La suba de tarifas dispara la inflación de junio y los hogares enfrentan el gasto en servicios más alto en tres décadas

La suba de tarifas dispara la inflación de junio y los hogares enfrentan el gasto en servicios más alto en tres décadas

El aumento en las facturas de electricidad y gas tendrá un impacto de, al menos, 1 punto en la inflación de este mes. La quita de subsidios y, sobre todo, la pulverización salarial llevaron a que las familias destinen casi el 6% de sus ingresos a esos servicios.  

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EUGENIA RODRÍGUEZ

El último dato oficial de inflación para el mes de mayo reflejó un incremento mensual del 4,2%, marcando una desaceleración con respecto a la escalada de diciembre que, tras la devaluación del 118%, había llevado al indicador de precios a un 25% de incremento en ese mismo mes. Sin embargo, las proyecciones para junio anticipan otro escenario debido, sobre todo, a la quita de subsidios y a la suba de las tarifas de servicios públicos. Según estiman consultoras privadas, el impacto en el IPC de este mes será de, al menos, 1 punto (el nivel general podría tener de piso un 6%) poniendo sobre la mesa las dificultades del gobierno para sostener a la baja un régimen de inflación atado a la postergación momentánea de aumentos programados, al atraso cambiario y una recesión que golpea con fuerza a las actividades productivas y el nivel de consumo de la población.

Tras la foto en el indicador de precios de mayo, la continuidad de los tarifazos con subas en las boletas de entre 100 y 160% para ingresos medios y bajos, el gasto que destinan los hogares a pagar estos servicios también sigue el alza, agudizado por el deterioro creciente del poder adquisitivo de los ingresos que hoy tocan niveles similares a la crisis del 2001. Al respecto, el gasto destinado a cubrir las tarifas de servicios públicos (incluye electricidad, gas, agua, transporte) por las familias del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) escaló en junio al 16% del salario promedio registrado (suba de 10 puntos en seis meses), según datos del Observatorio de tarifas y subsidios IIEP (UBA-CONICET) desde donde agregaron que el peso más importante fue en energía eléctrica, llegando al 56% del total. 

En relación, otro informe elaborado por las consultoras Economía & Energía y PxQ, indicó que el gasto destinado específicamente al pago de las tarifas de luz y gas natural del AMBA equivale al 5,1% del salario promedio (según RIPTE) y en el caso de los usuarios de altos ingresos llega al 6,4%, el valor más alto de los últimos 30 años. Esto no es menor si se considera que desde julio, las facturas de estos servicios aumentarán todos los meses en base a un mecanismo que considera la inflación futura, a la que vez las familias deberán enfrentar también aumentos en transporte, combustibles y en prepagas, con precios nuevamente desregulados.

 

El objetivo del gobierno que apunta a lograr el equilibrio fiscal este año, según se comprometió con el Fondo Monetario Internacional (FMI), tiene como punto central el recorte de subsidios hasta llegar al 1% del PBI. De hecho, en su último informe técnico el organismo de crédito reforzó el pedido de ajuste en los subsidios económicos, anticipando un escenario más difícil aun para los hogares argentinos, en un marco de pérdida de empleo (más de 120 mil puestos desde fines del 2023) y caída salarial sostenida (-15% el salario promedio registrado desde nov/23; y -30% el salario mínimo en igual periodo). 

Qué pasa con las tarifas

El gobierno nacional, que había pisado el incremento tarifario en mayo, anunció al inicio de este mes un aumento del precio estacional de la energía desde junio, que golpeará con más fuerza a los ingresos medios y bajos. Según detalló el centro especializado OCIPEX, un usuario de ingresos bajos pasará a pagar 439% más por el precio de la energía dentro de un consumo de 350 kv, si se excede de ese consumo, pagará un 1819% extra. Por su parte, un usuario de ingresos medios pasará a pagar un 572% más dentro de un consumo de 250 kv y si sobrepasa ese consumo un 1425% más. Los ingresos altos, los comercios, la industria, las escuelas y hospitales pasarán a pagar un 28,9% por el precio de la energía, pero esto se suma al aumento del 117% al 401% que sufrieron en febrero. En la factura final, según el propio gobierno, la suba para un consumo promedio de 260kv será del 156% para ingresos medios, del 100% para ingresos bajos y del 23% para ingresos altos. En gas se prevén ajustes de 9,3%, 32,9% y 9,8% para los hogares N1 (nivel alto), N2 (nivel bajo) y N3 (nivel medio).

