Ya le planteó la idea a Kicillof y a CFK. La promociona como una "salida elegante" a la interna y para que no haya resquemores en militar ambas boletas.
Por José Maldonado
Sergio Massa le presentó a Axel Kicillof y a Cristina Fernández de Kirchner una propuesta para salir por arriba del laberinto de la interna: desdoblar las elecciones bonaerenses, pero realizarlas en noviembre, recién después de las legislativas nacionales, lo que permitiría descomprimir las tensiones crecientes entre el gobernador y la expresidenta para avanzar con un esquema de unidad para enfrentar a Javier Milei en Buenos Aires.
El borrador del proyecto circuló en los últimos días entre La Plata y el Instituto Patria mientras corre el reloj de arena para la definición que debe tomar Kicillof sobre la elección bonaerense: si la desdobla, como le pide su tropa de intendentes, o las convoca el mismo día que la nacional, como le pide el kirchnerismo.
Puente entre CFK y Kicillof
El tema se convirtió en el eje de la pulseada entre Kicillof y CFK. La tribu que rodea al gobernador lo presiona para fijar la convocatoria a las elecciones legislativas bonaerenses antes de la elección nacional como un gesto de autonomía política y para "blindar" la elección en los municipios de la influencia de la agenda nacional, donde La Libertad Avanza puede sacar ventaja, pero también de la lapicera del cristinismo.
El sector de la exmandataria, en cambio, prefiere que los comicios bonaerenses no se desdoblen y se hagan junto con la nacional, tal como expresó en la última reunión del PJ bonaerense, en Moreno. No necesitan decirlo: el temor es que los alcaldes no necesiten militar una boleta que contenga a Cristina Kirchner para trabajar en la elección municipal.
Hoy vivimos una inmensa marcha en defensa de la libertad, de la verdadera libertad, esa que solo se alcanza cuando se acepta la diversidad y se alienta el diálogo.#MarchaDelOrgullo pic.twitter.com/0jMiHlbcb0
— Sergio Massa (@SergioMassa) February 2, 2025
El reloj electoral de Kicillof está en cuenta regresiva. Si el Senado ratifica lo votado este jueves por la cámara de Diputados, las PASO saldrán de escena y el gobernador ya no tendrá obstáculos para convocar la elección legislativa provincial en una fecha distinta a la de la elección nacional, convocada para el 26 de octubre, ya que las primarias bonaerenses por ley están atadas a las nacionales. El mundo de la política espera esa decisión, que amenaza con tensionar al máximo el vinculo con CFK y derivar eventualmente en una ruptura del peronismo.
El plan Massa
Como contó Letra P, como tercera pata en la sociedad del peronismo en Buenos Aires, Massa no quiere que Kicillof adelante la elección. En privado, el excandidato presidencial reconoce que el gobernador busque entidad política más allá de CFK y que quiera plebiscitar su gestión este año, como trampolín para 2027. Pero cree que si la carrera es hacia las próximas ejecutivas, no tiene sentido forzar hoy una crisis que llevaría a una derrota en territorio bonaerense, la madre de todas las batallas.
Por eso, como experto en transitar la ancha avenida del medio, Massa piensa en una salida que permita descomprimir tensiones y presentar un esquema de acuerdo "sin vencedores y sin vencidos". Su salida implica Kicillof desdoble la elección bonaerense, como quiere, pero en vez de adelantarla, como no quiere CFK, llevarla a una fecha posterior a la nacional, del 26 de octubre. En el calendario ya se marcó un posible domingo: el 9 de noviembre. Para el líder del FR, sería importante que no pase mucho tiempo entre los dos comicios, para aprovechar en Buenos Aires el impulso de la campaña nacional.
Como sea, el desdoblamiento parece un hecho, porque la simultaneidad de las dos elecciones con dos sistemas diferentes (boleta única de papel para la nacional y la partidaria tradicional para la bonaerense) amenaza con convertirse en un caos.
A fines de enero, Kicillof ordenó a la Subsecretaría de Asuntos Electorales del Ministerio de Gobierno una especie de prueba de laboratorio sobre cómo saldría una elección concurrente. El resultado fue contundente: por el tiempo que demandaría a cada votante pasar de un sistema a otro (de 13 a 17 minutos), la jornada sería interminable y para la hora de cierre todavía quedarían filas con más de cien personas por mesa esperando para votar.
Votar en noviembre
Patear la elección bonaerense para después de la nacional es, para Massa, la mejor alternativa. De esa forma, se despejaría una sospecha que crece en el kirchnerismo: que Kicillof y los intendentes quieren adelantar la elección para "hacer la suya" y después despegarse de la elección de diputados nacionales, donde CFK podría ser candidata.
"Si somos la fuerza que quiere derrotar a Milei, tenemos que dar la certeza a quien sea candidato de la elección nacional que todos lo van a militar y acompañar", le dijo Massa a Kicillof y a CFK en las últimas conversaciones.
El desdoblamiento para noviembre permitiría ganar tiempo para dirimir la interna puertas adentro y postergar las tensiones que generará el cierre de listas. Además, sostiene el tigrense, le permitirá al peronismo llegar con un panorama certero sobre el tablero electoral nacional, porque sería una de las últimas, si no la última, provincia en ir a las urnas.
Pero sobre todo, aduce Massa, permitiría descomprimir la interna y permitir a Kicillof y a CFK desescalar la pelea con una salida consensuada. Unidos, dice el exministro de Economía, tienen muchas chances de vencer a Milei en Buenos Aires.
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