Pinedo impugnó un dictamen por falta de firmas. El senador Luenzo lo ratificó, pero no reúne a la comisión.
El debate parlamentario por la baja de comisiones en las tarjetas quedó empantanado en una insólita discusión reglamentaria del Senado, que no hizo más ratificar los porcentajes definidos por Federico Sturzenegger junto a los banqueros.
Ignorando esa resolución, la Comisión de Comercio e Industria del Senado presentó un proyecto con respaldo de todos los bloques opositores para reducir las comisiones de 3% a 1.5% para las tarjeta de crédito y de 2% a 0.5% en débito.
Aunque las primeras aceptan dejarlas en 2% para grandes empresas y pisarlas a 1% para zonas de fronteras, o del norte o el sur del país.
Lograron un dictamen pero Federico Pinedo lo impugnó porque hizo lugar a un reclamo de la jefa del bloque de Cambiemos, Laura Rodríguez Machado, quien denunció que había firmas de senadores que nunca fueron a la reunión.
Pinedo le dio la razón. "De los diez (10) señora/es senadora/es que firmaron el texto del proyecto de dictamen del expediente S-480/17, algunos de ellos no han asistido a la reunión de comisión respectiva", respondió el presidente provisional.
Héctor Luenzo, presidente de la Comisión y cercano a Mario Das Neves, replicó recién una semana más tarde con una dura carta, donde aludió "la dinámica habitual" para justificar la firma de un dictamen cuando "el legislador no se encuentra presente en el momento que se circulariza el instrumento para su firma".
"Las comisiones muchas veces se superponen y eso hace que los usos y costumbre permitan que el dictamen se complete en el despacho de los senadores", reivindicó.
Y acusó a Pinedo de "chicanas reglamentarias que rayan el infantilismo y la irresponsabilidad institucional".
Pero su decisión momentánea de no volver a convocar la comisión para juntar las firmas y cerrar el asunto congeló cualquier ley sobre las comisiones de tarjetas y dejó vigente la reciente resolución del Banco Central.
La entidad monetaria las redujo de 3% a 2% para las de crédito y de 2% a 1% las de débito, con un cronograma de merma gradual hasta dejarlas en 1.3 y 0.6 recién en 2021.
O sea, una rebaja más suave que en el proyecto de Luenzo que no contemplaba ningún prorrateo. Parecía que los senadores iban a empujarlo tras la furia corporativa que hubo contra Diputados en diciembre por este tema.
Esa vez plantearon un histórico conflicto de poderes contra la Cámara vecina en repudio a una maniobra coordinada por Sturzenegger y sus diputados, con la complicidad del aún presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), Osvaldo Cornide.
Consistió en esconder el proyecto del Senado y enviarle otro con una rebaja de comisiones más suave, para de ese modo impedir que insistieran con el texto original y lo ratificaran por ambplia mayoría.
Pero el clima electoral tiene a los senadores más quietos y ajenos a broncas de recinto, con una escasa agenda de comisiones. Y las comisiones de las tarjetas quedaron como las definió el Banco Central. Contra cualquier pronóstico.
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