El ex intendente estuvo en la visita que el presidente hizo al distrito. Aunque forma parte de Cambiemos, se lo vio aislado del resto de los miembros. Luego de intentar evitarlo, el presidente se sacó una foto a regañadientes.
Jesús Cariglino vive algo que podría definirse como “la soledad de después del poder”. Quien supo ser amo y señor del distrito hoy vive momentos confusos. Sin el comando del palacio municipal, es considerado un hueso duro de roer para Cambiemos. Asesor de la gobernadora, no termina de abroquelarse al espacio oficialista.
Si bien desde la gobernación insisten en que el ex alcalde debe ser integrado, desde el PRO malvinense no cesan en su resistencia. Por esa misma razón, semanas atrás fue pospuesto el lanzamiento de la mesa distrital, dado que no querían mostrarse junto a quien gobernó 20 años el distrito. ¿Cómo sería posible hablar de cambio, entonces?
Pese a esto, es tenido en cuenta por el único diferencial con el que cuenta: mide más que Albi Czernikowski, quien trasciende más por su relación con Karina Jelinek que por su gestión al frente de la Dirección provincial de Juventud, o su trabajo territorial.
A pesar de lo antedicho, para Cariglino nada es fácil dentro de Cambiemos. En la visita del presidente al distrito de esta mañana, se lo vio solitario al ex jefe comunal, pese a ser oficialista. Aislado del resto, vivió un momento muy incómodo al final del acto.
Como suele suceder, son varios los que buscan la foto con el presidente. Hacia ello fue Czernikowski, seguido por Cariglino. Frente a esto, la reacción del presidente fue de incomodidad, evitando una foto que fue dada a regañadientes.
Inmediatamente después, Macri fue a conversar con Leonardo Nardini, intendente actual de Malvinas. Extrañado por lo acontecido antes, Cariglino decide no se acercarse donde está quien lo derrotó. Abatido, abandona el lugar en silencio.
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