Los actuales operarios, sus supervisores y colaboradores recibieron a funcionarios, anteriores miembros de la comisión directiva, docentes y familiares para festejar juntos este tan significativo aniversario. No faltaron los reconocimientos a quienes en este tiempo hicieron realidad el sueño de la docente Nelly Pujol, mentora de la idea nacida de una necesidad insatisfecha que ella veía en sus alumnos con discapacidad mental y sus familias.
Con una amplia convocatoria y en un marco cargado de emotividad, ayer en horas de la mañana, en la sede de avenida Jáuregui 4480, se llevó a cabo el acto por los 40 años del Taller Protegido de Pergamino.
Con justas palabras imbuidas en alegría y amor, la señora Zulema Albornoz, que ofició como locutora hizo un breve relato de la historia del Taller a modo de cuento: “Había una vez en nuestra ciudad y hace muchos años una docente, llamada Nelly que, llena de proyectos, tuvo una idea clara, práctica y que prometía mucho amor a las personas discapacitadas. Para llevarla a cabo se reunió con jóvenes solidarios y empresarios de Pergamino que transformaron esa utopía en realidad. Cierro los ojos y me los imagino reunidos, discutiendo, gestionando y esperando respuestas. Tanto esfuerzo tuvo su triunfo que se vio coronado con la creación de este Taller Protegido en 1974”.
El Taller Protegido Pergamino hace 40 años que desarrolla la incansable y por momentos dificultosa tarea de posibilitar el desarrollo laboral de personas con discapacidad. Claro que, como dijo la actual presidenta Dora Moyano, lo ideal sería que no tuviera que existir este ámbito y que estas personas pudieran desplegar sus muchas capacidades en industrias, empresas y organismo. Pero entre tanto se cumpla este deseo, la existencia del Taller garantiza a estos jóvenes la dignidad que sólo otorga el trabajo. Y en ese sentido Pergamino ha sido pionero, siendo este modelo tomado como base para la conformación de otros talleres en distintos puntos del país. Por eso, además de la declaración de interés municipal, hubiesen sido importantes las declaraciones de interés provincial y nacional, habida cuenta del camino marcado a otros y la vigencia del emprendimiento, que ha subsistido trabajosamente a todas las crisis económicas del país, que le han afectado como –o más- que a cualquier otra empresa. No sólo por lo que implica el reconocimiento sino porque estas declaraciones visualizan el trabajo silencioso de años y lo muestran a la sociedad que, además de conocerlo, se puede sentir incentivada a colaborar.
En la actualidad concurren 22 operarios que trabajan de lunes a viernes de 8:30 a 15:45. Ellos se trasladan en el colectivo urbano de La Nueva Perla y realizan tareas manuales para empresas locales y también preparan verduras para dos Centros de Desarrollo Comunitario que dependen del Municipio. Vale decir en este punto que una de las tantas colaboraciones que necesita el taller es más trabajo, tareas remuneradas que los chicos puedan hacer para seguir dignificándose y colaborar con la economía de sus hogares y del propio taller.
Nutrida concurrencia
Para la ocasión muchas personas se dieron cita en el salón del Taller, entre ellos, el intendente municipal, Omar Pacini; el presidente del Concejo Deliberante, Lucio Tezón; las ediles María de los Angeles Conti y María Ofelia Aguilar Ortiz; el presidente del Consejo Municipal del Discapacitado, Hugo Di Santo; concejales, miembros y familiares de la primera comisión directiva, exsupervisores, padres y familiares de operarios, colaboradores y amigos del Taller.
La primera oradora de la jornada fue la presidenta de la comisión directiva del Taller, Dora Moyano de Gindín. Durante su alocución no tuvo más que palabras de agradecimiento para con todos “los ángeles” –como denominó a los colaboradores de todos los tiempos- que posibilitaron el desarrollo de la institución. Por eso, cada reconocimiento de la mañana se materializó en la figura de un ángel pintado en cerámica.
Placas conmemorativas
Posteriormente se descubrieron las placas recordatorias; la primera en homenaje a quien fuera la impulsora de la iniciativa, Nelly Pujol. Los familiares de la docente fueron los encargados de descubrirla.
La segunda nombra a los integrantes de la primera comisión directiva, la línea fundadora de la institución que estaba conformada por: Hugo Conticello, Juan Alberico, Teresa Cosentino, Facundo Ceccoli, Elvia Ramallo, Américo “Pepo” Despuy, Marta Agüero, Hugo Apesteguía, Eduardo Flageat, Oscar Bustos y “Chichí” Ninona.
Angeles especiales
Tres personas fueron destacadas especialmente por las actuales autoridades “por la labor sostenida con tanto esfuerzo y cariño”. Y se las distinguió en una tercera placa como “pilares de la institución”. Fueron convocados en ese momento Hugo Apesteguía, “Pepo” Despuy y Graciela Nasta –supervisora por 36 años- a develar la placa con sus nombres.
Hugo Apesteguía estuvo presente desde la primera comisión directiva y fue 22 años presidente de la misma. Fue gestor responsable y sustento económico de este sueño consolidándose por muchos años como el “alma” de la institución.
