Leo tuvo su gran homenaje tras retirarse de la Selección Argentina. Ovacionado, reconocido y emocionado hasta las lágrimas. ¡Hasta jugó unos minutos!
Desde que se supo que se le iba a rendir un homenaje se sabía que la noche sería emotiva. Selección Argentina y un Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata que es su gran hogar. ¿Qué mejor combinación para agasajar la inmensa trayectoria de Leonardo Gutiérrez en la Selección? Ninguna.
Y se despidió jugando. Sí, cuando todos esperaban un homenaje emotivo el plus llegó al sumar minutos en el partido que Argentina jugó ante Uruguay (paliza por 67-51, llegando a ganar por treinta unidades). Entró restando poco más de 2m20s para concluir el tercer cuarto, después de que Sergio Hernández realice un cambio que no estaba en los planes de nadie. Leo Gutiérrez, con toda su vigencia como jugador y su enorme historia con la Selección, disputó sus últimos minutos con la camiseta nacional y en la espalda una leyenda que dictó "Siempre con El Alma". Fue un momento conmovedor.
Apenas ingresó, después de que Uruguay lance desde la línea, entregó una asistencia. Y cuando terminó dicho parcial llegó el gran momento, en una secuencia de fotos que se pudo vislumbrar y una lluvia de aplausos que bajó desde todo el Polideportivo, factores que hicieron emocionar al cordobés hasta las lágrimas.
Las imágenes con la Selección fueron emotivas, y a ellas se añadieron un cuadro conmemorativo entregado por Federico Susbielles (interventor de CABB) y una camiseta con su clásico número 10 que se la entregó el plantel argentino, con Facundo Campazzo y Hernández a la cabeza. Cada uno de los jugadores de la Selección lo saludó, y varios de ellos también se mostraron conmovidos por la estrella.
"Siempre fue un placer y un orgullo vestir la camiseta de la Selección y defenderla en todos los torneos que fui a jugarla. El gran momento fue Atenas, ni hablar, aunque en mí carrera dentro de la Selección para mi hubo tres momentos claves, que fueron las tres cosas más importantes que conseguimos: el subcampeonato mundial (Indianápolis 2002) porque haber llegado a esa final fue muy bueno y antes ni pensábamos llegar a hacerlo, el campeonato olímpico (oro en Atenas 2004) y la medalla de bronce en Beijing (Juegos Olímpicos de 2008). Esos fueron los tres momentos mágicos, aunque todos los momentos que pasé dentro de la Selección fueron únicos, los tengo bien guardados dentro de mi corazón y van a tener por siempre un lugar en mí", contó Leo en la antesala del homenaje.
Ovacionado, aplaudido, reconocido y hasta dándose el lujo de jugar unos minutos en el partido. Así fue la despedida de la Selección de uno de los grandes jugadores de Argentina y el más ganador de la Liga. Dieciséis años de trayectoria (debutó en 1999) con la camiseta albiceleste que se resumieron en una noche de ensueño.
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