El concejal de la UCR Luis Vildoza (69) insiste con la discusión sobre la calidad educativa. Habló del rol formador de la escuela y cuestionó la “inclusión” del gobierno. Además, le respondió a Petruccelli y a Colella. “No entendieron el sentido del proyecto”, aseguró.
La discusión sobre la tan mentada calidad educativa data de varios años. En rigor de verdad, han sido pocos los espacios donde se ha ido a fondo sobre un problema estructural de la Argentina y específicamente de la provincia de Buenos Aires. En la última sesión del Concejo Deliberante –la segunda del periodo ordinario- el concejal de la UCR el profesor Luis Vildoza presentó un proyecto a través del cual propone discutir aspectos que tienen que ver con esta cuestión central para el presente y el futuro de la sociedad. Desde el oficialismo le contestaron con una catarata de estadísticas leídas, sin contenido, y desde el Frente Renovador el doctor Gabriel Petruccelli destacó el “espíritu” del proyecto, aunque mencionó que existe el ámbito para trasladar esa discusión y mencionó la Unidad de Gestión Distrital. En una entrevista con el diario La Vanguardia, Vildoza ratificó el sentido del proyecto que presentó y contestó a los cuestionamientos. “La idea fue marcar una cuestión que, en lo personal, me viene preocupando desde hace mucho tiempo. Lo hago desde la experiencia, desde el afecto y desde el compromiso que tuve siempre con un área tan sensible como es la educación. En mis más de cuarenta años, el sistema educativo me ha mostrado distintos perfiles y aspectos que hacen a la educación de calidad, con docentes a la altura de las circunstancias, con directivos responsables y preocupados por lograr el perfil del alumno que se necesita para promoverlo a la sociedad con herramientas suficientes y necesarias para que esa educación sea fructífera ya sea a nivel de continuidad de estudios universitarios, terciarios, o ensamblados en la comunidad desde una perspectiva laboral. En ese momento teníamos la sensación que estábamos por el buen camino. En aquel momento notaba un profundo compromiso personal, con la institución y con los alumnos. Pero el tiempo ha ido pasando y ha habido un recambio de docentes y directivos que han ido acusando las variables que se produjeron. Por ejemplo, en un momento se dejó de lado la evaluación numeral para pasar a la conceptual y eso le hizo mucho daño a la educación porque se establecían límites muy difusos entre lo malo, lo regular, lo bueno y muy bueno. Esa confusión de alguna manera afectó a aquellos responsables que realmente apuntaban a más y que veían como otros, que no tenían la misma vocación, iban a la par. A esto hay que sumarle el alto porcentaje de alumnos que desaprobaban las materias. Allí se empezó a interpretar y a tomar como responsables a los docentes que comenzaron a ceder ante determinadas presiones”.
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