La excusa fue hablar con el Intendente, concejales y dirigentes políticos de los problemas y las demandas de la gente. Pero es evidente que hay esbozos de un nuevo armado político.
A su lado, José Eseverri mostraba una sonrisa plena de sobreentendidos, Al lado del Intendente el ex diputado provincial Mario Cura, el más firme y antiguo socio local de Solá mostraba una sonrisa más amplia. Alrededor de la larga mesa de la antesala del despacho más importante del Palacio San Martín se ubicaban concejales, funcionarios del gabinete municipal, sindicalistas encabezados por el titular local de la CGT, Daniel Prestipino, y unos cuantos dirigentes políticos.
Apenas Solá llegó de Azul en el marco de su recorrida por distritos de la Séptima Sección Electoral junto a Mario Cura se reunión con José Eseverri. En ese primer conciliábulo sólo estuvieron presentes Solá, Eseverri y Cura. Se inició aproximadamente a las 17.30, hora a la que se había reprogramado la conferencia de prensa.
Después se agregaron políticos de Azul y 25 de Mayo. Uno de ellos fue el ex candidato a intendente de Azul Edgardo Capelli. Ambos dirigentes están cerca de José Eseverri.
De la siguiente reunión participaron la presidenta del HCD, Carolina Szelagowski, y el titular del bloque de concejales oficialista, Julio Frías.
Si el tema principal hubiera sido la problemática local y provincial, todo se podría haber resuelto con una sola reunión en la que estuvieran todos juntos.
Mientras unos cuantos dirigentes aguardaban su turno de hablar con Solá, algunos periodistas, hartos de esperar en el Santa Rosa Hotel el momento de la conferencia de prensa llegaron hasta el Palacio San Martín, por lo que al terminar la charla con Szelagowski y Frías, Solá se prestó a la requisitoria periodística en un sitio poblado de gente.
Previsiblemente, señaló que en las charlas se habían abordado los problemas de una Provincia "que cambió, que no es la que a mí me tocó gobernar".
El mal estado de las rutas provinciales, el omnipresente fantasma de la droga, la violencia que late en la sociedad, incluyendo la que protagonizan adolescentes y la que sufren las mujeres en tanto mujeres fueron algunos de los que mencionó el ex gobernador.
Se montó entonces a uno de los caballitos de batalla de Sergio Massa y José Eseverri: la necesidad de que los jefes comunales asuman funciones que no están contempladas en la Constitución provincial. No olvidó mencionar el tema de moda entre los políticos bonaerenses: la coparticipación y los puntos que le han arrebatado a la provincia de Buenos Aires y que cada administración de La Plata sueña con recuperar.
Pero precisó, a diferencia de otros dirigentes, que la Constitución del 94 establece un sistema y que sólo cambiándolo Buenos Aires puede conseguir un cambio en la distribución de los fondos coparticipables.
Entre los problemas a resolver mencionó también la educación, a la que ubicó entre "las demandas urgentes" y lanzó un palo suave hacia el Gobierno al plantear que la cuestión no se resuelve "blandiendo una ley" como la que llevó el presupuesto educativo al 6 por ciento del PBI.
Escenario electoral
Después de mostrar su conocimiento sobre los principales problemas y demandas bonaerense, Felipe Solá, aceptó tocar los temas que seguramente fueron claves en las reuniones previas, todos vinculados con los comicios legislativos de este año y la preparación de las presidenciales de 2015.
Lo hizo con el tono suficientemente suave como para no hacer olas demasiado grandes en un escenario político todavía por definirse, pero sin negar que lo más importante tenía que ver con el tejido de eventuales alianzas para enfrentar al kirchnerismo puro, hoy más comúnmente denominado "cristinismo", con esa propensión arraigada en el ser nacional de inventar todos los "ismos" posibles.
Sus insinuaciones fueron lo suficientemente claras como para plantear que el intendente de Tigre, Sergio Massa, es la figura principal de una potencial alianza que incluye al intendente José Eseverri, quien viene trabajando codo a codo con Massa desde hace varios años.
La prudencia de Solá en las definiciones parece tener mucho más que ver con el hecho de que Massa todavía no anunció si rompe lanzas ya con el kirchnerismo o si va a esperar una próxima oportunidad.
Solá aceptó sin dudas que "el tiempo corre" y las definiciones debe darse en las próximas semanas. También dejó en claro los lineamientos generales que a su juicio debe tener el frente que aspire a convertirse en el "postkirchnerismo": el apoyo firme a las líneas del gobierno de Néstor Kirchner.
Tras aclarar que "yo me llevé muy mal con Néstor Kirchner" elogió la administración nacional que se inició en 2003 y terminó en 2007, especialmente "el cambio de paradigmas" que estableció en el país.
Previsiblemente, marcó que hay diferencias importantes entre el gobierno de Néstor Kirchner y los dos períodos de Cristina Fernández de Kirchner. Pero no abundó en detalles sobre cuáles son esas diferencias.
Es decir, Solá cree que para enfrentar a CFK o a quien sea designado como su sucesor hay que volver a las fuentes de Néstor,
"Los argentinos nunca aceptarán volver a un modelo neoliberal", enfatizó Solá, después de señalar que él cree en la necesidad de un mercado interno fuerte, lo que supone continuar con el proceso de industrialización del país.
En cuanto a sus proyectos personales, Felipe Solá dijo que se ve participando "de una construcción colectiva en 2015, si es peronista mejor".
Con lógica impecable, prefirió no plantear críticas a la Presidenta, ya que "se viene una campaña electoral en la que habrá muchas oportunidades" para pegarle a CFK, aunque admitió que también tiene cosas para elogiarle.
Un hermano
Como manda el protocolo no escrito para estos casos, Solá tuvo sobre el final palabras de elogio para José Eseverri y agradecimiento para Mario Cura, su cicerone en esta minigira evidentemente destinada a tejidos electorales.
A su vez, el intendente José Eseverri devolvió los elogios y recordó cuando los esfuerzos de Solá para gobernar "en absoluta soledad" la provincia de Buenos Aires en los tiempos duros y aseguró que "la historia del país hubiera sido otra" de no ser por Felipe Solá y su gestión en la provincia de Buenos Aires cuando arreciaba la crisis.
"Lo recibimos como un hermano y así nos hemos sentido", fue la frutilla del postre.
Comentá la nota