A escala nacional, la cantidad de cabezas se redujo 15 por ciento. Atribuyen la mejora en Misiones al trabajo conjunto de la Provincia y los privados en mejorar pasturas y la genética de los animales. Se sumaron 700 establecimientos.
El relevamiento titulado “Análisis comparativo de las existencias ganaderas”, señala para Misiones, incrementos en todos los ítems: 57.000 cabezas de ganado se sumaron al stock provincial, se incorporaron a la actividad más de 700 nuevos establecimientos y más de 800 unidades productivas se agregaron en los últimos dos años.
Pese al sostenido crecimiento registrado por el rodeo misionero en los últimos siete años, así como la mejora de la calidad genética de los animales, la provincia todavía está lejos de convertirse en una potencia en esa actividad: ocupa el puesto 14 entre las de mayor cantidad de bovinos y es superada por las demás jurisdicciones del Nea.
El objetivo de los planes de apoyo al sector llevados adelante por el Gobierno provincial es llegar al autoabastecimiento, para lo que se requeriría un rodeo de alrededor de un millón de cabezas. De mantenerse el ritmo de crecimiento de los últimos dos años, esa meta se alcanzaría recién en 2020.
Lo llamativo del caso es que el crecimiento observado en Misiones contrasta con una retracción a escala nacional cuantificada en 8,6 millones de cabezas.
Desde la conducción de la Sociedad Rural Argentina (SRA), atribuyeron la caída observada en los grandes núcleos productivos de carne del país a “la política de intervención en los mercados aplicada desde 2006 por el Gobierno nacional, que llevó a que los productores tuvieran precios planchados durante casi cuatro años”, según opinó Ernesto Ambrosetti, economista en jefe de la SRA en medios nacionales. Reconoció que también influyó la sequía de 2008/2009, que ocasionó una fuerte mortandad.
A la hora de explicar el crecimiento experimentado en Misiones, el presidente de la delegación provincial de la SRA, Adrián Luna Vázquez, explicó que “Misiones tiene un gran potencial ganadero, porque hace tiempo se vienen trabajando con pasturas adaptadas a nuestro clima, con las que se logra una producción de carne por año por hectárea de 300 kilos, con eso podemos competir perfectamente con las zonas núcleo de la Argentina”.
Dijo además que el avance del cultivo de oleaginosas en las regiones más fértiles del país, está provocando un corrimiento de la ganadería hacia zonas en las que antes la producción bovina era una actividad marginal.
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