Monzó aportaría sus legisladores, se sumarían lavagnistas, partidos provinciales y sondean a Cornejo. Alcanzaría para aprobar leyes claves.
El Congreso permanece vacío, con dos meses sin sesiones y escasas reuniones de comisiones, pero después de las primarias en pasillos y despachos todos hablan con todos e imaginan posibles escenarios para 2020.
La apabullante victoria de Alberto Fernández, que de repetirse en octubre le permitiría orillar los 120 diputados, a 9 del quórum, abrió una opción que no estaba en los planes de casi nadie antes del 11 de agosto: crear un bloque "dialoguista" con su Gobierno integrado por peronistas migrados de Cambiemos, lavagnistas, algún radical enojado y partidos provinciales controlados por gobernadores como Juan Schiaretti (Córdoba), Oscar Herrera Ahuad (Misiones) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).
Más que suficiente para controlar el recinto y apurar la abultada agenda de leyes de estabilización que Fernández planea para su primer mes de gestión, anticipada por su economista Guillermo Nielsen en una entrevista con el diario brasileño Valor.
Alberto quedaría cerca del quórum en Diputados si repite el resultado en octubre
Sería un réplica de Argentina Federal, el interbloque referenciado en gobernadores peronistas sin ganas de recibir órdenes de Cristina Kirchner, que en estos cuatro años nunca superó los 34 miembros pero aun así fue la llave del Gobierno para aprobar leyes. El nexo con la Casa Rosada fue Rogelio Frigerio y su segundo, el secretario de Interior Sebastián García de Luca, quien en diciembre aterriza en Diputados para encontrarse con muchos amigos.
En el PRO cuentan a 11 diputados que pueden migrar a un bloque dialoguista. Y a algunos gobernadores que están con Alberto les seduce sostenerse lejos del kirchnerismo, pero no darán un gesto de debilidad.
Como explicó LPO, tras las primarias Monzó habló con Alberto y Sergio Massa y empezó a sondear si sus diputados estaban dispuestos a volver a un espacio peronista si pierde Macri en octubre. Metódico, delegó en sus legisladores provinciales la tarea de cuestionar a Jaime Durán Barba por su estrategia electoral y luego se sumó Nicolás Massot, con posteos desde Universidad de Yale.
Dos fuentes del bloque PRO con llegada a la Rosada aseguraron a LPO que el presidente de la Cámara podría conseguir que migren 11 miembros de esa bancada en diciembre, entre ellos a García de Luca, Juan Aicega, Alberto Assef y varios peronistas que llegarán en las listas de Juntos por el Cambio. Incluyen en ese grupo a Silvia Lospennato, que será reelecta por gestión de María Eugenia Vidal, enemiga de Monzó. Un triunfo de Axel Kicillof podría obligarla a volver con su antiguo jefe.
Los más activos en el armado de este bloque, por ahora en ciernes, son los lavagnistas, un grupo de hasta 9 diputados, entre ellos el candidato a gobernador bonaerense Eduardo Bucca, sus coterráneos Alejandro "Topo" Rodríguez, y Graciela Camaño; Marco Lavagna, los socialistas santafesinos Luis Contigiani y Enrique Estévez, el mendocino José Luis Ramón y los salteños Andrés Zottos y Pablo Kosiner.
Alberto habla con Monzó y tantea un peronismo amarillo para diciembre
Kosiner fue el jefe de Argentina Federal en estos dos años y es el diputado de confianza de Juan Manuel Urtubey, quien hasta hace una década era el gobernador de mejor relación con Alberto Fernández, por entonces enfrenado a Cristina Kirchner. No volvió a hablarle desde que se convirtió en candidato presidencial y mantiene una estrecha relación con Monzó, quien llegó a incorporar en la mesa chica a su protegido Albi Czernikowski, recordado por su fugaz noviazgo con la modelo Karina Jelinek.
Entre los lavagnistas no descartan retener a diputados leales a gobernadores que apoyan al Frente de Todos pero tal vez no quieran compartir el día a día con el kirchnerismo. Esperan saber si Alberto lo considera un innecesario gesto de debilidad o acepta dos bloques afines y alimenta la tensión entre peronismo tradicional y kirchnerismo, que animará su Gobierno si logra ganar. "Muchos diputados ya nos dicen que quieren mantener un bloque federal, porque les sirve para negociar. Pero hay que ver si se dan las condiciones", admiten cerca del ex ministro.
Fernández imagina en el interbloque dialoguista a los 4 o 5 diputados que respondan a Schiaretti, quien lo recibiría la próxima semana en Córdoba; los 3 misioneros y los 7 de Santiago del Estero, cuyo gobernador Gerardo Zamora ya es casi parte de su equipo de campaña. Siempre le gustó sostener una bancada propia pero mientras que en tiempos de Cristina se sumaba a la mayoría automática, con Macri prefirió negociar ley por ley. No se consideró retribuido cada vez que colaboró.
En sus charlas con colegas, Monzó confesó que también tiene en la mira a radicales molestos con Macri y no dispuestos a compartir un espacio político con sus súbditos si pierde la presidencial. Mantiene buena relación con Martín Lousteau, que se mudará al Senado pero dejará varios diputados cercanos; y sigue con atención el futuro de Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza, con chances de retener su provincia el 29 de septiembre, a través del intendente Rodolfo Suárez.
En diciembre asumirá como diputado, sin muchas ganas de aceptar las órdenes de su correligionario Mario Negri, con los votos juntados para ser reelecto como jefe de los radicales. Habla seguido con Horacio Rodríguez Larreta, interesado en que sostenga su liderazgo y mantenga unido al actual bloque Cambiemos junto a la veintena de lilitos y al PRO, conducido por su protegido Álvaro González.
Pase lo que pase en octubre, el jefe de Gobierno no oculta sus intenciones de ser candidato a presidente en octubre. Y Monzó mantiene su sueño de pelear alguna vez por la gobernación. No parecen ir por los mismos caminos. Por ahora.
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