Cuatro embajadores y una despedida a todo ritmo; Carrió, entre la gira y las dietas; Retegui y su emoción en el gabinete porteño
Por Jaime Rosemberg
La reunión y charla de más de dos horas que la vicepresidenta Cristina Kirchner sostuvo el miércoles con el economista Carlos Melconian fue motivo de conversaciones desde el viernes, cuando la noticia trascendió en las redes sociales y se extendió a los medios de prensa.
La dimensión mediática de esa reunión atípica –Melconián está lejos del pensamiento del cristinismo en materia económica– ocultó que la vicepresidenta sostuvo, también en las últimas horas, reuniones con gente “que no piensa como ella”, como reconocieron dos dirigentes de trato diario con la expresidenta.
Entre los rumores –algunos difíciles de creer– que circularon en las últimas horas apareció, insistente, la versión de otra extensa reunión con un economista muy conocido con ambiciones presidenciales y parado en las antípodas del kirchnerismo.
“Un disparate”, contestaron desde ambos búnkeres con el objetivo de negar un encuentro que, de confirmarse, provocaría un cimbronazo no menor al que despertó la llegada de Melconian, exfuncionario del Banco Nación en tiempos de Mauricio Macri presidente.
Cautos, cerca de la vicepresidenta no negaron ni confirmaron la especie y aclararon, dejando un halo de misterio vigente: “Ella habitualmente se reúne con diferentes personas de diversos sectores. Diariamente, diríamos, y los encuentros son reservados. Es lógico que diversas personas quieran dialogar con Cristina, que tiene una gran experiencia y además es la referencia más importante del peronismo”, contestó un hombre leal a la expresidenta, a modo de diplomática respuesta.
De vuelta en el centro de la escena y enfocada en la discusión económica a través de sus críticas al “festival de importaciones” como uno de los determinantes de la crisis local, la expresidenta parece estar buscando respuestas no ortodoxas para su interés en generar un cambio de rumbo en la economía. Esa búsqueda no será, en su intención al menos, con Martín Guzmán en el Ministerio de Economía. “Va a golpear a Guzmán hasta que se vaya”, comentaban el viernes desde un despacho que simpatiza con ella, aún sin saber de los misteriosos y reservados encuentros de “la jefa” con referentes inesperados.
Una fabulosa despedida para cuatro embajadores
Con la llegada del verano europeo, varios embajadores del Viejo Continente y aledaños decidieron hacer las valijas y abandonar Buenos Aires. Uno de ellos es Heinrich Schellenberg, embajador de Suiza que ya comenzó sus despedidas informales con allegados, sin grandes estridencias. Los que sí decidieron despedirse con música, baile y alegría fueron los embajadores y embajadoras de Finlandia, Dinamarca, Israel e Irlanda, que organizaron para las próximas horas un encuentro privado con un título curioso que parodia a los Beatles.
“Los Fabulosos 4 se van”, dice la tarjeta de invitación para la “dancing party” a realizarse en un conocido reducto porteño, y para la cual se recomienda abandonar el traje e ir vestido de modo informal, una línea desacartonada de hacer diplomacia que tuvo en el británico Mark Kent a uno de sus principales exponentes en el país.
Galit Ronen (Israel), Jacqueline O’Halloran (Irlanda), Kirsi-Majukka Vanamo Santa Cruz (Finlandia) y Soren Vohtz (Dinamarca) son quienes dirán de este original modo adiós a la Argentina, después de cuatro años de servicio diplomático en momentos agitados (y para algunos, inexplicables) de la política nacional.
En el caso de Vohtz, será el último embajador de ese país en Buenos Aires por decisiones administrativas tomadas desde Copenhage, donde decidieron desde hace tiempo cerrar algunas sedes diplomáticas poco rentables.
La reunión de gabinete porteño ampliado, que usualmente encabeza el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, pero que esta vez se encontraba de viaje, transcurría el miércoles de manera normal cuando se debatió la continuidad de Carlos “Chapa” Retegui como secretario de Deportes, puesta en dudas por la decisión del exdirector técnico de Las Leonas de sumarse al cuerpo técnico de la primera división de fútbol de Rosario Central.
Fue el jefe de gabinete, Felipe Miguel, quien le consultó a Retegui por los rumores sobre su eventual nuevo trabajo junto a Carlos Tevez, incompatible con su cargo en la ciudad. También, cuentan testigos, el legislador de la CC-ARI, Facundo de Gaiso, lo inquirió de modo amable pero firme sobre su eventual salida de la gestión.
“Disculpen, es un momento muy difícil, Tevez es un hermano y un ser maravilloso”, dijo Retegui, antes de que se le quebrara la voz. Algunos agregan que rodó alguna lágrima. Todo terminó en una curiosa anécdota: Retegui decidió quedarse y no asumir como ayudante de campo de Tevez, quien ya debutó esta semana –con derrota– como director técnico.
Luego del parate derivado de la pandemia, Elisa Carrió volvió por estos días a una de las rutinas que más le entusiasma desde que decidió dedicarse a la política, hace ya tres décadas: las recorridas por el interior del país. “Le fue muy bien, volvió contenta”, afirma uno de los legisladores que la frecuenta, en relación a las visitas de la fundadora de ARI a Corrientes, Jujuy, Santa Fe, Córdoba, Salta y Tucumán, en las que habló con productores y vecinos, siempre “muy en contacto con la gente”, según definieron cerca suyo.
Esta vez, la gira tuvo un condimento adicional: Carrió se cuidó de manera estricta con su dieta alimenticia, basada en ayunos intermitentes de hasta 15 horas, con los que evitó con éxito las típicas invitaciones que los dirigentes locales, ricas en carbohidratos, suelen hacer a los visitantes con el objetivo de agasajarlos.
Cuentan cerca de la exdiputada que una de sus obsesiones hoy es evitar, a como dé lugar, que dirigentes cercanos a Javier Milei se sumen a las filas de Juntos por el Cambio, una tentación a la que sí parecen sucumbir los “halcones” que responden a Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
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