La fiscalía se apoyó en una serie de indicios y en una prueba caligráfica que ubica al sospechoso en la escena del crimen. Por su parte la defensa solicitó el sobreseimiento.
El juicio por el crimen de Adriana Sonderman (52), la ferretera de San Martín, brutalmente asesinada en el patio interno de su negocio, se encamina al cierre y tras diez días de debate, ayer se escucharon los alegatos. Mientras que la fiscalía pide prisión perpetua para Alejandro Alegre (27), yerno de la víctima y el único acusado por el crimen, la defensa descalificó una pericia caligráfica, principal elemento en contra del imputado y solicita la absolución del joven por el beneficio de la duda.
Cerca del mediodía y tras escuchar a las partes, el tribunal, presidido por Viviana Morici e integrado por Jorge del Pópolo y Armando Martínez, pasó a un cuarto intermedio hasta hoy, donde dará al detenido oportunidad declarar antes de deliberar la sentencia.
El final para Adriana Sonderman llegó en la mañana del 22 de junio de 2012, cuando fue asesinada a golpes y rematada con un pedazo de hierro que le atravesó el cuello; el crimen ocurrió cerca de las 9, hora en que la mujer se disponía a abrir su negocio de calle Boulogne Sur Mer, allí muy cerca de la cancha de San Martín.
Ese amplio terreno donde está la ferretería, tiene contacto con ambas calles de la cuadra y tanto la fiscalía como la defensa, coincidieron en que el asesino entró al lote por los fondos, tras saltar la medianera y creen que escapó por ese mismo lugar, luego de forzar un portón con candado.
Hasta acá las coincidencias entre las partes, en lo demás nunca se pusieron de acuerdo.
Así, para las fiscalía hay una serie de indicios, algunos de ellos anteriores al crimen, otros de presencia en la escena del homicidio y también posteriores al asesinato, "que son unívocos y que nos llevan a entender que Alegre es el homicida de su suegra, que estuvo en esos días en San Martín, no para visitar a su hijo como ha dicho, y que el móvil del crimen fue la mala relación que él tenía con la víctima", señaló el fiscal Mariano Carabajal.
Junto al cuerpo de la ferretera y sobre un portón de chapa, el homicida escribió: "Carlo pagá (sic) o siguen tus hijos", una advertencia dirigida al hermano de la víctima, que la fiscal Mónica Fernández Poblet entendió como un intento por desviar la investigación.
Efectivamente, una pericia caligráfica a Alejandro Alegre, dictaminó que la letra de aquel mensaje mafioso y la del imputado son la misma.
Esa es la principal prueba en contra de Alegre y entonces, mientras la fiscalía buscó subrayar el sustento científico de esa pericia: "El análisis de la letra del asesino equivale a una huella digital en la escena del crimen", dijo la fiscal Fernández Poblet, la defensa intenta que el tribunal la declare nula, ya que considera que en las condiciones en las que se realizó, "vulnera el derecho de defensa de mi pupilo", aseguró María Ibáñez.
La defensora señaló además que los indicios reunidos (aquellos que para la fiscalía son unívocos en contra de Alegre) "se contraponen y tienen dos o tres lecturas"; finalmente, tampoco las partes se pusieron de acuerdo sobre si la personalidad de Alegre encaja con la del asesino: "Los peritos dijeron que el acusado es narcisista, que no controla sus impulsos y que tiene una violencia encubierta, lo necesario para un crimen de estas características", dijo el fiscal Carabajal y la defensora Ibáñez contestó a su tiempo: "Este fue un crimen organizado, ordenado y estudiado, no es el crimen que comete alguien impulsivo, como describieron las peritos a mi defendido".
Hoy, cerca del mediodía, finalmente se conocerá la sentencia y se sabrá si Alejandro Alegre es el homicida de Adriana Sonderman o si el caso queda impune.
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