Desde el diez de marzo hasta el dieciséis, se conmemora la semana de la Sal, que tiene como objetivo crear conciencia sobre su consumo y las complicaciones que puede llegar a tener en la salud. En Río Gallegos, se aprobó el año pasado una ordenanza presentada por la Concejal María Laura Santamariña, que prohibe la colocación de saleros en las mesas de restaurants.
El proyecto “propone eliminar el cloruro de sodio (sal) de las mesas y barras de restaurantes, confiterías, bares, pizzerías y demás locales en donde se expendan alimentos listos para el consumo. No obstante se establece la obligación, de parte de los comercios antes señalados, de disponer de sal común en sobres cuando el cliente expresamente así lo requiera, como así también de sales dietéticas”.
Más controles
El Congreso nacional aprobó atrás una ley que obliga a los productos de comida a reducir un 15% el sodio contenido. El principal objetivo tiene que ver con la salud, ya que con esta simple medida se pueden evitar enfermedades cardiovasculares.
A nivel nacional esta ley establece además que deberán incorporarse advertencias en los envases sobre los peligros del exceso del consumo y se marca un tope máximo para los sobrecitos de sal (pasan de 2.000 a 500 miligramos). Los locales de comida también deberán a partir de ahora ofrecer menús con opciones sin sal o con sal reducida. Caso contrario, podrían ser multados hasta en un millón de pesos.
Según datos oficiales, los argentinos consumen en promedio 11,2 gramos de sal por día, más del doble de lo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud. Además, por año mueren 50 mil personas en nuestro país como consecuencia de la hipertensión no controlada.
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