, por lo que las exportadoras financian a las alimenticias que venden para el mercado interno. Según pudo saber este diario, este fondo que inicialmente era de u$s 25 millones está prácticamente agotado, y las empresas locales aseguran que alcanza para la próxima semana.
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Esta será una de las principales pulseadas que deberá dar Hang: pedirle a las exportadoras nucleadas en Ciara-Cec que sumen más fondos. La industria local asegura que, de terminarse el fondeo, no podrán seguir abasteciendo a los actuales valores, e implicaría un salto del 40% “como mínimo” en los precios de góndola.
Tanto el Gobierno como los privados aseguran que este fideicomiso obtuvo los resultados que se propuso, que fue sostener los precios sin que se disparen producto de la suba que tuvo el trigo a nivel internacional. Pero fue por este motivo por el cual se “vació” más rápido de lo previsto.
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La Secretaría de Comercio Interior le pedirá a las aceiteras que aporten más fondos para llegar a financiar al menos todo junio, y después buscar alternativas. Pero de momento las empresas “no quieren”, comentaron fuentes oficiales, por lo que allí se encuentra la negociación. Las exportadoras ya financian el fideicomiso del aceite, una herramienta que se creó con la gestión de Paula Español, que tiene fondos para los próximos 3 meses. Le pedirán que aporten más para cubrir hasta fin de año, una idea que “podría avanzar”.
El precio del pan
Con el comienzo de la guerra en Ucrania a fines de febrero, el ex secretario de Comercio, Roberto Feletti, anunció en marzo la puesta en marcha de un tercer fideicomiso, esta vez para financiar el precio del pan. La diferencia con los dos anteriores es que la gestión es pública, manejada por Comercio. Lo que ocurre con este subsidio, que cuenta con u$s 400 millones, es que llega a solo tres compañías: Molino Cañuelas, Molisud S.A. y Molinos Florencia, que recibieron más de $1000 millones en subsidios.
Esta herramienta, llamada “Fondo de Estabilización del Trigo”, cuenta con los fondos millonarios del aumento de las retenciones por 2 puntos a los derivados de la soja. En la próxima semana se espera que se sumen otros cuatro molinos, entre los que se incluye la compañía Morixe. Con estos montos, las molineras venden la harina industrial a las panaderías a la mitad del precio de mercado, lo cual busca contener el precio del pan, que ya se vende por encima de los $300.
Según Comercio, uno de los motivos que explica la demora de la puesta en marcha de este mecanismo es que hubo “mucha presión de la industria para que no funcione”. Además, en el mercado contaron que también hay producción “no registrada”, mientras que el fondo que financia el banco BICE toma la “producción registrada”.
Inicialmente, la Federación de la Industria Molinera (FAIM) se negó a sumarse. Pero la diferencia de precios entre la harina subsidiada y a precios de mercado es tanta que muchos se vieron obligados a entrar. Además, en el contrato se establece que cobran los subsidios “por anticipado”, y una vez que les ingresan los fondos estatales es que comienzan a vender la harina subsidiada.
Ignacio Noel, presidente de la alimenticia Morixe, se mostró molesto con el funcionamiento del fideicomiso: “Presentamos los papeles hace más de dos semanas y todavía no cobraron un centavo”, contó a radio Futurock. Además, criticó que se subsidie a Molino Cañuelas: “La empresa le debe 300 millones de dólares a los bancos estatales después de un default, en el medio los accionistas se compraron campos y se hicieron una cancha de golf, esto es público, y esta empresa fue la primera en entrar, hace un mes, y le liquidaron corriendo $1000 millones”, agregó el empresario.
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