Sabido es que Sergio Massa nada tiene de renovador . De hecho dio sus primeros pasos en la política en los años ´90, de la mano del golpista y ultraliberal Alvaro Alsogaray. Pero fue Carlos Menem el que le dio el principal respaldo durante la década en la que se le puso la bandera de remate al patrimonio nacional.

Pese a sus intentos de querer ocultar el pasado, la realidad es que la relación con el riojano fue tan estrecha que trascendió la política, entrando en el terreno de lo familiar. Ayer, Zulemita Menem, la hija del expresidente, puso blanco sobre negro: "Papá fue testigo o algo así del casamiento de Massa con Malena" Galmarini, aseguró en alusión a la esposa del diputado que es hija del ex secretario de Deportes del menemismo, Fernando Galmarini.

En el almuerzo con Mirtha Legrand, Zulemita añadió que "Pato Galmarini es íntimo amigo de papá", mientras el abogado Juan Gabriel Labaké le advirtió, con humor, "no te lo va a agradecer".

 "Por todos lados siempre aparece", acotó Zulemita en alusión a la influencia política de las ideas liberales de su padre y remarcó que "ahora muchos lo están reconociendo".

 "Uno a veces ve gente que desconoce haber sido menemista", señaló Zulema Menem y recordó que su padre "fue muy generoso siempre". La mujer, que solía oficiar de primera dama en actos públicos durante las presidencias de Menem, remarcó que "hay que reconocer" los inicios en la política.

 En ese sentido, destacó que "una de las cosas que Daniel (Scioli) tiene es el reconocimiento a papá que lo llevó a ser un político como hoy es".

 "Éramos muy amigos con Daniel", resaltó la joven y apuntó que "gran parte de lo que hoy es lo aprendió con papá". Y, cuando la conductora le recordó que varios dirigentes cómo el cantante Ramón "Palito" Ortega y el piloto Carlos Reutemann llegaron a la política con su padre, Zulema Menem acotó que "Mauricio Macri también".

Los Kirchner también fueron muy cercanos a Menem al punto que, cuando gobernaba Santa Cruz, Néstor lo definió como “el mejor presidente de la historia”. Su sociedad política fue tan fuerte que el kirchnerismo jugó un rol fundamental en la privatización de YPF, obteniendo a cambio el pago de regalías petroleras. Esos fondos, que luego se transformaron en acciones de la petrolera a partir de una recomendación expresa de Domingo Cavallo, le permitieron embolsar a Santa Cruz más de 500 millones de dólares que fueron girados al exterior. Cómo se utilizaron esos fondos sigue siendo un misterio.