Américo Despuy fue el responsable de la documentación y balance durante 40 años. Y lo sigue siendo.
Graciela Nasta fue supervisora durante 36 años y pilar interno y visible de la institución, guía, maestra y conductora en las habilidades a desarrollar por los operarios. Madre y amiga de cada uno de los chicos.
Con ellos empezó todo
Hugo Apesteguía se dirigió a los presentes, recordando cómo en la génesis del Taller está al mismo tiempo el principio de su vida empresarial: “Estoy muy emocionado y recuerdo la visita que recibí de Nelly Pujol hace más de 40 años, preocupada por encontrar un futuro laboral para sus alumnos. Ella necesitaba un espacio físico para concretar su sueño. Motivado por este proyecto me dirigí a la Municipalidad y nos cedieron un terreno ubicado atrás del Hospital San José. Allí empezamos con el trabajo de este Taller”. Luego se trasladarían a un inmueble que se levantó de cero, gracias a la colaboración del Club de Leones, que en ese tiempo era presidido por César Tumbarello. De esta manera, la institución tuvo su casa propia.
Y la relación con su vida empresarial se dio porque en una oportunidad decidió retratar el quehacer en el Taller y para ello recurrió al Jorge Torralba, uno de los pocos camarógrafos que había en la ciudad en el principio de los 80. Con esa filmación, facilitaría las charlas que daba en localidades de toda la provincia, desde donde era convocado para que explicara cómo era esta idea que se desarrollaba en Pergamino para dar trabajo a disminuidos mentales. Fue Torralba quien lo instó a crear un canal de cable para la ciudad. “Fue a partir de Canal 4 que llego a la posibilidad de hacerme cargo del diario LA OPINION para finalmente construir el Complejo LA OPINION Plaza que tantas satisfacciones les da a los pergaminenses”, concluyó Apesteguía.
Comisión actual
En la continuidad del acto, las supervisoras fueron las encargadas de descubrir la placa de la nueva comisión directiva que sigue los pasos de la organización pionera “sin prisa pero sin pausa”. En ese vidrio quedaron plasmados los nombres de los integrantes de la comisión directiva actual: Dora Moyano (presidenta), Eduardo García (vicepresidente), Susana Bojanich (secretaria), Zulema Albornoz (prosecretaria), Américo Despuy (tesorero), Eduardo Gindín (protesorero).
Vocales: Nilda Navarro, Bárbara Goicoechea, Lidia Scuderi.
Revisores de Cuentas: Susana Castellari, José Servio, Leonardo Goicoechea.
Interés municipal
El Concejo Deliberante aprobó por unanimidad un proyecto de resolución del bloque Unión-PRO por el que los 40 años del Taller Protegido fueron declarados de interés municipal. Por este motivo, el presidente del Concejo, Lucio Tezón, junto a Dora Moyano descubrió la placa alusiva. “En el recinto del Concejo Deliberante se discute mucho pero este proyecto no fue siquiera debatido, sólo aprobado”, contó Tezón y entregó el proyecto a la presidenta de la comisión directiva del Taller.
El Gobierno de nuestra ciudad dejó plasmado también en una placa el reconocimiento a los 40 años de la institución. En este marco es que el intendente Omar Pacini descubrió la placa junto a Dora Moyano.
Luego el jefe comunal expresó palabras alusivas a la fecha y se comprometió a un próximo acercamiento de cara a concretar algunos proyectos que la entidad tiene en carpeta.
Más ángeles
Florencia Tricot y Laura Bolero fueron las supervisoras que durante muchos años estuvieron a cargo de la huerta, que supo abastecer a distintos comercios de la ciudad. Ellas también fueron reconocidas. Cabe recordar que las actuales instalaciones forman parte de un proyecto más ambicioso que lamentablemente tuvo que ir adaptándose a los avatares económicos. La idea primigenia era la de una granja-hogar que, además de procurar trabajo para el sostenimiento económico y el autoabastecimiento, proporcionara vivienda supervisada a los operarios a medida que fueran quedando solos en el mundo.
Graciela y Cintia, actuales supervisoras, acompañadas por el profesor de Educación Física, Javier, también recibieron sus “ángeles” por la colaboración que prestan día a día. “Ellas están siempre presentes. Diariamente contienen, abrazan y escuchan a cada uno de los chicos”, dijo la locutora.
También se agradeció al grupo de practicantes de la carrera de Psicopedagogía que aportan su juventud, alegría y aprendizaje. A través de la profesora María Cristina Ruffini se distinguió a todas las participantes del grupo. “Gracias a Nelly Pujol, no sólo se desarrolla este Taller sino que se destaca la labor de los educadores especiales de nuestra ciudad”, señaló Ruffini, quien fuera alumna de Pujol e imparte a sus alumnas las enseñanzas de esta docente que dejó su impronta en Pergamino.
Por último se recordó a Roberto May que falleciera recientemente y fuera integrante de la comisión directiva del Taller por estar presente en los momentos más críticos de la institución.
En medio de la ceremonia, Cintia Villalba, cantante no vidente, deleitó a los presentes con dos temas musicales.
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