Por: Felipe Osman.

La postergación de las elecciones legislativas, entre cuyos efectos colaterales muchos adivinaron una extensión de los plazos para que tanto oficialismo como oposición tuvieran más tiempos para limar diferencias con sus aliados (o potenciales aliados) y llegar más cohesionados al próximo test electoral, no estaría funcionando de ese modo en Córdoba. Al menos no en el peronismo.

Las distancias entre el Gobierno Nacional y el Centro Cívico, lejos de acortarse, empiezan a hacerse cada vez más grandes, y en los últimos días ese proceso parece haberse acelerado con la decisión de la Nación de suspender por 30 días la exportación de carne bovina y la aprobación del dictamen de comisión en Diputados para modificar el mecanismo de designación y remoción del Procurador General de la Nación, en busca de que el funcionario pueda ser separado del cargo con mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos) y no agravada (dos tercios de las voluntades).

A la vez, los detractores del Gobierno Provincial apuntan a la política sanitaria a raíz del sostenido aumento de los contagios en la Provincia, que desde hace tiempo marca diferencias con la Nación en la gestión de la pandemia garantizando mayores flexibilidades para la circulación y el desarrollo de diversas actividades económicas.

En ese marco, la unidad entre Hacemos por Córdoba y el Frente de Todos es una hipótesis cuyas probabilidades no dejan de caer, y en razón de ello cada fuerza busca cohesionar a su tropa, separar a propios de ajenos, y tener una semblanza certera de quienes trabajaran para cada boleta.

En el plano sindical, el oficialismo provincial ya desde hace algún tiempo ha empezado a precisar esa semblanza observando qué candidaturas apuntalaran cada uno de los espacios en que se subdivide el gremialismo cordobés, y ayer hubo un nuevo capítulo en relación a esto.

Tres referentes centrales del viguismo, Claudia Martínez, Diego Hak y Leonardo Limia, participaron de un acto con el secretariado de las 62 Organizaciones Peronistas de Sergio Fittipaldi y Ricardo Moreno en el que el espacio volvió a ratificar su apoyo a Juan Schiaretti y sus candidatos.

Los emisarios del peronismo agradecieron el apoyo. Y aunque vale aclarar que este sector del gremialismo es el que, con distancia, viene jugando más cerca del Centro Cívico, el oficialismo aún tiene algunas reservas respecto de cuan homogéneamente pueda actuar llegada la campaña.

Casi en simultáneo con esta reunión el secretario general de uno de los sindicatos más grandes de la CGT Regional, Juan Monserrat (Uepc), manifestaba desde sus redes sociales su preocupación apuntando contra manejo de la pandemia llevado adelante por El Panal, “Es tiempo de que el Gobierno Provincial tome medidas urgentes para evitar el colapso sanitario y social. No es un buen momento para seguir haciendo ‘cordobesismo’ en medio de la pandemia que nos azota”, escribió en su cuenta de Facebook.

Las palabras de Monserrat, uno de los líderes -por la dimensión del sindicato que conduce- del “Movimiento Sindical por la Justicia Social y el Trabajo”, marcan el posicionamiento de los gremios que, desde la CGT Regional, ofrecen un respaldo más decidido al Frente de Todos.

Este sector plenamente alineado al albertismo hace prácticamente imposible que la CGT Regional pueda siquiera intentar un apoyo al Centro Cívico que, a estas alturas, tampoco lo espera, y se conformaría con que no exista un pronunciamiento institucional de la central en pleno a favor de la boleta que liderará el senador nacional Carlos Caserio.

Por fuera, resta saber cómo jugarán los sindicatos alineados al Movimiento de Trabajadores de Córdoba que lidera Pablo Chacón (Agec), que en las últimas elecciones nacionales quedó muy cerca de entrar a la Cámara Baja, ocupando el tercer lugar en la lista de Diputados.