Cómo resiste en su cargo tras la represión de la Bonaerense en La Plata. Axel Kicillof, clave.
Por Maximiliano Sardi
La represión policial del operativo de seguridad que debía resguardar los alrededores del Estadio Juan Carmelo Zerillo de la Plata durante el encuentro que disputaban Boca y Gimnasia terminó con más de cien heridos y un muerto: César Regueiro, un hincha local que sufrió, según la autopsia, un “paro cadiorespiratorio no traumático”.
Y las críticas no se hicieron esperar para el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, que se apuró en deslindar responsabilidades y correrse de la línea de fuego. “No soy responsable de lo que pasó”, aseguró, y le apuntó al club y al comisario a cargo del operativo.
“No tengo ninguna duda de que la organización sobrevendió y regaló entradas que superaban ampliamente la capacidad del estadio”, sostuvo. Y enfatizó: “La principal responsabilidad del ingreso al estadio es del estadio”. Aunque reconoció que el jefe de operativo dio la orden de que se cerraran las puertas del estadio porque no entraba una persona más.
Pero “estuvo mal resuelta la situación” y “es una muerte que debería haberse evitado”, acusó el ministro, que encontró rápidamente a los culpables en la policía provincial. “El responsable es el jefe del operativo de seguridad y el supervisor del operativo de seguridad. No tengo ninguna duda”, remarcó.
Por pedido del fiscal Martín Almirón, el juez de Garantías Agustín Grispo ordenó la detención del comisario Juan Manuel Gorbarán, jefe del operativo, por “estrago doloso seguido de muerte”. Pero la oposición y varios organismos de derechos humanos siguieron pidiendo, como los días posteriores al incidente, la renuncia de Berni y una declaración del gobernador Axel Kicillof que nunca llegó.
En la mira
“Un hombre que trata de mostrarse valiente y es tan cobarde que no puede hacerse cargo de cuál es el nivel de responsabilidad que tiene él. Sergio Berni debería renunciar si tiene honor y dignidad, el gobernador Axel Kicillof, si no lo corre de la cartera, es cómplice y responsable. Si no nos hacemos cargo y repudiamos la inoperancia e irresponsabilidad con la que maneja a la Policía Bonaerense el ministro Berni, no salimos.
Queremos saber qué es lo que sabe el ministro que no se lo puede tocar, porque hoy todos niegan responsabilidades como si la policía estuviera automatizada”, acusó la vicepresidenta del bloque radical en el Congreso, Karina Banfi. Un reflejo de lo que fueron otras tantas voces de la oposición y de organismos de derechos humanos que recordaron el caso de Facundo Astudillo Castro en plena pandemia. Sin embargo, el gobernador Kicillof sostuvo al ministro, y coincidió con Berni en que la Policía Bonaerense “actuó de la peor manera”.
“La policía está para proteger, no para agredir. Nuestro gobierno no tolera ni encubre la violencia institucional”, afirmó en C5N, supeditando cualquier decisión ulterior a lo que determine la Justicia. Se volvió a habilitar el clausurado estadio Juan Carmelo Zerillo, y la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI), un cuerpo policial que habitualmente se utiliza para combatir el narcotráfico, se hará cargo de los futuros operativos en La Plata “para que todo salga bien”, explican desde la gobernación.
Entre Kicillof y Berni hubo un tirón de orejas a puertas cerradas, el reclamo de que no haya otro incidente, pero el aval ante las cámaras. “Nunca se habló de un reemplazo. Axel está conforme con cómo lleva las cosas adelante Sergio y con las políticas que implementó”, apuntó un hombre cercano al gobernador.
Y eso es a pesar de los dimes y diretes que tuvo públicamente con la ex ministra de Seguridad nacional Sabina Frederic (hoy al frente de los Cascos Blancos), y con el actual ministro Aníbal Fernández, quien tuvo en la misma semana su propio dolor de cabeza por el desalojo de los mapuches en Villa Mascardi. A ese cóctel se suma su toma de distancia del kirchnerismo. El propio Máximo Kirchner, además de estar enfrentado con Kicillof, acaba de fustigar al ministro tras el episodio de La Plata: “Hay que hacerse responsables, no puede pasar eso en un gobierno peronista”. Pero Berni resiste. Habrá que ver hasta cuándo.
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