A partir del 10 de diciembre, con la nueva composición de la Cámara Baja se reducirá la representación del ruralismo
Para el sector, la buena noticia fue el ingreso del dirigente entrerriano Alfredo De Angeli al Senado. El más emblemático de los piqueteros del campo encabezó una alianza entre el PRO y el peronismo disidente, y logró la banca para la minoría. Se la arrebató a la UCR, que postulaba para el puesto a otro ruralista, Atilio Benedetti.
En la Cámara Baja, los sobrevivientes serán el formoseño Ricardo Buryaile (UCR). El ex vice de CRA revalidó títulos y obtuvo un elogioso 41% ante el poderoso gobernador Gildo Insfrán. Podrá conversar sobre temas camperos con el socialista santafesino Omar Barchetta, que proviene de Federación Agraria pero ingresó al Congreso recién en 2011. Quizás también pueda unirse el tucumano Juan Casañas, aunque éste depende de una serie de enroques en su partido para conservar su banca.
Los que no siguen son el pampeano Ulises Forte, el chaqueño Pablo Orsolini, el correntino Lucio Aspiazu, los entrerrianos Benedetti, Hilma Ré y Jorge Chemes, los cordobeses Estela Garnero y Gumersindo Alonso, y el salteño Alfredo Olmedo. Este último integra una poderosa familia terrateniente y pretendía una senaduría, pero fue superado incluso por el Partido Obrero.
Un aliado importante de la Mesa de Enlace, el titular del gremio de trabajadores rurales UATRE, Gerónimo “Momo” Venegas, también quedó lejos de ingresar como diputado por Buenos Aires.
Frente al desbande de sus “agrodiputados”, el sector buscó consuelo en la desgracia ajena. A pesar de destinar gran parte del presupuesto del Ministerio de Agricultura en su campaña, el titular de esa cartera, Norberto Yauhar, perdió por paliza en Chubut ante el ex gobernador Mario das Neves. Y también se quedó afuera del Congreso.
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