Cristina llegó por octava vez al Chaco después de haber suspendido varias visitas por distintas razones, del aeropuerto hizo el trayecto hasta la ensambladora de bicicletas en helicóptero, allí se encontró con la familia López, propietaria del emprendimiento industrial.
A partir de ese inicio, Sergio López hizo un pormenorizado repaso del significado del emprendimiento industrial y tuvo palabras de elogio para quien condujera el proyecto, su hermana, momento en el que la emoción lo invadió.
Contó además la enseñanza de sus padres, respeto, honestidad, honrar la palabra y los compromisos, señaló que comenzó a trabajar de pequeño vendiendo huevos y pollos. Luego fue el tiempo de la venta de velas y finalmente, el comienzo con la bicicletería. “Comenzamos con cien pesos”, expresó y fue contando con detalles las diferentes etapas por las que atravesó el emprendimiento familiar.
Las historias se fueron sucediendo y relató que en los peores momentos econonómicos que atravesaron, nunca despidieron empleados y en dos momentos muy emotivos agradeció el acompañamiento de todo el personal.
Para rematar y luego de haberle regalado a la Presidente una minibicleta para su flamante nieto Néstor Iván, se refirió a las bondades del vehículo de dos ruedas que ensamblan y que los convierten en una empresa líder en el país. Agradeció al gobernador Capitanich y a todo su equipo de ministros y colaboradores
En el tramo final y tuteando a la presidente de la Nación dijo: “Por eso Cristina queremos que te subas al vehículo del futuro, la bicicleta, no vas a contaminar el ambiente, te va a ser bien a la salud, no ocupa lugar, te lleva a todas partes…”, la presidente de la Nación se paró y lo aplaudió a Sergio López, un empresario que salió del protocolo, le puso calidez a la visita de Cristina y la mantuvo de muy buen humor a la jefa de Estado.
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