«Solo hay dos caminos para ser más conscientes y mejorar la gestión de residuos: pagar o recibir premios por hacerlo bien»

«Solo hay dos caminos para ser más conscientes y mejorar la gestión de residuos: pagar o recibir premios por hacerlo bien»

Pilar Tur, directora técnica del Área de Tratamiento de Urbaser, explica por qué es importante separar el orgánico tras la implantación de la polémica tasa de basura, que el sector ve necesaria para mejorar el sistema.

Por: Rocío Mendoza.

La nueva tasa de basuras -bautizada como 'el tasazo'- ha generado polémica en muchos ayuntamientos españoles. Porque se han visto obligados a recomponer sus cuentas municipales y, sobre todo, por verse obligados a cumplir con la impopular tarea de imponer un nuevo pago a los ciudadanos.

Pero, al margen de cálculos y fórmulas para lograr cobrar de forma proporcional el gasto por la gestión de los residuos que cada uno genere, el cambio legislativo pone el foco en un asunto que tradicionalmente ha tenido poca prensa y menos pedagogía en España: qué hacemos con los desperdicios que generamos y, sobre todo, qué deberíamos hacer para no dañar el medioambiente.

Ahora que el tema toca las cuentas de muchos españoles, nadie mejor que Pilar Tur, una de las mayores expertas en tratamiento de residuos del país, para despejar dudas. La directora técnica del Área de Tratamiento de Urbaser, multinacional que cuenta con 58 plantas de tratamiento de residuos municipales en España y 49 de residuos industriales, explica por qué es importante ser consciente de lo que cuesta tratar la basura y cuáles son los retos que, como país, debemos afrontar para abandonar el abuso del vertedero que tanto nos reclama Europa que corrijamos.

-Lo que persigue la nueva tasa de basura es que separemos más y mejor el residuo orgánico en nuestras casas. ¿Cuál es actualmente la presencia de esta fracción orgánica en las plantas de tratamiento?

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-Los datos oficiales datan de 2021 y revelan que se han gestionado 22,15 millones de toneladas de residuos municipales en nuestro país, de los que un 78% ha ido recogido dentro de la fracción resto (el cubo en el que va todo mezclado) y el 22%, dividido en las distintas fracciones en las que separamos el residuo en origen. Estas son el papel cartón (un 7%), el vidrio (un 4,1%), envases plásticos (4,1%) y, finalmente, un 6,6% son biorresiduos, que es lo que se le llama popularmente materia orgánica. Mayoritariamente los residuos en España se recogen todavía de forma mezclada en la fracción denominada 'resto'. Esa es la realidad.

-¿Cuál es el origen principal de este 6% de biorresiduos?

-Son los residuos orgánicos de grandes generadores, como restaurantes y cocinas, así como del mantenimiento de parques y jardines

-¿Los hogares aportan poco todavía?

-La legislación no introdujo hasta 2024 la obligación de que toda la materia orgánica -biorresiduos- debía ser recogida de forma separada en origen. Esto supone la implantación de ese quinto contenedor -el marrón- en todas aquellas zonas donde todavía no estaba, que eran mayoría. Al implantar este nuevo contenedor esperamos que esta fracción suba porque la composición del residuo que generamos contiene entre un 45 y un 48% de materia orgánica. Si fuésemos capaces de segregarla en origen facilitaría bastante todo lo que es el tratamiento posterior, aparte de la calidad de lo recuperado.

«Parece que tuviéramos un cubo mágico al que echamos los residuos y desaparecen. No nos preocupa qué pasa después»

-Pero el contenedor marrón no es nuevo en muchas localidades españolas. ¿No debería haber dado ya algún fruto?

-Los contenedores se están implantando en muchos casos. Creo que todavía no ha pasado el tiempo suficiente para poder tener el 'feedback' de cuántas se están recogiendo a nivel global. Sí que tenemos datos de alguna comunidad autónoma que lo recogía segregado en origen. Si en España este porcentaje está en el 6%, en esas comunidades pioneras es del 15% después de varios años de implantación.

-¿El ideal sería llegar al 45-48% que ya tiramos al cubo mezclado con el resto?

