Puertas adentro, el oficialismo ya arrancó la discusión a la espera de definiciones en el futuro inmediato del villamariense. Las chances se debaten entre respetar el lugar al interior con un hombre de experiencia; o abrir el juego al socialismo.
Por Gabriel Silva.
La licencia que tomó hace algunas semanas al frente del ministerio de Cooperativas, Martín Gill, envuelto en una denuncia por violencia de género y a la espera del juicio generó todo tipo de debates del arco político cordobés en su conjunto. En el oficialismo, porque algunos en la Unicameral lucen más descontracturados frente a cada sesión en la que una porción de la oposición insiste con pedir la cabeza del exintendente de Villa María.
Y en el arco opositor, precisamente, porque las tensiones quedaron expuestas una vez más la semana pasada cuando el legislador Gregorio Hernández Maqueda intentó -una vez más- insistir con el juicio político a Gill y varios en la oposición decidieron no sumarse a la iniciativa propuesta por el ex lilito.
“Son unos cagones”, cuentan que lanzó Hernández Maqueda ya en la noche del miércoles. En la oposición, decidieron no acompañar la iniciativa de Hernández Maqueda la radical Graciela Bisotto, el vecinalista Rodrigo Agrelo, el libertario Agustín Spaccesi y el peronista Federico Alesandri.
Sin embargo, independientemente de lo que ocurra en la Unicameral y el avance que tenga el proceso judicial en Villa María, el despacho principal del ministerio de Cooperativas quedó en la mira. Y, con algunas horas de diferencia a lo que ocurrió en la Legislatura, un grupo de dirigentes del departamento Río Segundo que se reunió hace unos días con el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, preguntó por ello.
“Ese lugar se le va a respetar al interior”, cuentan que lanzó el influyente ministro del llaryorismo en una comida donde dejó varias definiciones. La primera, que repetirá estos encuentros con dirigentes del peronismo de otros departamentos; la segunda, el traslado enfático del pedido de Llaryora: ustedes sigan trabajando. En la búsqueda de desactivar cualquier tipo de crítica acerca del resultado de las incorporaciones al Partido Cordobés.
Plan ‘A’, un hombre con experiencia
La semana pasada, una persona que conoce los despachos del Centro Cívico, confió a Alfil que la alternativa principal para suceder a Gill es un hombre que actualmente está dentro de la órbita del ministerio de Cooperativas y Mutuales: Domingo ‘Mingo’ Benso. Actual secretario de Desarrollo de la cartera que tiene a Gill de licencia y al aguardo por quién será el que herede, al menos de manera transitoria, el poder de firma del villamariense.
Trámite burocrático que podría ser publicado en el Boletín Oficial esta semana y si es que alguien dentro del gabinete subroga con su firma la cartera de Cooperativas.
Benso es un hombre de vasta trayectoria en el mundo del cooperativismo, oriundo de Devoto, en el departamento San Justo, y lideró durante más de cuatro décadas la cooperativa de su localidad. Reconocido, incluso a nivel provincial y regional.
Además, Benso cuenta con el aval de una fuerte porción del llaryorismo del interior para desembarcar en esa silla y reactivar la ejecución del presupuesto que tenía asignado para este 2024 la cartera en manos de Gill. Quienes conocen a ambos del ministerio admiten que la sintonía entre el hombre de Villa María y el oriundo de Devoto era buena.
En tanto, una persona con peso en el oficialismo reconoció a este diario que “ese ministerio surgió desde el cooperativismo de San Justo y siempre Llaryora lo pensó con la cabeza puesta en ‘el Mingo’”. Frase que ayuda a desentramar el futuro de la cartera.
El socialismo, con menos chances
No obstante, de confirmarse la salida de Gill, algo acerca de lo que muchos en el Panal no quieren ni pronunciarse y sostienen el hermetismo, otro nombre que asoma es el del legislador del socialismo, Matías Chamorro. El titular del Partido Socialista preside la comisión de Cooperativas en la Unicameral y recorre habitualmente mutuales y espacios de trabajo del cooperativismo.
Algunos sostienen que, en el contexto de equilibrio que hace la gestión de Martín Llaryora con el Gobierno de Javier Milei, y después de la aspiradora por el PRO, el Partido Cordobés podría reactivar con casilleros la alianza que con el socialismo nació en 2019 de la mano del exgobernador Juan Schiaretti. Ampliar el oficialismo a sectores más progresistas podría ser la fase siguiente en la amplitud del oficialismo provincial, piensan en ciertos despachos.
“Se va a sumar a toda la agenda, va a estar en los encuentros y cree que se va a seguir trabajando como hasta ahora”, razonan en el entorno de Chamorro. Además de destacar la figura de Benso.
No obstante, en el reacomodamiento de piezas que viene teniendo Hacemos en la Unicameral, y que se vio con fuerza el miércoles pasado con la licencia de Leonardo Limia para que jure Carlos Lencinas, la continuidad de esos movimientos podría generar la habilitación de un casillero incómodo.
Esto es así. La semana pasada casi que le tuvieron que colocar suero al también viguista Pablo Ovejeros para que se mantenga en su banca, vote y no tenga que dejar su lugar a un nombre que en el oficialismo muchos no quieren: Sergio Fittipaldi. Sí, el que sigue en la lista es el polémico titular de Soelsac.
Por lo tanto, si continúa la licencia de Limia y se abre la chance de una salida de Chamorro, el lugar quedaría para Fittipaldi. Y, al parecer, se generarán los bloqueos suficientes como para que el hombre del sindicato de la Limpieza no arribe a la Unicameral.
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