Silencios y gestos: sin hablar, Cristina Kirchner manda mensajes que sacuden el tablero del Gobierno
La vicepresidenta Cristina Kirchner, la dirigente más influyente de la coalición oficialista, conserva un bajo perfil público. Hermética en su nuevo rol, evita opinar puertas afuera sobre el rumbo del gobierno de Alberto Fernández, pero se mantiene activa en las discusiones subterráneas y, por distintas vías, manda mensajes que sacuden el tablero del oficialismo. Con escuetas expresiones, fija su postura.
El domingo, a través de twitter, abrió una polémica con Horacio Rodríguez Larreta por el accionar de la policía de la Ciudad en una movilización en homenaje a Santiago Maldonado. Solo repitió un mensaje del ministro del Interior, Wado de Pedro. La intervención de Cristina generó una réplica de la gestión porteña, a través del vicejefe, Diego Santilli y sumó tensión en medio del trabajo conjunto entre las administraciones por el avance del coronavirus.
Desde que Fernández asumió su cargo en diciembre, Cristina Kirchner dosifica sus intervenciones en el debate público. En paralelo, se ocupa de su frente judicial.
Silencios y gestos
Cristina Kirchner optó por un silencio estratégico en los momentos de mayor tensión de la incipiente gestión. Su sombra influyente sobrevoló el caso Vicentin, la reforma de la Justicia o la salida de Alejandro Vanoli de la Anses, los temas más álgidos del Gobierno durante los últimos meses. Pero hubo excepciones, como el tuit furibundo para marcarle la cancha al Presidente por su diálogo con grandes empresarios o el respaldo público al ministro de Economía, Martín Guzmán, en el tramo final de la negociación por la deuda.
Un dirigente peronista del conurbano que tiene diálogo habitual con la vicepresidenta considera que Cristina Kirchner administra sus irrupciones. "No interfiere en el Gobierno, ella tiene claro que gobierna Alberto. Y sabe hasta dónde opinar, no va ir a una confrontación pública", comenta. "No necesita hablar, ya tiene centralidad", resumen desde el cristinismo.
Las apariciones de Cristina Kirchner fueron intermitentes en los últimos meses. En diciembre, participó de los actos de asunción del gobernador bonaerense Axel Kicillof y de intendentes aliados del conurbano, su principal foco de atención y activo electoral. Allí, apuntó contra el gobierno porteño por los fondos de coparticipación que recibe la Capital, bastión de Pro. Luego, le reclamó al Fondo Monetario Internacional (FMI) "una quita sustancial" de la deuda, cuando presentó Sinceramente en Cuba. "Es pertinente su observación", respondió el Presidente.
"Cristina le está dando un respaldo importante a Alberto en muchos contextos. Apoya con ideas y conocimiento de la gestión", afirma un exfuncionario que la acompañó durante sus dos mandatos y que aún recibe sus consultas.
Cristina Kirchner Fuente: LA NACION - Crédito: Fabián Marelli
Con Fernández al frente de la batalla contra la peste, la vicepresidenta dejó trascender que prefería no hablar: "No es bueno que haya dos cabezas en la conducción en una crisis", argumentó. Con mayoría en el Senado, impuso el ritmo y su agenda. Mantiene una relación conflictiva con la oposición, que cuestiona sus manejos.
Uno de los asesores de Fernández valora el silencio público de la vicepresidenta. "Es la posición más inteligente. Cristina sabe que cualquier declaración pública puede ser interpretada por los medios como una socavación de la legitimidad de Alberto", evalúa.
Durante la cuarentena, Cristina Kirchner activó su teléfono para comunicarse con intendentes aliados del conurbano e interrogarlos sobre la situación en sus distritos. Se mostró preocupada por el impacto sanitario y económico de la pandemia. "Se interioriza permanentemente de todos los problemas, pero sabe guardar perfectamente su lugar. Lo hace desde un punto de vista constructivo", cuenta Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría y vicepresidente del PJ bonaerense. Según Gray, Cristina Kirchner "tiene muy claro su rol y su peso político". "Se involucra, pero no se entromete", insiste.
En abril, la vicepresidenta participó del anuncio de la oferta oficial a los bonistas. Días después, volvió a Olivos para reunirse a solas con Fernández -poco y nada trasciende de esos encuentros-.
