La palabra “segundo” indica, según el diccionario, un orden de prioridades, de mérito, de clasificación. Pero también se refiere a una mínima o pequeña extensión en el tiempo, a un lapso muy breve. Haciendo un juego de palabras y de sus significados se puede afirmar que “hay segundos que nunca llegan o nunca se concretan”.
Esta rebuscada introducción es para decir que hace lustros los chaqueños estamos esperando, con infinita paciencia “dos segundos” que nunca llegan. Nos referimos al “segundo acueducto” y al “segundo puente Chaco - Corrientes”.
De ambos se viene hablando con insistencia desde el último lustro del siglo pasado (1995-99) habiéndose, en algunos casos, dado algunos pasos fundamentales, que luego quedaron en la nada. Hubo situaciones en las que se llegó a hacer una gran fiesta show con la presencia de artistas del fuste de Luciano Pereyra. Claro, el agua no llegó, pero “¿quién nos quita lo bailado”?
Un particular proceso tiene el mentado segundo gran acueducto, en alusión al primero que llevó agua desde el río Paraná hasta Presidencia Roque Sáenz Peña el 15 de marzo de 1980 y que en mayo de ese mismo año llegó hasta Villa Ángela, es decir hace 38 años. Aquel fue un gran adelanto y enseguida se pensó en construir otro similar o mayor porque la cobertura de agua potable para la población era menor a la mitad de los habitantes.
Sigue siendo un estigma inexplicable que una provincia, enclavada en la zona de los grandes ríos de América (Paraná - Paraguay - Bermejo - Pilcomayo) no tenga ese servicio elemental para casi toda su población y es una prueba más de que a pesar de todos los “grandes gobiernos” que han pasado desde 1983 lo que ha crecido en forma asombrosa sea el empleo público y la pobreza.
Fechas, solo fechas
Este segundo acueducto que el pueblo chaqueño sigue esperando tuvo varios hitos que vale la pena recordar para tener en cuenta aquello que “más vale realizar que prometer” y más vale hacer que festejar por anticipado. El 6 de noviembre de 2000 se lanzó desde Sáenz Peña la licitación para el llamado Acueducto del Norte, con toma de agua sobre el río Bermejo, para abastecer con agua potable a la población que carecía del servicio. La obra tenía un presupuesto 152 millones de pesos con aportes del gobierno nacional y un plazo de ejecución de cinco años. Se estableció que el 7 de marzo de 2001 se abrirían los sobres con las propuestas en Charata. Asistieron el gobernador Ángel Rozas y el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Rafael Pascual, que ese día estaba a cargo del Poder Ejecutivo Nacional por viajes al exterior del presidente Fernando De la Rúa y del presidente provisional del Senado, Mario Lozada. El 21 de marzo de 2001 se abrieron los sobres con las empresas interesadas en la construcción con la presentación de seis ofertas: Techint SA; Dycasa SA; IECSA; Benito Roggio e Hijos; José Cartellone SA; Supercemento SA.
Sin embargo transcurrieron siete años sin que nada pasara, o más bien, cayera el proyecto y se pensara en hacerlo con toma desde el Paraná como el anterior. El 15 de mayo de 2007 el presidente de la Nación, Néstor Kirchner, acompañado de su esposa, senadora en esos momentos, visitó por primera vez Margarita Belén. Desde allí lanzó la primera etapa de la licitación del Acueducto del Norte. El gobernador Roy Nikisch, en su último año de mandato, calificó a la visita del presidente como “histórica”.
Poco más de un año después, el 25 de agosto de 2008 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó Sáenz Peña y se comprometió, entre otras cosas, a la construcción del segundo gran acueducto. Ya era gobernador Jorge Capitanich.