-A eso no vamos a llegar nunca; soy consciente. Es cierto que muchos ciudadanos están empezando a colaborar con este contenedor, pero la verdad es que llevamos muchos años haciendo una separación en origen diferente y todos sabemos que todo cambio lleva su proceso. Hace falta mucha comunicación.

-Por qué es tan importante hacer esa separación del orgánico.

-Diría es que es la parte más abundante de los residuos municipales y si somos capaces de segregarla en origen, seremos capaces de mejorar toda la gestión posterior de los residuos. No es que nosotros en casa tengamos que hacer un esfuerzo para que otros trabajen menos, como se dice. Esto no es así.

-¿Por qué es valioso entonces lo que se separa en origen?

-Lo que inicialmente se separa se denomina compost y se puede utilizar -cumpliendo una normativa, por supuesto- como enmienda orgánica para mejora de suelos. Pero si se obtiene de separarlo en la fracción resto en las plantas de tratamiento, lo que se obtiene recibe el nombre de 'material estabilizado' y, aunque a día de hoy sí compute en las cifras de reciclaje, no se puede aplicar como materia para la mejora de la tierra (en agricultura y jardines, por ejemplo), sino que directamente hay que gestionarla como un residuo. También podría incidir en que no es solo necesario segregar en origen, sino hacerlo bien, con un máximo de impropios, esto es, otros residuos que no deberían ir en ese cubo. Es decir, si yo recojo materia orgánica y viene mezclada con papeles, con plásticos, entre otros por encima de un 15%, aunque se haya separado y se haya echado al contenedor marrón, ya no se considerará materia orgánica por normativa.

«El orgánico es la parte más abundante de los residuos municipales; si lo segregamos en origen mejoraría toda la gestión»

-¿Es su uso como compost la única opción?

-No, va más allá. En las plantas diseñamos un proceso, en primer lugar, de clasificación mecánica para separar los citados impropios. Obtenida la fracción orgánica, se le puede aplicar un proceso que se llama digestión anaeróbica, que descompone de forma acelerada la materia orgánica en dos: biogás y digestato. De este último elemento se obtiene el compost, si procede de recogida selectiva de orgánico. Con el biogás, en la mayoría de las instalaciones existentes, lo que se hace es introducirlo como combustible para producir energía eléctrica, pero también se puede 'limpiar' y segregar el metano, que directamente se puede inyectar a la red de gas natural. Con esto aprovecharíamos nuestros propios residuos para nuestro consumo y estaríamos utilizando un combustible que, en lugar de ser de origen fósil, sería un combustible de origen biodegradable.

-¿Dónde acaba normalmente ese 40% de materia orgánica cuando no la separamos en casa?

-Ahora mismo, tratamos de clasificar por medios mecánicos el residuo que llega mezclado para segregar aquellas fracciones que sean aprovechables. Pero lo obtenido de este modo, por ley, no se considera enmienda orgánica -compost-, sino lo que se llama biomaterial estabilizado, que se comercializa a través de un gestor de residuos para que se use en aquellos lugares donde esté permitido en función de su composición. A efectos de porcentajes de residuos reciclados, ahora computa como compost. Pero a partir de enero de 2027 solo podrá ser considerado como tal aquello que venga ya separado en origen. Así que si no empezamos a derivar la fracción orgánica a este quinto contenedor perderemos también esa parte de reciclado que ahora nos computa.

-Estaríamos aún más lejos de cumplir los compromisos adquiridos con la Unión Europea.

-Según estos, en el año 2020 teníamos que haber llegado a un 50% de reciclaje. No hemos sido capaces, puesto que en el año 2021 estábamos en un 42,2%. Nos queda un 8% de camino por recorrer para cumplir el objetivo de hace un año. En el año 2025, la cantidad de residuos que tenemos que depositar en vertedero tiene que ser como máximo el 40% y el reciclado, el 55%. En 2030, el reciclado tendría que ser el 60% y en 2035 el 65%. Y a su vez, lo que acaba en vertedero tiene que ir bajando: en 2030, un 20% máximo y en 2035 el 10%. Si no somos capaces de segregar en origen nuestros residuos, estos van a terminar en el vertedero y no vamos a cumplir los objetivos europeos, con las consecuencias que eso puede suponer para España. Entiendo que el Gobierno español irá trasladando a aquellas comunidades autónomas que no estén cumpliendo las consecuencias de este incumplimiento.