El miércoles pasado, se ausentó de la presentación del proyecto de reforma de la Justicia en la Casa Rosada. Un gesto que generó múltiples lecturas. Sí estuvieron su abogado Carlos Beraldi, integrante del Consejo Consultivo creado por Fernández, y la senadora camporista Anabel Fernández Sagasti.
Horas después del acto del Presidente, Cristina Kirchner recibió en su despacho a dirigentes de la agroindustria. También se reunió con referentes de movimientos sociales cercanos a Juan Grabois -un aliado crítico de Fernández- y el funcionario Daniel Menéndez (Barrios de Pie) para evaluar un plan pospandemia.
Mensajes
Cristina Kirchner utilizó las redes sociales para enviar mensajes. Casi siempre puso el acento en temas judiciales: lawfare, el regreso de su hija, críticas a la Corte y dardos a Mauricio Macri por el espionaje ilegal. Optó por el silencio ante la violenta muerte de Fabián Gutiérrez, su exsecretario, y el comunicado posterior de Juntos por el Cambio.
Pateó el tablero el 12 de julio, cuando compartió en Twitter una nota del diario Página 12 que cuestionaba el diálogo de Fernández con grandes empresarios. "En tiempos de pandemia, de lectura imprescindible para entender y no equivocarse", subrayó.
Cristina Kirchner, en Lomas de Zamora Fuente: Archivo - Crédito: Ignacio Sánchez / La Nación
El tuit descolocó al entorno del Presidente. "Fue un mensaje ambiguo. Hubiera preferido que no saliera así", dice un consejero de Fernández, quien aboga por "repensar" la idea de institucionalizar el Frente de Todos. "Claro que me sorprendió", dice otro dirigente cercano al jefe del Estado. Desde el cristinismo le bajan el tono a la disputa. "Son aportes de ideas para encaminarse mejor", justifica un exfuncionario kirchnerista.
Un histórico dirigente del peronismo, que dialoga con el Presidente y el influyente Gustavo Béliz, percibe un clima enrarecido en el seno del Gobierno. "Está todo confuso. Con ese tuit, Cristina ha demostrado que tiene una visión distinta. O se ponen de acuerdo entre ellos o no sé qué quedará de la Argentina", advierte.
En cambio, José Luis Gioja, titular del PJ, cree que Fernández y la vicepresidenta trabajan para mantener la unidad. "Cristina es el sujeto político más representativo. Unidad no es uniformidad. Sirven sus opiniones", apunta.
"Fue Cristina quien decidió ser vice y respaldar a Alberto. Ella no va a atentar contra su proyecto y la decisión que tomó", señaló Juan Manuel Olmos, jefe de asesores del Presidente, en diálogo con Radio 10.
¿Voceros extraoficiales?
La crítica pública de Cristina Kirchner desató ráfagas de "fuego amigo" contra Fernández. Los dardos provinieron de varios "inorgánicos", con ascendencia en el kirchnerismo duro, como Hebe de Bonafini, Alicia Castro o Víctor Hugo Morales.
En el Gobierno temieron que la carta de Bonafini contra Fernández haya sido motivada por una jugada de la vicepresidenta. Pero en el kirchnerismo lo descartan."Los dichos de Hebe y Víctor Hugo o el tuit de Cristina hacen a la libertad de expresión. Eso no lo podés contener con nada. Y menos vas a contener a una líder política desde la base aislada", enfatiza Diana Conti, titular del Partido de la Victoria. "Son dirigentes con personalidades fuertes. A Hebe no le vas a decir lo que tiene que hacer", remarca un dirigente del PJ.
Quien suele actuar como espada mediática de Cristina Kirchner es Oscar Parrilli. La senadora Fernández Sagasti, que tuvo un rol protagónico en el caso Vicentin -repite que se lo pidió el Presidente-, también levantó el perfil. El jueves, pidió ampliar la Corte a trece miembros.
Tras el rebrote de las internas por su tuit, Cristina Kirchner volvió a permanecer en silencio. Reapareció con un video para respaldar a Guzmán por la deuda. Luego, celebró la crítica de Kicillof a los medios por el análisis de la crisis ("Axel tiene razón: se nota mucho") y apuntó contra Horacio Rodríguez Larreta. "Para el gobierno de la Ciudad, no todos los ciudadanos y ciudadanas son iguales", lanzó.
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