Por Nicolas Garcia

El ruido del pasto seco que se quiebra con cada pisada, las grietas en el suelo que cada vez son más y más grandes, el cambio en el paisaje de los ríos de la zona y otras formaciones de agua que con el tiempo se fueron secando. Todo esto, y mucho más, es producto de los bajos y críticos niveles de precipitaciones registradas en todo el país. Una de las provincias más afectadas con esta variación es Entre Ríos, ya que las lluvias durante el periodo de junio a noviembre de 2022, lapso en el que suelen caer 430 milímetros de agua, solo llegó a 240mm, una disminución del 44% en relación al promedio de los últimos 17 años. Según especialistas en el tema, esta situación se da por el fenómeno de La Niña que atraviesa la región desde hace tres años, la cual genera anormalidades en las precipitaciones.

En el centro del país, que comprende a Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Buenos Aires, las pocas lluvias provocaron que en la actualidad y desde hace más de 14 meses se viva una situación de sequía en diferentes niveles teniendo en cuenta el lugar. Esta zona es la más afectada del país según el informe realizado el 1 de diciembre de 2022, y del cual se espera la actualización del mes pasado, por la Mesa Nacional de Monitoreos de Sequías, a cargo del Ministerio de Economía y compuesto por instituciones especializadas en la temática. Según el Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica (SISSA), la cantidad de hectáreas en las que se registran sequías viene en aumento desde 2019, siendo 2020 un año de quiebre en los que se registraron una gran cantidad de hectáreas bajo sequía. Los niveles de afectación, en el periodo que comienza en julio de 2022 y finaliza en diciembre de ese mismo año, son mayores en la zona sur de la provincia, disminuyendo hacia el norte entrerriano.

Implicancias en la producción agrícola-ganadera

El hecho de que no se registren grandes lluvias o que no alcance el promedio de milímetros anuales provoca que los campos destinados al cultivo de oleaginosas o cereales no se encuentren en condiciones para la siembra, ya que los suelos se encuentran secos, o las hectáreas plantadas no produzcan al máximo. Entre Ríos, aunque no sea de las provincias más productivas del país, se caracteriza por la producción de soja, maíz, trigo y arroz. Sin embargo, en el último tiempo una buena parte de las cosechas se perdieron o no fueron de calidad, como es el caso del maíz.

Según el informe semanal N° 1055 del Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER), con fecha de finales de diciembre, se tiene una perspectiva de 2.983 kilogramos de maíz de primera por hectárea sembrada, 234 kilogramos menos que en la temporada pasada. El mismo informe señaló que solo el 41% de las hectáreas sembradas de maíz tiene una condición entre buena y regular y que no existen de muy buena calidad, siendo esta una de las peores temporadas de los últimos años. En cuanto a la soja, la mayoría de las siembras se encuentran con atraso, debido a la imposibilidad por lo seco del terreno, o es necesario resembrar para aquellos que ya lo habían hecho esperando las precipitaciones.

Emergencia agropecuaria

Con el objetivo de acompañar a los productores en este momento crítico, el gobierno provincial oficializó una serie de políticas que favorecen al campo. En primer lugar se declaró la emergencia agropecuaria, a través de la cual se otorgan facilidades en el pago de impuestos rurales y subrurales. Esta normativa fue impulsada por el Ministerio de Economía y Producción de Entre Ríos, luego de varios reclamos por parte del sector debido a la situación de sequía que atraviesa todo el territorio entrerriano. Mediante esta nueva norma, se caratulan a los productores bajo emergencia o desastre agropecuario, teniendo en cuenta la situación individual de cada uno de ellos. En el primero de los casos, la propuesta es el diferimiento del anticipo 4° de 2022 y 1° y 2° de 2023 de los impuestos rurales y subrurales a pagar a partir de marzo de 2024. En el caso de quienes estén en desastre agropecuario, la norma establece la eximición de los mismos periodos de los mismos impuestos teniendo en cuenta la pérdida declarada por el productor.

Los productores tamberos también estarán asistidos, con una ayuda extraordinaria de más de 630 millones de pesos por parte del gobierno nacional. El monto que corresponde a cada tambero surge del promedio mensual de leche comercializada entre octubre de 2021 y septiembre de 2022. De esta manera, quienes hayan ordeñado hasta 1.500 litros diarios recibirán una compensación de por litro, mientras que quienes lleguen hasta los 5.000 recibirán por litro, con un tope mensual de 0.000.

El pedido de los productores

A pesar de las iniciativas formalizadas por el gobierno provincial y nacional, los productores agrícolas sostienen que no es suficiente para paliar la grave situación de pérdida en la sequía. Es por eso que el pasado lunes 9 de enero se reunió el Consejo Delegado de la Federación Agraria de Entre Ríos con el fin de analizar el estado actual del sector. Según APF Digital, los participantes de la reunión advirtieron que “la situación es límite y la angustia crece en los productores ante la pérdida de cultivos, la falta de alimentos para el ganado bovino y la desaparición de lo poco que quedaba para praderas”.

Con la homologación de la emergencia agropecuaria, el consejo tiene como objetivo gestionar un programa de financiamiento que contemple la posibilidad de reprogramar deudas y el acceso a “recursos frescos con períodos de gracia, plazos y tasas acorde a la situación” señalaron. Asimismo, en esta misma reunión, los productores que forman parte del consejo sostuvieron la necesidad de que “las ayudas lleguen en los tiempos que la situación amerita”.