El ministro de Ambiente no está arrepentido de haberse fotografiado como "el hombre planta". Aunque sí admite que no volvería a comprar una TV de 55 pulgadas en Chile.
"Mi forma de ser no va a cambiar por ser funcionario", apunta Sergio Bergman cuando se lo acorrala por sus últimas apariciones públicas, cuando se vistió de "hombre planta" o fue fotografiado descargando un televisor de 55 pulgadas tras un viaje a Chile. El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable dice que quiere "mantener" su naturalidad, pero acepta que debe "recalibrar" sus acciones "porque no vale la pena tanto nivel de desgaste".
Sin embargo, a lo largo de la entrevista con Clarín, en la que defiende su gestión y en la que pide ser juzgado por su "trabajo" y "honestidad", admite que sólo revisará su decisión de comprar el smart TV fuera del país. Y da "un anticipo": "Me voy a disfrazar de 'Hombre Basura' y de 'Sirenito'", redobla la apuesta.
-¿Se siente respaldado luego de que el jefe de Gabinete Marcos Peña dijera que no va a haber cambios y que su ministerio no va a pasar a ser una secretaría de Estado?
-Más allá de los rumores me siento consolidado y muy conforme con el desarrollo de un área transversal y por el trabajo con todos mis compañeros en el Gabinete. Estoy muy confiado de que muchos de los temas que me propuse, durante la segunda mitad del mandato me van a permitir dar los resultados que el Presidente me pidió.
- Hay mucha gente dentro del Gabinete que no lo quiere. ¿De ahí salen los rumores?
- Los trascendidos forman parte de la cultura y de la lógica interna de la política, en un Gabinete diverso que tiene diferentes extracciones y diferentes recorridos personales. Yo no tengo una referencia interna dentro del PRO. Me afilié e ingresé como independiente, por una invitación del Presidente. Y nunca definí de quién soy en las líneas internas. Eso traspasalo ahora al Gabinete donde tenés un ecosistema diverso, donde tenés diferentes extracciones... Pero hoy siento un gran apoyo de Marcos Peña, a quien le tengo un enorme respeto y reconocimiento por su visión estratégica en la construcción política y no sólo comunicacional de nuestro espacio. Tanto él, como (el vicejefe de Gabinete) Mario Quintana, que es mi "coach", son claves para mí.
- ¿Y el Presidente qué le dice?
- Al Presidente no se lo molesta por estas cosas.. Pero Mauricio no quiere obsecuentes y tampoco personalidades estelares que se corten solas. Es un gran armador de equipos y ha demostrado, a pesar de que a veces fue subestimado, que pudo ir articulando diversidades y manejando el poder.
- ¿Que le hayan sacado el manejo del fuego no lo tomó como un desplante?
- No me sacaron el manejo del fuego. Sólo salió un decreto que reasigna incumbencias en lo que es la ley del manejo de fuego. Hay incumbencias que quedan en el ministerio y hay otras, como lo operativo y la logística del abordaje del fuego, que fueron a otras áreas. Y yo creo que es lo más eficaz.
- ¿Se arrepiente de haber dicho que lo mejor que se podía hacer para prevenir los incendios era "rezar"?
- Lo hice en su momento... Si bien mi formación y mi trayectoria previa a ser ministro tenía que ver con ser un referente social y religioso, no es el lenguaje apropiado y lo que se espera para un ministro de Ambiente, al que se le exige términos precisos y técnicos. Me parece razonable ser criticado cuando hay motivos para que lo sea. Igual, creo que fueron desmedidas porque no fue lo único que dije.
- ¿Volvería a comprar una TV en Chile?
- No lo haría porque no vale la pena una discusión y semejante nivel de desgaste para explicar algo que hice con total espontaneidad y naturalidad, entendiendo que es legal y que no estaba haciendo nada que no pudiera hacer. No estoy arrepentido, pero evidentemente tengo que recalibrar determinadas cosas que para mí son naturales y están bien, pero que en la percepción de la gente tiene un efecto que requiere una explicación. Y cuando vos tenés que explicar algo, estás en un problema. Igual no me voy a desnaturalizar, no voy a pasar por el costado, no me voy a camuflar.
Tengo una posición muy clara: esperen que sea honesto, que trabaje y haga mi gestión y que esté dentro de lo formal y legal. Pero tomé la decisión, con el riesgo que eso conlleva, de mantener mi naturalidad y mi forma de ser, que no va a cambiar por ser funcionario. Lo que sí estoy es obligado a dar explicaciones. Y por suerte no hay otro tema por el que tenga que dar explicaciones.
- ¿Y el tema de ser el "hombre planta" no se lo replanteó?
-Hay conversaciones que no quiero volver a tener, como el de la TV, pero otras que tengo que generar. Y este tema lo voy a pensar porque es diferente. Si bien los dos tienen en común que no tuve en cuenta la viralización que estas cosas tienen, es un recurso que ahora tengo que usar de manera inteligente. A veces cuando quiero salir a hablar de mi gestión no se me presta atención nadie. Y con estas cosas genero impacto. Por eso creo que cuando tenga que difundir un tema que tenga que ver con mi agenda no voy a tener problema en disfrazarme otra vez.
Así que te doy un anticipo: me voy a disfrazar de "hombre basura", para hablar de los basurales y de qué hacemos con los residuos; y de "Sirenito", para que hablemos del mar. (El ex alcalde de Nueva York Rudolph) Giuliani se disfrazó de Marilyn Monroe para defender el lugar de los transexuales; y (Jaime) Durán Barba siempre dice que la política de este siglo requiere tener la habilidad de generar conversación.
- ¿Pero entiende que de un ministro se esperan otras cosas?
- Yo no defiendo ni me pongo en la posición en que no puedo ser criticado. Yo particularmente me manejo siempre de la legalidad y proceder es correcto, pero entiendo la expectativa de la gente.
Bergman, en su despacho. Dice que busca concientizar sobre el medio ambiente.
- ¿(Jaime) Durán Barba avala esto?
- Lo vi en la última reunión de Gabinete ampliado y le dije "viste que te hice caso, seguí tus indicaciones". Me contestó riéndose que había exagerado un poco.
- Por último, le consulto sobre la gestión. ¿Es posible una minería sustentable?
- No acepto ese término. Son dos términos que se contradicen, porque la minería es una actividad extractiva. Por eso yo hablo de minería responsable. Los países desarrollados y serios hacen minería con responsabilidad, sabiendo que es una actividad que tiene impacto y que eso no puede ir sobre la salud de la gente o depredar el medio ambiente.
- ¿Usted cree que eso es posible?
- Lo que creo que va a pasar es que por la evolución tecnológica no va a haber minería a cielo abierto en lugares donde haya asentamientos urbanos cerca. Desde el sentido común, a nadie se le puede ocurrir hacer minería a cielo abierto a 2 mil metros de donde hay gente. En la Argentina ya hay algunas con derechos adquiridos, pero hay que hacer una reconversión de la minería que cumpla con las normas y la previsibilidad.
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