Por Juan Carlos Algañaraz

La Cámara de Diputados rechazó por 209 votos en contra, 130 (PSOE y Ciudadanos) a favor y una abstención de Coalición Canaria, la candidatura a la presidencia de España del socialista Pedro Sánchez. El viernes, a partir de las 18.30 se realizara, como lo prescribe el trámite de investidura, una segunda votación 48 horas después de la primera que se resolverá por mayoría simple. Ese es el momento definitorio.

Como se descuenta que el resultado va a ser similar y Sánchez no logrará la presidencia, a partir del sábado próximo comienzan dos largos meses en que las fuerzas políticas deben tratar de llegar a un consenso que se ha revelado casi imposible después de los duros enfrentamientos y rupturas de ayer.

“En el PSOE pensamos que existen ahora un 90% de probabilidades de que se agoten los plazos y el 2 de mayo el Rey, como lo manda la Constitución, tendra que disolver las Cortes y llamar a elecciones para 54 días después, el 26 de junio de 2016”, explicó un dirigente socialista a un grupo de periodistas.

El único que parece mantener las esperanzas es Pablo Iglesias de Podemos quien afirmó: “Las declaraciones durante el debate de varias fuerzas progresistas abren con dificultades unas puertas que permiten el diálogo y la negociación para intentar un acuerdo de izquierdas”.

Los acontecimientos en la Cámara de Diputados marcan dos rupturas que convierten ese pacto en una utopía: el PP se ha enfrentado a fondo con Ciudadanos y su líder, Albert Rivera atacó al presidente en funciones Mariano Rajoy y proclamó que debe irse para permitir acuerdos con los populares.

Rajoy no ha cedido un palmo y su actitud ha sido arrogante y blindada, como siempre. Eso sí, su bancada de diputados lo ha acompañado mientras hablaba con singular entusiasmo. Su liderazgo puede estar cuestionado por algunos grupos internos pero no en peligro inminente.

La otra quiebra se ha producido entre el PSOE y Podemos. Incluso, provocó el incidente más resonante cuando Iglesias espetó: “Felipe González tiene las manos manchadas de cal viva”. Los legisladores socialistas reaccionaron escandalizados y además de todo tipo de improperios se multiplicaron los gritos de “¡fuera, fuera!”, que casi nunca se han escuchado en la democracia en la legislatura.

La frase de Pablo Iglesias aludía crudamente a las andanzas de los GAL, el momento más crítico de la “guerra sucia” contra ETA.. Los Gal fueron un grupo de hampones, organizados desde el poder, que asesinaron a entre 26 y 28 personas en Francia y algunas en España acusándolas de ser miembros de ETA.

Muchos de los grandes personajes oficiales y algunos de nivel medio que participaron en la aventura criminal de los GAL aprovecharon la impunidad que los amparaba para protagonizar resonantes escándalos de corrupción. Se pronunciaron, como principales mandantes, a miembros incluso del gabinete de Felipe González. Nunca se terminó de definir quién era el “capo” pero un nombre siempre ha circulado como “Mister X”.

Sánchez, en sus intervenciones, no cesó de, en última instancia, ser el gran responsable de que Mariano Rajo quedara triunfante. “Podemos es la tabla de salvación del PP”, ironizó. La reacción de Pablo Iglesias fue muy ofuscada e incluso motejó al socialista de “miserable”.

 Rajoy se refirió siempre a los socialistas en tono de desprecio. Acusó a Sánchez de “no haber movido ni un dedo para formar gobierno y pretende que alguien se lo regale”. El socialismo volvió al ataque contra el líder conservador reprochándole su “espantada” cuando se negó a aceptar la designación del rey alegando que estaba seguro de no contar con los apoyos suficientes.

El candidato insistió en que, pese a sus escazas posibilidades de éxito, aceptó por responsabilidad la invitación de Felipe VI para tratar de desbloquear una parálisis política que se arrastraba desde el día después de los comicios generales del 20 de diciembre pasado. “Me presento por compromiso institucional. Bloquear el reloj de la democracia es una falta de respeto a todos los españoles”, afirmó frente a Rajoy.

Viñetas de la España ingobernable. Iglesias y el dirigente catalán Xavier Domenech, se felicitaron con un tierno “piquito” en la boca, generosamente fotografiado y que da la vuelta en las redes sociales. Rajoy, que ha multiplicado en sus últimos discursos y declaraciones algunas frases incoherentes, tuvo este resonante “lapsus freudiano” (equivocación reveladora) en medio de su discurso: “Lo que nosotros hemos hecho es engañar a la gente”.