La semana del todos contra todos en el peronismo

La semana del todos contra todos en el peronismo

El llamado a las urnas aceleró las partículas de la interna peronista, en la que Axel Kicillof intenta salir por arriba del laberinto y resolver el dilema CFK.

Por José Maldonado.

La convocatoria a elecciones anticipadas en el PJ bonaerense que lanzó Máximo Kirchner el lunes funcionó como un acelerador de partículas en la interna del peronismo. En los días que siguieron, los cruces fronteras adentro y afuera del kirchnerismo se extendieron a prácticamente todas las tribus y permearon la reunión del martes del Consejo Nacional, máximo órgano del patido.

Mientras intenta complicarle los planes del gobierno en el Senado, el peronismo vive días de furia. El encuentro en el edificio de calle Matheu, encabezado por la mesa de conducción nacional del PJ que integran Axel Kicillof, Juan Manzur y Lucía Corpacci, entre otros, dejó imágenes elocuentes del estado de las cosas. Aunque hubo coincidiencias en llamar a un plan de acción contra la gestión libertaria, las voces críticas se hicieron oir. Hubo cuestionamientos abiertos a la figura de Máximo Kirchner por ese llamado inconsulto a elecciones anticipadas y alguno se animó a plantear que "el dedo" de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner "ya no puede ser el que arme las listas".

Camino a cumplirse seis meses de la gestión de Milei, el peronismo sigue envuelto en un estado de fragmentación y discusión interna, un laberinto del que Axel Kicillof -su figura más sobresaliente- intenta salir por arriba.

El gobernador bonaerense tuvo la semana más estridente y mediática en lo que va de su segundo mandato. En los últimos siete días acumuló varias fotos casi en tono de campaña. Kicillof puso primera en el intento de construcción de un agenda federal con gobernadores radicales y del PRO para romper las fronteras de PBA y empezó, este sábado en el plenario de Florencio Varela, a tocar los acordes de su propia melodía. Acompañado de su tropa de funcionarios e intendentes cercanos, cerró un plenario sin el camporismo en el que intentó posicionarse como el principal referente de la oposición contra la ley ómnibus y las políticas de Milei.

"Se siente, se siente, Axel presidente", fue el cantito que sonó en la fría tarde del conurbano, ante la sonrisa incómoda del gobernador.

El dilema de Axel Kicillof

En medio del clima de hostilidades de esta etapa de crisis de identidad del peronismo, Kicillof acelera a fondo, pero sólo para chocarse de frente con el dilema que marcará esta nueva etapa de su carrera política: cómo posicionarse como el principal referente de la oposición a Javier MIlei tomando distancia del universo kirchnerista pero sin dar el paso de la ruptura frontal con CFK. Al fin y al cabo, sin el kirchnerismo, ¿qué destino le espera al gobernador?

La gran pregunta que, en paralelo, empieza a instalarse en torno al camino de Kicillof es quiénes lo acompañarán en ese recorrido. En su raid federal, el bonaerense se mostró en los últimos días con Ignacio Torres (PRO) en Chubut y Maximiliano Pullaro (UCR) en Santa Fe, en ambos casos con una agenda de cooperación interprovincial con la que intenta blindarse de las criticas opositoras. La próxima parada podría ser Córdoba, donde referentes de Unión por la Patria trabajan para conseguir una foto con Martín Llaryora, como revela en Yanina Passero en su columna de este domingo.

¿Quiénes están dispuestos a ir detrás de AK en esa aventura? El gobernador trabaja para afianzar ese armado, en un movimiento que sólo profundiza las tensiones con sus enemigos internos. A la mesa de intendentes que empezaron a alinearse detrás de su liderazgo intenta sumarle articulación con otros actores de peso en el horizonte opositor, como la CGT, con quien cada vez se muestra más cercano y con quien podría volver a marchar el día que el Senado trate la ley ómnibus.

La mira en los gobernadores

Kicillof se respalda en el grupo de mandatarios de claro perfil opositor que ya confirmaron, como él, que no acudirán al Pacto de Mayo, entre los que se cuentan Sergio Ziliotto (La Pampa) y Ricardo Quintela (La Rioja). Pero concentra todos sus esfuerzos en tender puentes hacia otras provincias que lo ayuden a "deskirchnerizarse" y mostrarse como un peronista abierto y transversal. Del éxito en esa carrera dependerá la suerte de su proyecto presidencial 2027, que ya tiene todo el viento en las velas.

En la semana del todos contra todos, Kicillof se mantuvo firme en su decisión de esquivar las referencias a la interna. Por caso, en la entrevista que Máximo Kirchner dio a Pedro Rosemblat, el líder de La Cámpora no pudo evitar el tema del que todos hablan. Trató, con mucha dificultad, construir un relato para instalar que la pelea en el kirchnerismo "es inventada" y fogoneada "por vivos que quieren sacar algún provechito". Se abrazó así al argumento de que muchos dirigente de su agrupación forman parte del gabinete bonaerense, como Nicolás Kreplak (Salud), Juan Martín Mena (Justicia), Daniela Vilar (Ambiente) y Florencia Saintout (Cultura). “Yo los veo a todos al lado del gobernador”, dijo Kirchner. Hay que mirar la foto del acto de este sábado encabezado por Kicillof.

Apunten contra Máximo Kirchner

Los cuestionamientos a Máximo arreciaron. A las referencias entrelíneas de figuras cercanas a Kicillof, como Andrés Larroque, se sumaron en los últimos días también referentes de distintas tribus que buscan posicionarse en la discusión sobre lo que viene. Aníbal Fernández fue una de las voces más duras. "Si el PJ no da batalla contra La Cámpora, está terminado", fogoneó el exministro todoterreno.

La aparición en escena de Martín Guzmán, que sinceró su deseo de competir por la presidencia, agitó las aguas de la interna. Al exministro de Economía, enemigo íntimo de Kirchner, lo miran con esperanza para que se ponga al frente de un armado que pueda enfrentar al líder de La Cámpora sumando adhesiones entre intendentes y referentes territoriales del conurbano que piensan en el kirchnerismo como una experiencia política sin futuro.

"Le pegan a Máximo porque no se animan a pegarle a Cristina", retrucan en La Cámpora. Lo cierto es que la figura de la ex presidenta, que el fin de semana pasado encabezó otra actividad en el Instituto Patria con curas villeros, recibe como nunca cuestionamientos abiertos sobre su rol en la indisimulable guerra interna entre Máximo Kirchner y Kicillof. Algunas de esas voces señalan la pérdida de influencia a la que se somete CFK dejando que ese fuego crezca desde su búnker de la calle Rodríguez Peña.

¿Los reproches y pases de factura a la figura de Cristina se mantendrán encorsetados o quedarán liberados a una dinámica de interna permanente? Si eso ocurre, ¿podrán los que emprendan el camino de la ruptura retener el año próximo ese caudal electoral que todavía conserva el kirchnerismo, especialmente en el conurbano? Las respuestan, parece, no tardarán en llegar.

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