“Luego de postergar la suba de los precios de los servicios regulados en mayo, en junio se prevén alzas en varios rubros y esto enciende una luz amarilla sobre la recuperación del poder adquisitivo de los argentinos. En la medida que el Ejecutivo aspire a reducir el gasto en subsidios, se anticipa un sendero de ajustes de estos precios que se traduciría en tasas de inflación elevadas para la canasta de consumo de los argentinos”, analizó la consultora Focus Market en su último informe sobre salarios y servicios públicos. En relación al recorte de subsidios, un estudio del Observatorios de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA-Conicet) mostró que, en el cumulado de cinco meses del año, los subsidios reales -considerando inflación- en energía, que representan el 80% de los subsidios totales, cayeron 33% interanual. Acumulado a mayo de 2024, último dato comparable disponible, los subsidios representan el 13,4% de los gastos primarios (0,1 puntos porcentuales), menos que en igual periodo de 2023 pero levemente por encima del peso promedio anual de 2018 a 2023 (11,3%). En detalle, las transferencias devengadas de Energía Argentina S.A. (ENARSA) acumuladas en cinco meses cayeron, en términos reales, un 57% interanual y las destinadas a CAMMESA, un 4%. Por su lado los fondos para el Plan Gas.Ar, para incentivos a la producción de gas natural, se redujeron 90% en términos reales.

 

 

¿Cómo impacta en la inflación del mes? Estimaciones privadas anticipan que "podrían llegar a tener un impacto conjunto en el IPC de entre 0,7 y 0,9 puntos porcentuales”, alertó un informe de Economía & Energía y PxQ. Según las consultoras dirigidas por los economistas Nicolás Arceo y Emmanuel Álvarez Agis, en cada caso, “en los primeros meses del año los aumentos en energía eléctrica (febrero) y gas natural (abril) se concentraron en recomponer el valor agregado de distribución y transporte y, en menor medida, en elevar el precio de la energía abonado por la demanda. El aumento en el precio de la energía se concentró en los usuarios residenciales de altos ingresos y en los usuarios comerciales e industriales”. Sin embargo, tras la postergación de las subas mensuales que debían comenzar en mayo, ahora el gobierno de La Libertad Avanza, decidió finalmente incrementar lo que pagan las familias de ingresos medios y bajos. 

El Índice de Precios (IPC) que difunde el INDEC mostró en mayo una suba mensual del 2,5% en el rubro Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, en el marco de un alza en el nivel general de solo el 4,2%. La incidencia de este rubro es clave ya que en abril había sido uno de los de mayor impacto en el índice general de ese mes, con un aumento mensual del 35,6% dada la suba de tarifas, acumulando cinco alzas consecutivas de dos dígitos (marzo +13,3%; febrero +20,2%, enero +14,0% y diciembre +13,8%). 

 

¿Cómo se refleja esto en las boletas? En lo concreto, las familias argentinas de ingresos medios y bajos son las que más sentirán desde este mes el incremento en las tarifas de luz y gas, con aumentos de magnitud en las facturas. De acuerdo con estimaciones de la consultora Empiria, las y los usuarios calificados como de altos ingresos pasaron de pagar en energía eléctrica $16.175 en diciembre a abonar $28.473 en abril de 2024, y ahora se enfrentarán a boletas promedio de $30.124, lo que implica una suba de 86,2% desde fines del año pasado. Sobre las facturas de gas, este mes tendrán que pagar $25.490, siendo un número levemente inferior al de abril (-1,9%) pero 106% por arriba de dic/23.

