Bajo el lema «Seamos más claros, seamos verdes», la compañía Coca-Cola, cambió su icónica botella de plástico verde por una transparente. Esta acción forma parte de las políticas de sostenibilidad, como compromiso de promover una cultura de reciclaje.

Silvio Tomelin explicó el proceso por el que pasa cada botella, en un ciclo que vuelve a repetirse. Flakes: es el resultado de la trituración, análisis y limpieza del plástico que se obtiene del reciclaje de botellas PET. En el segundo paso, los plástico triturado, se transforman en Pellet, que surgen de procesos químicos por lo que pasa el flake, para obtener lo que llaman resina reciclada o pellet, apto paras alimentos.

Luego el proceso llega a la Preforma, donde el pellet se introduce en moldes para posteriormente ser soplado y convertirse en el molde de la botella. El último paso es cuando el plástico transformado en botella, contiene el producto Sprite, generando un impacto positivo en el medio ambiente.

«UN FUTURO MEJOR»

En tal caso, la directora de Marketing de Coca-Cola Argentina, Uruguay y Paraguay, María Julia Verra, dijo cuando se realizó el lanzamiento del objetivo global de recolectar y reciclar. «Queremos contribuir con un cambio tangible y positivo para el planeta. Por eso, enfocamos hoy nuestro esfuerzo en acciones que sienten las bases para un futuro mejor. Hacer negocio de la manera correcta en todas las comunidades en las que operamos es nuestra responsabilidad para poder alcanzar nuestras metas de desarrollo sostenible, y eso empieza por lo que producimos. Estamos muy orgullosos de que una marca tan querida e icónica como Sprite evolucione hacia un camino más sustentable».