El último receso largo antes de las Fiestas se vivió como plena temporada; playas colmadas y miles de visitantes
Un ratito más. Una horita. O media. Hasta unos pocos minutos de gracia cotizaban en alza si la intención era disfrutarlos en una playa pintada, ayer, de temporada alta. Casi 30°C, mar calmo, sol interminable y balnearios bien concurridos invitaban a los turistas a tener a justificada demora en el regreso. Y lo lograron.
Es que valía la pena canjear el inevitable congestionamiento de última hora en la ruta por un poco más en la arena que lo programado. Así, lacosta atlántica cerró ayer otro buen fin de semana largo soñado en casi todos los aspectos. El tiempo acompañó los tres días y las lluvias del pronóstico se repartieron durante la madrugada y las primeras horas del domingo. Dos jornadas y media que pudieron vivir entre el sol y las olas.
La ocupación, como ya había ocurrido hace quince días con el último feriado de noviembre, fue muy positiva. Quizás apenas por debajo del anterior, pero suficiente como para que casi el 80% de las plazas hoteleras estuvieran tomadas desde el viernes a la noche hasta ayer al mediodía, momento del check out masivo.
Mar del Plata oficializó el arribo de más de 100.000 visitantes. Apenas por encima de esa cifra sería la suma de los destinos vecinos, desde San Clemente hasta Miramar.
Aunque las pocas horas de condiciones climáticas adversas obligaron a suspender anteayer la ceremonia oficial de inauguración, la temporada ya está en marcha. No sólo porque muchos llegaron para vacacionar en esta época, de costos más accesibles y playas más despejadas, sino también porque la cartelera teatral encendió las luces con los dos primeros espectáculos: la multipremiada Toc Toc y el estreno nacional de La Nona, con Pepe Soriano.
Pero hay algo que por estas horas genera más optimismo: las señales de lo que será la temporada. "Nos vemos en enero", se escuchó repetir en hoteles y restaurantes, con huéspedes y comensales que confirmaron el destino de su próximo veraneo.
Diego Pasqualini, uno de los encargados de Quba, un restaurante y bar de Playa Grande, aseguró que estos dos fines de semana largos dejaron expectativas muy altas para lo más alto de la temporada. "El pronóstico es buenísimo", dijo a LA NACION, y no dudó en anticipar un verano "de esos que hace rato no vemos por acá".
El entusiasmo tiene que ver con ese termómetro que es el contacto con quienes hicieron esta escala de descanso y recreación previa a las vacaciones. Pasqualini advirtió la reaparición de un turista más suelto con los gastos. "Está mejorando el perfil de gente", sostuvo, y celebró el regreso de los "bolsillos gordos".
La ilusión por aquí es que, dados los costos de las playas uruguayas y brasileñas por la diferencia cambiaria, la oferta más calificada de la costa atlántica termine por seducir a esa clase media o media/alta que visitó esta zona con cuentagotas en los últimos años. Carlos Pagliardini, director de Promoción Turística de General Alvarado, percibió que las tendencias de las últimas temporadas empiezan a tener algún sacudón. Por ejemplo, que en los alquileres aparezcan más contratos por mes completo. Lo atribuyó a un perfil alto de turista que quizás alternaba el mismo destino con otro fuera del país. "Lo demuestra más de un caso que tenemos de quienes veraneaban una quincena aquí y la otra en el exterior", dijo a LA NACION.
La primera gran prueba será a fin de mes. Las familias se acostumbran cada vez más a pasar las Fiestas en localidades balnearias. Por eso, los niveles de reserva para Navidad y especialmente Año Nuevo son altos. "Para esas fechas hay que moverse mucho si se quiere encontrar una habitación o cabaña en Miramar y alrededores", detalló el funcionario. Eso se repite en toda la costa.
La otra novedad es la buena demanda para febrero en este distrito, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en Cariló, donde enero marca las preferencias. Ya por septiembre, el 80% de la ocupación estaba asegurada.
En cuanto a los precios, las inmobiliarias mantienen, por lo menos en Mar del Plata, los valores anticipados a fines de octubre. En pleno centro, con estadías de cinco jornadas en promedio, el alojamiento se calcula por día. Un monoambiente ronda los 600 pesos, un dos ambientes 800 pesos y un departamento con dos habitaciones, 1100 pesos para enero..
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