«Si no separamos en origen nuestros residuos, estos van a terminar en el vertedero e inclumpliremos los objetivos europeos, con las consecuencias que esto tendrá para España»

-Ahora que se dirime el coste de tratar residuos separados o mezclados con la nueva tasa. ¿Es mucho más caro esto último?

-No es una cuestión tanto de si es más caro o menos, sino de cuán eficiente es. Desde el sector lo que pedimos, primero, es un pago por generación, es decir, que paguemos por aquello que de verdad generamos de residuos. A día de hoy, la mayoría de los municipios cobra el gasto junto con el IBI y aún muchos de nosotros no sabemos cuánto pagamos por la gestión de nuestros residuos y no estamos concienciados con qué pasa con estos residuos. Parece que tenemos un cubo mágico en la puerta de casa donde depositamos los residuos y desaparecen. Y no nos preocupa saber qué pasa después. Todo el mundo sabe qué gasta en teléfono pero no por el tratamiento de sus residuos. Como ciudadanía debemos ser mucho más conscientes de cuál es nuestra incidencia sobre el planeta en cuanto a la forma de consumir que tenemos y a la forma de gestionarlo. Tenemos que ser capaces de tener diferenciado el coste de esta gestión. Esto no significa que tengan que subir necesariamente. Lo que tienen que hacer es separarlo de otros conceptos e identificarlo.

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-El gran reto es cómo cobrar proporcionalmente.

-Exacto: es el gran reto que tienen los políticos ahora. Esto es, cómo soy capaz de atribuir a cada uno de mis ciudadanos un coste. No siempre en la vivienda más grande vive más gente y genera más residuos. La tecnología avanza enormemente y quizá llegue el momento en que con un código de barras sean capaces de aplicarnos a cada uno la cantidad de residuos que generamos. Porque si me van a cobrar lo mismo a mí que tengo en casa las cinco fracciones que a mi vecino que lo mezcla todo porque no quiere colaborar con el sistema, éste es completamente ineficiente y está penalizando el buen comportamiento. En Europa hay varios ejemplos ya donde se aplica la tecnología.

-El cuidado al medioambiente es el fin último de estas medidas. ¿Qué pasa cuando el orgánico llega al vertedero?

-Toda la normativa europea se desarrolló pensando en que los residuos más perjudiciales para depositar en los vertederos son los residuos biodegradables. Porque al descomponerse generan biogás, que está formado fundamentalmente por CO2 y por metano. Una tonelada de éste emitida a la atmósfera equivale a 25 toneladas de CO2. Y esto contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero. En 2020, los residuos fueron responsables del 4,3% de las emisiones de España. Así que tenemos la tarea de minimizar este depósito y priorizar, en ese orden, el reciclaje tras su tratamiento y la valorización energética.

«Los residuos más perjudiciales para depositar en los vertederos son los biodegradables porque al descomponerse generan biogás y contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero»

-Además de perjuicio medioambiental, también existe uno de carácter económico, porque desde 2022 se aplica un impuesto al vertedero.

-Efectivamente, el impuesto al vertedero surge precisamente para tratar de desincentivar el vertido, que tiene un mayor impacto. Es importante que estemos todos concienciados y alineados, porque los gestores de los residuos no somos los que tenemos la última palabra. Es necesario construir infraestructuras para cada fracción de residuos separados en origen. Hay que construir infraestructuras de clasificación y recuperación material y hay que construir infraestructuras de valorización energética de los rechazos de estos para minimizar este depósito en vertedero. Es fundamental.

-¿Y cómo ve que el llamado 'tasazo' sea motivo de confrontación política?

-Yo no soy político, pero lo que sí tengo claro es que el camino para minimizar la generación de residuos y mejorar su gestión pasa por que todos seamos conscientes de lo que generamos. Y solo hay dos maneras de hacerlo: pagando por ello o recibiendo premios e incentivos por hacerlo bien. Existen fórmulas implementadas ya en algunos municipios para reducir esa tasa

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