El kirchnerismo apresuró una jugada que se tejía sigilosamente para conseguir más financiamiento universitario. Los sectores aliados le apuntan al bloque mayoritario por querer sacar rédito propio. Cómo están los números para un nuevo intento de sesión especial. DNU 70, próxima parada
Mariana Verón
Con la marcha universitaria como telón de fondo, la oposición en el Congreso intentará otra vez ganar la agenda en la Cámara de Diputados, en momentos en que todas las miradas están puestas en la discusión por la nueva ley Bases y el paquete fiscal que envió la Casa Rosada.
Después del pedido que hizo el viernes a última hora el bloque de Unión por la Patria, el presidente del cuerpo, Martín Menem, convocó a sesión especial para el próximo miércoles a las 11. Pero los problemas de cartel en la marquesina de la política están haciendo peligrar el quórum para empezar a tratar los temas de la convocatoria.
A 24 horas de la citación, el número mágico de 129 voluntades está en peligro y los bloques que estaban apalabrados para acompañar masticaron bronca durante el fin de semana ante la intempestiva decisión del kirchnerismo de hacer el pedido para esta semana.
Sucede que el acuerdo para tratar varios temas, entre ellos, un nuevo marco legal de mayor financiamiento universitario, el regreso del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid) y una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, se venía trabajando desde hacía tiempo entre los sectores más alejados al gobierno de Javier Milei.
Pero el apuro que le imprimió el kirchnerismo al pedido de sesión especial que presentó el viernes por la noche terminó por romper algunos lazos de confianza y nadie quiso acompañar con su firma la presentación. Según supo elDiarioAR, desde el bloque que comanda Germán Martinez intentaron convencer a un sector del radicalismo para que sume su firma, pero no ocurrió. “Se apuraron, quisieron sacar rédito inmediato de la marcha”, mostró su malestar una diputada al tanto de la negociación.
Por lo pronto, los radicales de Evolución, el grupo que se referencia a nivel nacional con el senador Martín Lousteau, está dispuesto igual a dar quórum, pero temen que el apuro de Unión por la Patria les termine jugando en contra. Son los sectores de la UCR que convocaron y tendrán fuerte presencia en la marcha en defensa de la universidad pública. Incluso algunos de los proyectos a tratar son de autoría de diputados de ese sector, como Danya Tavela, que presentó una iniciativa para fijar criterios claros de actualización presupuestaria.
El sector de la UCR que sigue las órdenes del jefe del bloque, Rodrigo De Loredo, no se plegará a la sesión, pero los que expusieron sus dudas en las últimas horas son los legisladores del grupo de Facundo Manes, que acompañaron al kirchnerismo en los debates sobre la inconstitucionalidad del DNU 70 pero ahora se disgustaron por la velocidad de la convocatoria. Definen mañana, después de la marcha.
Lo mismo harán los diputados de Hacemos Coalición Federal, que tiene como presidente a Miguel Pichetto. Este sector ya convocó a sesión especial para tratar una nueva fórmula jubilatoria y no le alcanzó el número entonces para el quórum. Tormenta mediante, se quedaron en el camino diputados que no pudieron llegar a tiempo. Con varios cuentapropistas en ese bloque, es probable que los referentes de la Coalición Cívica, los socialistas y Margarita Stolbizer se presenten. El resto había pedido esperar hasta después del tratamiento de la ley Bases, por eso la convocatoria en soledad de Unión por la Patria podría terminar alejándolos.
La izquierda ya manifestó que asistirá a la sesión, al igual que los diputados que responden al gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal. Aún está en definición qué hará el bloque de Innovación Federal, que responde a los gobernadores de Salta, Misiones, Neuquén y Río Negro, en plena negociación del paquete fiscal con el Gobierno.
En el kirchnerismo hay escepticismo sobre la eficacia de la decisión, e incluso voces de la mesa de decisión del bloque dudan sobre la posibilidad de conseguir el quórum, pero argumentan que a partir de ahora cambiaron la táctica. No esperan más. La semana que viene probablemente también pidan sesión especial para rechazar el DNU 70, tengan a no los votos. “Si te importa la educación pública y sos diputado, sentate a discutir el financiamiento. El Congreso lo puede regular”, desafía una diputada.
La sesión, de todos modos, es simbólica. Como los proyectos a tratar ni siquiera tienen dictamen, necesitan conseguir los dos tercios de los votos para aprobarlos, algo imposible. Al menos, con el quórum, conseguirían emplazar a la comisión de Presupuesto, que conduce con mano de hierro José Luis Espert, para tratarlos.
“Nosotros sabemos y tenemos que demostrar a quién representamos”, se atajan en Unión por la Patria ante las críticas de los sectores aliados que podrían acompañarlos. Sucede que para el resto de la oposición, la marcha universitaria será un hito victorioso que al día siguiente, por falta de acuerdo, se derrochará en un nuevo fracaso legislativo.
Todos los bloques interesados en la sesión especial advierten, de todas maneras, que el éxito o no dependerá de Patricia Bullrich. Si reprime en la marcha, el quórum se junta solo.
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