El exdiputado Pablo Sánchez salió al cruce de los legisladores nacionales por la oposición Oscar Castillo y Brizuela del Moral, respondiéndoles a los máximos referentes del radicalismo ante las expresiones que realizaron ambos por la muerte del fiscal Nisman.
Calificándolos como miserables, sostuvo que ambos “no tienen problemas de subirse a un ataúd, porque ya lo hicieron en su momento con el caso de María Soledad Morales”, época en la cual “para no saber la verdad, acudieron a un juez genocida como Almedo de Anzuaga”. Justificando conocimiento, sostuvo que “lo dice quien también, por el desgraciado suceso acontecido en los ‘90, tuviera la posibilidad de ser elegido con un cargo político, aunque legitimado por el voto popular”.
El exlegislador interpretó que hubo un entramado de intereses políticos hace dos décadas atrás que ahora se repite. “No sólo engañaron al pueblo con un juicio extraño y contradictorio”, que “lejos de parecer justos, miraron para otro lado cuando no llevaron a cabo, en complicidad con la Justicia, el juicio por encubrimiento que tanto reclamó la familia Morales”.
De esta forma, Sánchez reclamó a los referentes del radicalismo que “es hora que ambos dejen de utilizar lo peor del ser humano, como la mentira, la bajeza y la miserabilidad” (sic), cuyo objetivo es “tratar de sumar voluntades para un proyecto político que no sólo fue dañino para el pueblo catamarqueño” sino también trajo implicancias dejando “una pésima Justicia, una educación por el piso y una sistema de salud pública en pésimo estado”.
Así, considera que “ahora se suman a las voces de una oposición y medios periodísticos (Clarín con sus intereses y El Ancasti en la provincia) que quieren engañar al pueblo con una operación miserable”, agregando que “tratan de poner en duda la actuación de la Presidenta, que no sólo junto a Néstor Kirchner fue quien más hizo para el esclarecimiento de los atentados de la Amia y la embajada, sino que también le dio a nuestro país la posibilidad de crecer con inclusión social enfrentando a todos aquellos grupos económicos que tanto daño hicieron en épocas pasadas”.
Así, dijo que “es hora de que tanto Oscar como Brizuela realicen algo digno por los catamarqueños: pidan perdón por la frustración de los comprovincianos que vieron cómo se les escapaban de las manos las posibilidades de desarrollarse y vivir en una Catamarca con crecimiento e inclusión”. A su vez, consideró que no se privó la posibilidad “de contar con una justicia independiente, que posibilitara a las familias como la de María Soledad vivir con el conocimiento de que se hizo justicia”.
Por último, previó posibles respuestas a sus dichos: “Por supuesto que saldrán los fundamentalistas de siempre a defender lo indefendible, y a ellos los desafío públicamente a debatir lo acontecido durante el gobierno del FCS; seguramente los catamarqueños sabrán cosas que se escondieron y más de uno se sorprendería de lo que dejaron durante su paso estos personajes en la política lugareña –como la Deca, Obras Sanitarias y el Banco de Catamarca)”.
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