El 17 de junio de 2009 (un año después) se lanzó desde Charata la licitación internacional del segundo acueducto de 512 kilómetros, que abastecerá de agua potable a 380.000 chaqueños de 26 ciudades del interior. El presupuesto de la obra era de 1149 millones de pesos y el plazo de ejecución de tres años. Asistieron el gobernador Capitanich, el administrador del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento Eduardo Bortolozzi y el intendente de Charata Miguel Ángel Tejedor. Los pliegos salieron a la venta el 26 de junio y la apertura de sobres con las ofertas fue el 10 de noviembre. Estaba determinado que el acueducto tomaría agua del Paraná en un lugar cercano al puente General Belgrano. La obra sería financiada en un 70 por ciento por el Banco de Desarrollo Social y Económico (BNDES) de Brasil y el 30 por ciento restante con fondos nacionales y provinciales. La jornada, que se denominó “Fiesta del Agua”, concluyó con una velada popular animada por Luciano Pereyra y La Mosca y participaron 20.000 personas.
El 25 de febrero de 2011 (un año y medio después) en el hotel Atrium-Gualok de Sáenz Peña, se firmó el contrato de inicio de obras del segundo acueducto. Más tarde, en la Asociación Italiana de Charata, el gobernador Capitanich y el titular del Enohsa Edgardo Bortolozzi participaron de una teleconferencia con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien estaba en Posadas con el presidente del Paraguay Fernando Lugo, para celebrar la culminación de la presa hidroeléctrica binacional Yacyretá.
El 23 de octubre de 2014 la misma presidenta de la Nación, al inaugurar el Centro Biotecnológico Agroforestal, anunció el avance de la obra del Segundo Acueducto, con inversiones por $ 1.633 millones.
El 1 de marzo de 2015 se realizó el primer bombeo desde la estación La Escondida que puso en funcionamiento un tramo del Segundo Acueducto, que une esa localidad con Sáenz Peña. En ese entonces se dijo que la toma de agua que se realiza desde el Paraná tenía hecho el pilotaje y la estructura del muelle de la toma de agua, como las obras complementarias en casi un 58% de ejecución y finalizaría para septiembre del 2015. La conexión de los caños de 1200 milímetros se encontraba prácticamente concluida, restando 10 kilómetros entre Puerto Tirol y Barranqueras. El tramo que une La Escondida con Sáenz Peña estaba finalizado, por lo que se aprovechó la cisterna de 30 millones de litros para que con este bombeo iniciado el 1 de marzo se comenzara la provisión de 112.000 metros cúbicos de agua potable para llenar y limpiar los caños, para que una vez finalizada la conexión con Puerto Barranqueras, se comenzara con el abastecimiento en mayo o junio a la ciudad termal. El acto fue presidido por el gobernador Jorge Capitanich.
Idas y venidas
Lo demás es historia reciente con el actual gobernador que encontró las obras paralizadas, tuvo que rearmar la economía financiera de la obra al caer el préstamo del Brasil y conveniar con la Nación. Lo cierto es que en julio del año pasado (2017) se reactivó la obra, que volvió a paralizarse antes de diciembre. El jueves último el gobernador se reunió con representantes del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), con quienes analizó el plan de obra que se lleva adelante en el Chaco, haciendo hincapié en el estado de construcción del Segundo Acueducto. El mandatario anunció que el Gobierno Provincial pagó los certificados a la empresa que ejecuta esta megaobra, lo que posibilitará su continuidad. Comentó que la Provincia pidió a la empresa constructora una reprogramación del plan de trabajo, para que se mantengan los plazos de finalización y darles prioridad a la planta de tratamiento y al abastecimiento de agua potable en General Pinedo y Charata.
Caber recordar que antes de su paralización, en septiembre de 2015, la obra se había ejecutado en un 65%. Según las últimas redeterminaciones de precios, el 35% restante será financiado por el Enohsa, en un 62%, con aporte de 1750 millones de pesos; y un 38% por la Provincia, por unos 750 millones, tras el reemplazo del crédito internacional en dólares con el BNDES de Brasil por un crédito nacional a través del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional. La población beneficiada una vez concluido este Gran Acueducto será de 380.000 personas, pero hay proyecciones de llegar a 417.000 habitantes al 2020 y a 506.000, al año 2030. Para el final de la proyección, en 2045, serán 683.000 habitantes.
Han sido tantas las idas y vueltas y los anuncios y reanuncios que, permítasenos tener, aunque sea, una leve desconfianza de que esto se lleve a cabo según lo planteado. Del Segundo puente, ni hablar. Aunque figure en un plan anunciado en estos días por el gobierno nacional en el marco del Plan Belgrano.
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