 

 

Por su lado, los ingresos medios y bajos serán sin duda los más golpeados. En el caso de los primeros, en diciembre del 2023 abonaban por el consumo promedio de luz $5.961, lo que luego escaló a $9.198, y desde este mes se ubicará en torno a $19.158, una suba de 221% en solo seis meses. Respecto de la tarifa de gas, pasarán a pagar $15.844, un aumento del 176% en relación con diciembre último, según la consultora que coordina Hernán Lacunza. Por su parte, los ingresos bajos tendrán facturas de luz que rondarán este mes los $12.446, cuando en abril pagaban $7.202 y en diciembre $4.375, esto es un aumento en los primeros meses de este año del 185%. En cuanto a la boleta de gas, este sector de la población pagaría en torno a los $12.658, 173% más que a fines de 2023.

Bolsillos cada vez más ajustado más 

El impacto del aumento en servicios públicos esenciales en los gastos familiares es significativo. Solo en el AMBA la canasta de servicios públicos -electricidad, gas, agua y transporte- pasó de representar en diciembre el 6% de un salario promedio de un empleado formal al 16% en junio, de acuerdo al informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) que indicó que el costo trepó 19% en un mes y acumuló un alza del 365% en solo seis meses (pasó de $30.100 en diciembre a $139.356 en junio).

Ello se explica por “por consumos más elevados de gas natural y energía eléctrica conforme transita el pico estacional de invierno, por incrementos en el precio de la energía eléctrica y el gas natural a partir del primero de junio, y por la modificación de los bloques de consumo subsidiado en energía eléctrica y gas natural”, detallaron. En la desagregación por servicio se observa que el incremento más importante fue para el gas natural con un aumento del 1.117% respecto a diciembre de 2023 y es explicado tanto por el aumento de tarifas en abril y junio como por el consumo estacional en el pico invernal. A su vez, el gasto en transporte aumentó 410%, en energía eléctrica 234% y en agua 209%

 

 

En la misma línea, el informe elaborado por las consultoras Economía & Energía y PXQ confirmó que el gasto destinado al pago de las tarifas promedio de luz y gas en el AMBA alcanzó ya al 5,1% de un salario promedio. En detalle, en los usuarios de bajos ingresos pasó de 1,5% a 4,1% entre marzo y junio de 2024, en los ingresos medios trepó en solo tres meses del 1,5% a 4,8%, y en los usuarios de altos ingresos escaló del 4,1% al 6,4%, siendo “el valor más alto de los últimos 30 años”.

Según los economistas, “la alta incidencia de las tarifas de los servicios públicos se explica, fundamentalmente, por el retroceso de los salarios medidos en dólares, que en el primer semestre de 2024 se ubicaron en el valor más bajo de los últimos 20 años”, más allá de la suba tarifaria mencionada. El cálculo se realizó tomando como referencia un consumo de 250 KWh/mes de electricidad (R2) y 75 m3/mes de gas natural (R23), mientras que para el salario RIPTE se estimó una suba de 10,2% en abril, 9,1% en mayo y 8,7% en junio. Al respecto, el peso del gasto de tarifas se encuentra aún por debajo del 2019, tras el tarifazo de la gestión macrista, donde se ubicaba en 5,7%, aunque por ese entonces no regía la segmentación tarifaria actual, sin embargo, los datos del gobierno de Milei sí superan lo sucedido en el menemismo ya que entre 1994 y 2003, el peso promedio en los salarios era del 4,8%.

 

 

Finalmente, una encuesta evidenció que las familias tienen cada vez mayores dificultades para hacer frente a los gastos corrientes. Así, el 20% de los hogares del país encuestados sostuvo que no pudo abonar las facturas de electricidad, gas y agua entre abril y mayo de este año. Asimismo aparecen diferencias entre segmentos de la población, que muestran cómo la crisis económica actual agrava las desigualdades ya existentes debido a la pulverización del poder de compra de los ingresos del último tiempo: en el caso de aquellos cuyo principal sostén es un cuentapropista no profesional o un asalariados no registrados el porcentaje de hogares escala al menos diez puntos más, detalló el relevamiento realizado por el Programa de Investigación Regional Comparada integrado por 13 universidades nacionales.

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