Se vio reflejado que el mayor porcentaje de la muestra (53,9%) no lo tiene en cuenta a la hora de seleccionar los alimentos envasados.
Un estudio que incluyó a 104 estudiantes del último año de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste, en la provincia de Corrientes, Argentina, mostró que existe un porcentaje muy significativo de ingesta de alimentos con alto contenido calórico. Asimismo, se evidenció que el rotulado de los alimentos no se tiene en cuenta en la gran mayoría de los participantes al momento de elegir alimentos envasados.
Además, con este estudio se ha comprobado que las emociones influyen en gran medida en la alimentación.
Con referencia a la revisión del rotulado alimentario, las respuestas fueron las siguientes: “nunca” 40 casos (38,5%), “pocas veces” 16 casos (15,4%), “con alguna frecuencia” 18 casos (17,3%), “muchas veces” 17 casos (16,3%) y “siempre” 13 casos (12,5%).
Este estudio fue realizado por Agustina Tomé Schabehorn y Rosana Gerometta; y fue recientemente publicado en la Revista de Investigación Científica y Tecnológica.
Los estudiantes universitarios se encuentran en un periodo crítico para el desarrollo de estilos de vida que tienen mucha implicancia en su salud a futuro. Es conocida la vulnerabilidad de este grupo desde el punto de vista nutricional y la caracterización por omitir comidas, picar entre horas, abusar de la comida rápida, del alcohol, de las bebidas azucaradas, de las dietas hipercalóricas, y tener una alimentación con poca variedad.
Sin embargo, en este estudio se observa bajo consumo de aceite al cocinar y de preparaciones fritas, alto consumo diario de verduras y de alimentos frescos y baja ingesta de bebidas alcohólicas. Estos hallazgos coinciden con otros resultados similares sobre un alto consumo de frutas y verduras de los estudiantes universitarios chilenos.
También, otro estudio señaló que los universitarios realizan ingestas -a lo largo de la mañana cada vez más ligeras y/o incompletas y, generalmente, de baja calidad nutricional.
Con respecto al rotulado alimentario del presente estudio, se vio reflejado que el mayor porcentaje de la muestra (53,9%) no lo tiene en cuenta a la hora de seleccionar los alimentos envasados, al igual que otra investigación de 2017 que encontró que el 83% de estudiantes universitarios de la UBA conocen lo que es un rótulo, el 56,2% lo leen, pero solo un 17% manifestó entenderlo.
En cuanto a los trastornos del ánimo y su relación con la alimentación, el 25% de la muestra aumenta su ingesta cuando se encuentran tristes; el 24% refirió comer más por ansiedad, y el 27,9% mencionó que cuando está aburrido muchas veces ingiere alimentos extras. Estos datos coinciden con un estudio previo donde en una muestra de, 1055 estudiantes de ambos sexos, el 23,5%, 18,6% y 33,9% de los participantes mostraron, en mayor o menor medida, niveles de ansiedad, depresión y estrés, respectivamente; además, hasta un 43,1% presentaban insomnio en alguna de sus categorías.
También en el estudio de la calidad general de la dieta de universitarios españoles se asoció de forma significativa e inversa a la presencia de algún nivel de ansiedad, estrés o depresión.
El sedentarismo es una situación bastante generalizada en la población universitaria, sin embargo, la presente observación arrojó que más de la mitad de los estudiantes realizan actividad física dentro de un programa, lo que coincide con el 35% de los participantes de otro estudio que indicaron realizar actividad física de forma habitual de 3-4 horas/semana.
El consumo diario de vino es nulo. El 41,4% de la población consume cerveza y destilados semanalmente. El 76,1% de hombres y el 58,7% de mujeres, consumen alcohol como mínimo una vez a la semana, de acuerdo con los aportes de otro estudio que indican un alto porcentaje de consumo alcohólico en la muestra.
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